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El Baucha, un cuequero del Chile que la modernidad sepultó para siempre Junto a “Los Chileneros”, llevó el género de la calle al disco

El Baucha, un cuequero del Chile que la modernidad sepultó para siempre

Recorrió todas las etapas de un cantor del género que se precie de tal (actuó en prostíbulos, mercados, restaurantes, plazas y un largo etcétera) hasta llegar a la Gala Presidencial de un cambio de mando en el Centro Cultural Estación Mapocho, el palacio de La Moneda e incluso el Festival de Viña del Mar. Hablan el escritor, músico y documentalista Mario Rojas, el artista visual Francisco Bermejo y el cantautor Luis Castro, director del grupo Los Chinganeros.


La desaparición de Luis Araneda, “El Baucha”, fallecido el sábado y enterrado por una multitud que le rindió un bello homenaje de canto y emoción en el Cementerio General el domingo, no sólo significó la muerte del último de los cuatro integrantes originales del legendario grupo cuequero Los Chileneros.

Con él se va un Chile que la modernidad sepultó para siempre. Nacido en 1916 en Santiago, criado en la Estación Central, “El Baucha” recorrió todas las etapas de un cantor de cuecas que se precie de tal (cantó en prostíbulos, mercados, restaurantes, plazas y un largo etcétera) hasta llegar a la Gala Presidencial de un cambio de mando en el Centro Cultural Estación Mapocho, el palacio de La Moneda e incluso el Festival de Viña del Mar.

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Foto: Gentileza Francisco Bermejo

Su participación en el disco de 18 temas “La cueca centrina” (1967) fue clave en su carrera. Junto a Hernán “Nano” Núñez (1914-2005), Raúl “El Perico” Lizama (1933-2001) y Eduardo “El Chico” Mesías no sólo fue un superventas de la época (Araneda contaba que pensaban vender 500 ejemplares y lograron nueve mil), sino que marcó un hito porque por primera vez se reunió en un disco a un “lote” de cantores que estaban dispersos y cantaban de forma individual en ambientes marginales.

“Fue un disco luminoso, porque hasta entonces a nadie se le había ocurrido un disco de ‘rotos chilenos’”, señala el músico, escritor y documentalista Mario Rojas, ex De Kiruza y uno de los hombres que más sabe de cueca en Chile. “Permitió una nueva manera de entender la cueca, porque hasta entonces la gente la entendía como esa maqueta de los huasos, la chicha, los tres pasos para allá y los tres pasos para acá de origen rural”, cuando en realidad es urbana y prostibularia, igual que el tango, propia de ferianos, zapateros y otros ejercicios libres ajenos al Estado y los patrones.

A esa obra le seguiría “La cueca brava” en 1968, donde también participó el “Baucha” aunque otros de los primeros integrantes se retiraron. Ese disco representa una variante que en el ambiente sigue siendo inmensamente popular hasta hoy. En total, el artista grabaría nueve discos entre 1967 y 2014.

En su carrera, el “Baucha” no sólo cantó con los más grandes exponentes del folklore, como Margot Loyola o Héctor Pavez, sino también se codeó en los escenarios con grupos como Los Tres, Los Jaivas y Sol y Lluvia, según el sitio cuecachilena, uno de los más completos del género.

Cantor de carretones

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El domingo, Rojas fue uno de los numerosos seguidores que acompañó al “Baucha” hasta su última morada. “Lo conocí toda la vida, prácticamente, porque era amigo de mi padre,” asegura.

Relata que el “Baucha” empezó a cantar de niño en las calles de su barrio, donde su padre arrendaba carretones para el traslado de la mercadería –fruta y verdura- que llegaba con el tren. “Ya a esa edad cantaba arriba de los carretones y tenía una voz muy especial. A los 12 años lo venían a buscar para que cantara en algunas fiestas”. Además aprendió el oficio de matarife, que ejerció durante muchas décadas.

“Era un gran intérprete, que tenía un gran registro y un repertorio inmenso”, señala en relación a la memoria prodigiosa del fallecido. “Eso da cuenta de que participó en muchas ‘ruedas’ de cueca en su vida”, agrega Rojas, que en 1998 filmó “La bitácora de Los Chileneros” (1998).

Se trata de un documental en aparece el “Baucha”, y donde en opinión de Rojas por primera vez, desde lo audiovisual, se prescindió de la mirada “académica” y “oligárquica” vigente hasta entonces en relación a los cuequeros, que como todo “roto” eran objeto de burla o temor, y no de reconocimiento.

Un chinganero

Otro de los que lo conoció muy bien fue el cantautor Luis Castro, director del conjunto Los Chinganeros, quien destaca cómo durante la dictadura, en medio del apagón cultural, Araneda mantuvo viva la cueca junto a otros pares, como Lizama o Carlitos Godoy.

