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El levantamiento creativo del arte en regiones que se impone al centralismo de la capital Cuatro experiencias culturales a lo largo de Chile

El levantamiento creativo del arte en regiones que se impone al centralismo de la capital

Es evidente que Santiago no es Chile, así lo han promulgado políticos y autoridades a modo de eslogan. Sin embargo, pocas veces esto se ve materializado en las comunas externas a la capital. Bajo este contexto han sido los mismos artistas y gestores quienes han tenido que desarrollar proyectos y activar la cultura en sus localidades natales. Ovalle, Quilpué, Linares y Coronel son ejemplos de un trabajo impulsado por sus creadores artísticos.


En un país tan centralizado como Chile, la cultura es el ejemplo vivo de aquello. A pesar de que el actual gobierno ha señalado en reiteradas ocasiones como uno de sus principales objetivos en materia de cultura descentralizar la cultura, esto no se ha visto traducido en sus reformas. La misma visión marcó la entrega de los FONDART 2015, pero que en lo concreto dieron cuenta de la misma forma de distribuir la torta.

Para este año la región Metropolitana se adjudicó el 53% de los recursos entregados, mientras que el 47% restante se fue va para las otras 14 regiones. De esta cifra, son las zonas extremas las más perjudicadas,  Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta obtuvieron menos del 1,5%. Y al analizar los montos otorgados por región, es posible determinar que la Metropolitana concentra el 52,8% del presupuesto nacional total.

Sin embargo, esto no implica que la actividad cultural en regiones no prospere o se estanque. Por el contrario, día a día las iniciativas se materializan gracias a sus creadores y empapan las localidades con proyectos que surgen desde los mismos sectores. Esto, a diferencia de cómo era concebido hasta hace un tiempo: la descentralización como la exportación de productos culturales desde Santiago o el extranjero.

La cultura revive en Ovalle

En Ovalle se levantó el centro cultural Ovalle Cultura Viva, un espacio municipal que actualmente posee una completa cartelera de actividades y talleres con visitas de alrededor de seis mil personas al mes. Esta plataforma, según su director Ifman Huerta, ha instalado una visión de que la cultura “a través del arte, puede ir cambiando procesos sociales de importancia –tanto en territorio como también en nuestras dependencias- con diferentes intervenciones que fortalecen nuestra sociedad y que nos muestran la cultura como un proceso democrático”.

Entre su programa aparecen un sinfín de exposiciones, obras de teatro, cine, un programa de formación de audiencias, trabajo de intervención cultural en los tiempos de recreo de los colegios de la zona, además de un proyecto de conservación del patrimonio. Todo esto enfocado en la inclusión de los ciudadanos a través de actividades en terreno urbano y rural.

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Actividad cultural realizada en Ovalle

“Nos hemos enfocado, en que la política cultural no solo se desarrolle en el centro cultural o en el teatro sino en diferentes espacios públicos, en conjunto con nuestros gestores que son independientes y de mucha calidad, por lo tanto estamos en un proceso en el que vamos evolucionando y dando pasos de importancia en la gestión cultural, donde se realiza un trabajo mancomunado con los gestores y los artistas”, afirma el director de Ovalle Cultura Viva.

El trabajo es asociado con los artistas locales, a quienes les facilitan los espacios para desarrollar y exhibir sus creaciones. Además de facilitar herramientas para profesionalizar el quehacer cultural, profesionalizar a nuestros gestores y artistas locales.

Ifman Huerta reconoce que la situación ha empeorado con el nuevo gobierno: “La política cultural en Chile con el cambio de gobierno se modificó bastante, y desde nuestro punto de vista no ha sido tan participativo y los enfoques que han tenido y las líneas de acción que han querido tomar como Consejo no son las que realmente nosotros vemos –como gestores- que nos puedan llevar a una mejor política cultural o un desarrollo del Ministerio”. Sin embargo, cree que con el cambio de ministro esta situación pueda cambiar.

Poemas incendiarios de Quilpué

Llegando a la quinta región, en la comuna de Quilpué la actividad cultural está más viva que nunca. Se han consagrado una serie de espacios independientes como la Casona  Campbell -símbolo arquitectónico-, Unidos por El Fundo, el Colectivo Mural Roberto Matta, la Escuela de Artes Fernando Lichiock Concha o la Compañía Teatro El Puente. Además de instancias ya tradicionales como los festivales de cine y de jazz.

En la zona de Marga-Marga un poeta está por lanzar un poemario autogestionado bajo una editorial independiente. Es Javier Díaz, profesor pero poeta en esencia, que se encuentra presentando «Poemas incendiarios: de amor y barricadas». El libro es calificado por el autor como un misterio, y es la segunda publicación después de «Poemas para leer en voz alta: o morir en el intento».

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“Más que ser poemas combativos –como pudiera leerse-  son poemas combustibles para encender el interior, tanto por afecto como por rabia. Por un lado, toma un tópico universal como el amor, relatando un ciclo de vida. Por otro lado, los versos se plantean como un bencinero que observa la sociedad con sentido crítico, con rebeldía  y con bronca, dando pequeños matices de sarcasmo y humor”, expresa Díaz.

Para el poeta, la idea es hacer llegar los versos a quienes no están acostumbrados a la lírica. “Mi objetivo principal es leerles a los jóvenes y a los pobladores. Ahí me gusta ir. Creo que ellos son mi público final y ese mi rol social como artista.  Es probable que solo me escuchen algunos pocos, pero van a ser de verdad, sin poses”, explica.

