El quinteto argentino se presentará este viernes 1 de agosto en el Teatro Nescafé de las Artes
Cuatro cuerdas y una voz componen esta novedosa agrupación asociada a la nueva generación de músicos que exploran en sus raíces culturales para hallar su propia forma de hacer música. Bajo esta consigna, “34 puñaladas” se inicia en la interpretación de tangos lunfardos conocidos entre 1920 y 1930; un repertorio oscuro -y hasta prohibido- que versó sobre drogas, mujeres licenciosas y delincuencia, y cuyo primer álbum, “Tangos carcelarios” (2002), ganó el Premio Clarín en la categoría Revelación.
“34 Puñaladas” , banda integrada por las guitarras de Maximiliano Cortez, Edgardo González y Juan Lorenzo, el guitarrón de Lucas Ferrara y la voz de Alejandro Guyot, iniciaron sus andanzas musicales tocando en lugares donde se mezclan el ambiente del teatro off, el cine y la música popular, elaborando un repertorio que exploraba en los en los tangos lunfardos, donde las historias de reos de las décadas del ’20 y ’30, se mezclaban con narraciones de droga robos, violencia y amores contrariados. Composiciones de un tono introspectivo, melancólico y oscuro, la historia oculta y olvidada del tango porteño.
El equipo de El Mostrador Cultura + Ciudad, conversó con Alejandro Guyot, vocalista de la banda para conocer más profundamente su propuesta musical que indaga en el pasado tradicional, pero con una mirada actual y renovada del tango argentino, una mirada propia desde los arreglos y la puesta escénica.
-Uno de los rasgos característicos de la banda es retomar los tangos «lunfardos» de los años 20 y 30. ¿A qué se refiere este concepto y cómo surgió el interés en difundir este repertorio no abarcado por el tango convencional?
-Creo que en sus inicios el “34 Puñaladas” se dedicó a rescatar al tango del letargo en el que estaba sumido a principios de la década del 90, buscamos interpretar obras olvidadas, un repertorio que estaba lejos de los «hits» emblemáticos que de tan eternamente repetidos en interpretaciones sobreactuadas, perdido su capacidad de emocionar.
Tratamos de la apropiarnos del género mediante un repertorio, que había sido prohibido en argentina por su contenido marginal, historias de violencia de drogas, de prostitución; lo que nosotros hicimos fue agregarle una sonoridad contemporánea a ese repertorio, hasta desarrollar un repertorio nuevo con una sonoridad completamente en consonancia con el presente, con la ciudad que hoy habitamos.
-Las temáticas del tango lunfardo respondían al contexto social particular de esos años. ¿Hay algunas de ellas que se repiten en la actualidad y que es de especial interés por la banda de difundir?
-Al principio tenía que ver con la atmósfera que se respiraba en torno a la crisis del 2001 en Buenos Aires. Pero desde la publicación de nuestro disco Bombay Bs.As, nos dedicamos a un repertorio propio, ya no al repertorio lunfardo.
Tangos carcelarios (2002), Slang (2006) y Argot (2007) fueron las primeros ediciones discográficas de la banda, todas enfocadas a la reactualización de la escena under del tango porteño, una trilogía que resume su etapa como intérpretes. Pero con la aparición del álbum Bombay Bs. As. (2009), la banda da un giro importante iniciándose en la creación de su propia propuesta musical. El disco, “se inspira en una particular mirada poético musical que pretende poder contar las historias de la ciudad actual, la Buenos Aires de hoy en día, que ya no es la misma que la Buenos Aires a la que le cantó Gardel, ni la de los 40´ni los 60´ni tampoco la de los 80´”, comenta Alejandro Guyot.
Una línea creativa que se familiariza a bandas del tango de vanguardia tales como La Orquesta Fernández Fierro, El Arranque, Astillero, Altertango, El Cuarteto Coviello, Ciudad Baigón, entre otros compañeros de generación, cada cual con un estilo propio y un lenguaje y sonido particular dentro del tango. “Con varios de estos grupos hemos compartidos escenarios, y hasta composiciones, ya que varios han interpretado alguna composición de algún integrante de «34 Puñaladas», ya sea registrándolas en sus discos o tocándolas en sus conciertos. Sentimos que todas estas nuevas agrupaciones tienen personalidades poéticas, estéticas y musicales muy definidas, pero tenemos muchas más cosas en común que diferencias”, comenta al respecto Guyot.
En el siguiente trabajo titulado Astiya, la banda se centra en los individuos que habitan la ciudad. “Las historias que se narran en los tangos que integran este nuevo álbum, hacen «zoom» en el alma de los habitantes de las grandes ciudades: hurgan en sus pequeños universos personales para encontrar cuál es el ADN que los caracteriza, descubren cuál es el átomo, la «Astiya» que les hiere el alma”, y luego agrega: “la “Astiya” como un cuerpo extraño dentro del cuerpo, como una flecha envenenada que los contamina y los condena a una vida nostálgica de hermosos perdedores, héroes y antihéroes a la vez”, sostiene el vocalista.
Astiya, su sexto álbum, y el más reciente en el tiempo, fue presentado con gran éxito de convocatoria en varias ciudades de Argentina y también en Brasil. Sin duda la presentación en Chile, no será la excepción. “Santiago de Chile, una ciudad hermana de Buenos Aires, similar y a la vez diferente, pero que también tiene una gran sensibilidad por el arte, por la música, y un amor increíble por el tango. A nuestro regreso tenemos agendados varios compromisos, entre ellos una fecha en el Festival de Internacional de Tango en Buenos Aires,” comenta Guyot al conversar sobre los próximos pasos de esta banda ícono de la nueva generación del tango, lo que demuestra que el género está vivo y en pleno desarrollo y expansión.
