El 2014 hubo gran diversidad de cartelera y creció la recepción favorable del cine chileno
No soy Lorena, de Isidora Marras; El cordero, Juan Francisco Olea; La voz en off, de Cristián Jiménez; Fuerzas especiales 2; El bosque, de Matías Lira; La once, de Maite Alberdi; Los castores, de Nicolás Molina y Antonio Luco;Un caballo llamado elefante, de Andrés Waissbluth; llende en su laberinto de Miguel Littín;y Vacaciones en familia, de Ricardo Carrasco se presentan como los principales estrenos del próximo año, según los distribuidores de cine nacxional, Market Chile y CinemaChile.
Comedias, películas intimistas e históricas, además de documentales, varias con sendos premios a su haber tras recorrer distintos festivales en el mundo, son parte de lo que se viene el 2015 en cine chileno, mientras la industria evalúa positivamente el año que termina, que tuvo 40 estrenos y varios éxitos de taquilla.
«No soy lorena», de Isidora Marras
No soy Lorena, de Isidora Marras, El cordero, Juan Francisco Olea y La voz en off, de Cristián Jiménez, de serán algunos de los próximos estrenos. La primera, protagonizada por Loreto Aravena (Claudia de Los 80), cuenta la historia de una joven a la que acosan por una deuda que no es suya, mientras lidia con la enfermedad de su madre y el quiebre de su relación amorosa.
El cordero, en tanto, habla de Domingo (Daniel Muñoz), un hombre que por accidente comete un homicidio involuntario, mientras La voz en off relata la vida familiar de dos hermanas (Ingrid Isensee y Maria Siebald) en Valdivia, que enfrentan el repentino abandono de su padre.
«El cordero», Juan Francisco Olea
El 2015 también será el momento de segunda partes, como Fuerzas especiales 2, con los comediantes Sergio Freire y Rodrigo Salinas (de El club de la comedia), y de El bosque, de Matías Lira, una cinta con Luis Gnecco en el papel del sacerdote Fernando Karadima, acusado de pedofilia. Gnecco también participa en El extranjero, de Guillermo Amoedo, que trata sobre un hombre que sufre una misteriosa enfermedad: es adicto a la sangre humana.
La voz en off, de Cristián Jiménez
El próximo año también habrá espacio para documentales como La once, de Maite Alberdi, que cuenta la historia de seis amigas, ya ancianas, que se junta a tomar el té una vez al mes desde hace sesenta años, y Los castores, de Nicolás Molina y Antonio Luco, sobre una joven pareja de biólogos que se adentran en Tierra del Fuego para investigar la plaga devastadora de castores que están arrasando con el área.
También habrá películas para niños como Un caballo llamado elefante, de Andrés Waissbluth, donde dos hermanos se enfrentan con unos rufianes de circo que roban el caballo de su abuelo.
El cine político estará representado por Allende en su laberinto de Miguel Littín, que narra las últimas horas del presidente socialista, bombardeo de La Moneda incluido, mientras el mundo de la educación se verá reflejado en Desastres naturales, sobre una profesora (Ana Reeves) que se niega a jubilar y de un día para otros es reemplazada por una colega más joven.
Para hablar sobre arribismo estará Vacaciones en familia, Ricardo Carrasco con varios actores de teleseries, con la historia de una familia que al no tener dinero para vacaciones realiza un supuesto viaje al extranjero durante el mes de febrero, cuando en realidad pasa el verano encerrada en su casa.
El bosque, de Matías Lira
En la industria además realizan una positiva evaluación del año que termina. Alexandra Galvis, directora de Market Chile, por ejemplo, rescata “la diversidad de la cartelera, de miradas y directores”.
Galvis menciona además el cine de festivales, los directores jóvenes, grandes producciones y las comedias que fueron las más vistas del año, como Fuerzas especiales, que superó los 250.000 espectadores.
Para Constanza Arena, directora ejecutiva de CinemaChile, aún “hay mucho trabajo por delante”, aunque resaltó que no sólo hubo cine en locales comerciales, sino también en teatros municipales y salas independientes.
«La Once», de Maite Alberdi
“El público recién está comprendiendo que el cine chileno viene con mucha fuerza, con una oferta muy grande y diversa”, dice. “Hubo cuarenta estrenos nacionales en la cartelera, con variadas temáticas, un nivel actoral muy alto, con directores nuevos y otros ya consolidados. El cine chileno está renovado, y su penetración en las salas de cine va en aumento, como también lo es el público que lo elige al momento de comprar su entrada”.
Para Arena, si algo hay que destacar este 2014 “es la explosión que tuvo nuestro cine en su propio país, y la recepción creciente del público que cada vez con más frecuencia, elige informarse, verlo y luego comentarlo públicamente. ¡Realmente estamos en camino a transformarnos en un país de cinéfilos!”.