Rock gallinero linarense

Entre gallinas, vacas y caballos, una banda de rock ensayaba en el medio de la zona rural de Colbún con el sueño de emprender una carrera musical. Se trata de Kimeros, una agrupación autodefinida como rock gallinero, que actualmente está difundiendo su sexto video clip autogestionado. Oriundos de Linares, el trío ha editado dos discos de estudio, “Uyuuuiii!!!” y “Me Gustas, Pero No Tanto”, y ha recibido el apoyo del productor musical de las Escuelas de Rock, Andrés Godoy.

Sus integrantes se muestran críticos a la visión que en muchas provincias se tiene de la cultura, especialmente de parte de las autoridades locales y de la institucionalidad. Ellos la definen como un accesorio en el desarrollo de la comunidad. “Sin embargo, los artistas y músicos locales nos estamos empoderando, nos asociamos, colaboramos y generamos espacios de encuentro cultural y de desarrollo de nuestros proyectos artísticos. Es así como Linares y el Maule cada vez tiene más proyectos artísticos de calidad, y empiezan a meter ruido a nivel nacional, principalmente por el emprendimiento y trabajo esforzado de cada artista”.

El video clip se ha constituido como una herramienta de difusión capaz de llegar a espacios impensados. En esta sexta producción, el registro audiovisual de la canción “Se te echó la yegua” cuenta con la participación de Claudio Reyes, un coterráneo de Longaví, que interpretó por varios años al personaje de “Charly Badulaque” y que brindó su colaboración artística a la banda.

Teatro para Coronel

En la región del carbón la compañía de teatro La Obra se ha propuesto atacar la descentralización desde su lugar de origen. Con 16 años de actividad, el grupo ha desarrollado un trabajo potente desde el extranjero, paseándose por países como México, Argentina, Guatemala y Francia. Actualmente han decidido establecerse en Coronel, comuna que los vio nacer, para aportar en un lugar que carece de espacios disponibles para exhibir actividades culturales.

“Faltan espacios disponibles tanto para ensayar como para realizar las presentaciones, aquellos que existen no cuentan con la implementación necesaria como para presentar un trabajo de calidad y profesional y las instituciones no están muy dispuestas a invertir en ello. Y, al igual que en el resto del país, falta público dispuesto a asistir a los espectáculos cuando ello implica el pago de una entrada”, explica Gisel Sparza, directora artística de la compañía.

XN6A1065Actualmente se encuentran presentando la obra “Domo Achawal” en el Centro Cultural Pabellón 83 de Lota, un montaje de carácter interdisciplinario que se inspira en la historia vivida por Corina Lemunao, mujer autista, mapuche y proveniente de una comuna rural que estuvo encerrada durante más de 20 años en un gallinero, lo que provocó que adoptara la corporalidad y lenguaje de las aves que la rodeaban. Un texto que busca destacar la condición de marginalidad, situación de encierro, soledad y abandono de la denominada “mujer gallina”, por sobre una presentación literal de los hechos vividos por ella.

Con este trabajo, la compañía se propone “descentralizar la actividad cultural dentro de nuestra región. En ese sentido, Coronel nos parece ser el lugar perfecto para ello, debido a que es nuestro lugar de origen, pero además por ser un lugar que está un poco al margen de la actividad artístico/cultural, también debido a la saturación industrial de la cual es hoy víctima. Consideramos necesario poner en valor sus historias y aportar a cambiarle la cara a la ciudad, generando actividades que despierten una mirada distinta sobre la zona”.

Un camino sinuoso

En regiones, los problemas y las dificultades para realizar actividades culturales se hacen reiterativos. Desde la infraestructura hasta la falta de canales de comunicación, los creadores se ven frente a un camino sinuoso en el que sólo gracias a la voluntad pueden sacar adelante sus proyectos.

Desde el centro cultural Ovalle Cultura Viva, reconocen la profesionalización en el quehacer artístico como una carencia que no les permite avanzar lo suficiente. Además de la falta de recursos por parte del Estado, punto en el que coinciden todos los artistas mencionados. Este es la visión de la Compañía de Teatro La Obra, quienes a pesar de recibir en reiteradas ocasiones FONDART son críticos en este aspecto:

“Hacemos hincapié en la necesidad de contar con apoyo financiero relativamente constante, a fin de poder realizar nuestro trabajo de manera profesional, contando con recursos para la producción y, por supuesto, también para nuestros honorarios. Pero esto es un desafío que todos los artistas debemos enfrentar cada vez, una especie de lotería constante, independientemente del lugar donde uno se encuentre laburando”.

Javier Díaz, poeta de Quilpué apunta a otra dimensión que genera este tipo de financiamientos: “Lamentablemente durante estos últimos años los proyectos, en especial FONDART, fueron dando un giro a la industrialización y producción cultural, mercantilizando un poco el bien artístico y convirtiéndolo en un bien de consumo transado en el mercado económico. Esto deja fuera de juego a muchos grupos que carecen de herramientas de gestión. Hay algo bueno en ello, sin embargo: que el artista es visto como un profesional y por ello debe ser valorado socialmente, esto es, recibir un pago por su trabajo”.

Por su parte, la banda Kimeros considera que “el camino del artista en Chile es muy difícil. Aún se cree que el ser músico, sobre todo de música popular, es un hobbie, y no un trabajo profesional como cualquiera. Y hacer un trabajo profesional es caro y le tienes que dedicar mucho tiempo y energía”.

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