Era una época “en la cual era muy difícil hacer música porque los locales cerraron, había toque de queda”. Araneda y los suyos mantuvieron la tradición cantando en las fondas del Parque O’Higgins, o localidades como Peñaflor o El Monte. Incluso llegó a aparecer en el programa televisivo “El festival de la una” de Enrique Maluenda. “Ellos hicieron patria”, remarca Castro. Araneda “es parte de nuestra historia”.

El “Baucha” también fue parte de otros grupos, como Los Centrinos y los propios Chinganeros. Con estos últimos, en 2005, grabó el disco “De lo urbano y lo divino”, donde las cuecas son un “mano a mano” con Castro.

Humildad

Al año siguiente de esa producción conocería en el famoso local “El Huaso Enrique” de Santiago Centro al artista visual Francisco Bermejo, quien produciría su último disco, “Yo nací pa’ cantar cueca” (2014), una obra independiente al igual que el CD anteriormente nombrado.

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“Yo ya sabía quién era y lo que representaba”, recuerda Bermejo. “Fue una noche muy entretenida y emotiva para mí, él fue muy amable y nos sentamos a tomar una botella de vino antes de que comenzara a cantar”.

Bermejo cuenta que le pidió un par de cuecas que el “Baucha” luego cantó. “Desde ese día nos vimos por lo menos una vez al mes. Le saqué muchas fotos en estos ocho años, también tengo mucho registro de audio y videos. Viajamos juntos al sur en una gira que hizo y recorrimos varias veces los barrios de Santiago en donde sucedieron los hitos importantes para la cueca que él vivió junto a sus compañeros de canto”.

"El Baucha"  Foto: Gentileza Francisco Bermejo

«El Baucha»
Foto: Gentileza Francisco Bermejo

En 2012, Bermejo produjo el disco “Constitución 211 – Así fueron las cuecas”, donde Araneda participó con otros artistas. “Fue para despedir una casa laboratorio que tuve en Bellavista y que reunió por cinco años a varios personajes y agrupaciones de la cueca, en donde se ensayaba y festejaba todas las semanas. Bauchita siempre era el invitado de honor, cantó muchas veces rodeado de mucha juventud y a veces muy íntimamente, siempre con el mismo cariño y talento”.

En ese CD participaron 33 cantores y cantoras, con 24 cuecas. “En realidad fue una fiesta grabada, comida y  bien tomada”, admite.

Último disco

El último disco de Araneda fue una petición a Bermejo del propio artista. “Y se hizo su voluntad, yo no iba a desperdiciar la oportunidad de realizar ese documento histórico”, añade.

Se reunieron con los músicos que Araneda eligió para la ocasión en una casa de Bermejo de avenida Condell.

“Ahí todos los lunes, por alrededor de tres meses, escarbamos su antiguo repertorio, que él mantenía intacto en su cabeza probablemente desde niño, y las melodías hasta llegar a catorce cuecas y dos tonadas que quedaron en el CD. Grabamos en sólo cuatro horas sin repetir ni equivocarse, como a él le gustaba. Algunas (cuecas) nuevas de su autoría y otras de la tradición o que él mismo recopiló desde muy niño, las que se cantaban en su barrio y más tarde en alguna ‘cancha’”.

Legado

Foto: Gentileza Francisco Bermejo

Foto: Gentileza Francisco Bermejo

“Pienso que el legado que deja es muy grande, tanto a la juventud como a los que compartimos con él. Siempre va a estar en nuestros corazones y nuestros recuerdos. Aprendí mucho de él”, indica Castro.

Destaca además que en su funeral hubo gente de todas las edades, “que lo apoyaron hasta el final de sus días”. “Creo que si el ‘Baucha’ hubiera estado vivo habría estado muy contento, porque lo siguió una gran multitud”, asegura el “chinganero”, cuyo grupo mañana le rendirá un homenaje en una presentación en TVN. “Hay que seguir adelante, hay que llevar la bandera que llevaba el ‘Baucha’ y mantener la tradición popular”.

Para Rojas, el reconocimiento que ha habido en el último tiempo de la cultura popular en todas sus expresiones –desde el graffitti hasta la cueca- explica por qué hoy “se reconoce al ‘Baucha’ y se convirtió en una figura tan importante en los últimos veinte años”.

“Bauchita fue fundamental porque tenía un estilo muy sentimental y armonioso”, dice el director de Los Chinganeros.

“Poseía una gran dignidad, una gran presencia, una convicción de lo que él estaba cantando y de la manera en que lo hacía representaba toda una cultura”, remata Rojas.

“Don Luis pertenece a una generación dorada de la cueca”, cierra Bermejo. “Llevaron al disco estas cuecas que se cantaban en los barrios de un Chile que ya se fue”.

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