Artista multifacético, que se desempeña con maestría como director, guionista, actor, músico, dramaturgo, humorista y escritor, el próximo año estrena “Irrational Man” (con Emma Stone y Joaquin Phoenix) y debutará en la televisión con una serie de seis episodios. De las ocho décadas que tiene de vida, 8 de ellas la ha dedicado al cine.
“¿Un genio yo? ¿Entonces qué son Shakespeare, Mozart o Einstein? No, yo sólo soy un humorista de Brooklyn que ha tenido mucha suerte en la vida”.
La frase es de Allan Stewart Köningsberg, más conocido como Woody Allen, el cineasta para gente inteligente nacido en Nueva York el 1 de diciembre de 1935, que hoy cumple 80.
Desde su debut en 1969, a los 33 años, con Toma el dinero y corre, Allen ha dirigido 45 películas y ganó el premio Oscar en cuatro oportunidades: mejor director por Annie Hall (1977) y tres veces mejor guionista, por Annie Hall, Hanna y sus hermanas (1986) y Medianoche en París (2011). Entre sus galardones también cuenta dos Globos de Oro, siete BAFTA, dos Cesar (Manhattan y La Rosa Púrpura del Cairo), un Goya (Match point, 2006)…
Un artista multifacético: no sólo director, sino también guionista, actor, músico, dramaturgo, humorista y escritor.
“Sin duda que los 80 años de Woody Allen son un hito muy importante para el mundo del cine; sobre todo si pensamos que este director viene filmando prácticamente una película cada un año y medio o dos años, es decir, sufre de una especie de incontinencia cinematográfica espectacular”, comenta Milena Skoknic, jefa del cine en el centro de extensión de la Universidad Católica. Por algo, desde 1982, entrega al menos un film por año.
«Todo lo que creas en tu vida se va a evaporar (…). Así que mi conclusión es que la única forma posible de afrontarlo es con distracciones», aseguraba Allen este año en una rueda de prensa en el Festival de Cine de Cannes, donde apuntó también que para él «hacer películas es una maravillosa distracción».
Annie Hall (1977)
Allen partió a los 15 años enviando chistes a las redacciones de diarios como el Mirror y el New York Post. Sería el inicio de una carrera ligada al humor, donde otros contaban sus ocurrencias en diario, radio y televisión, hasta que él mismo se subió al escenario. A los 20 años consiguió un contrato con el programa The Colgate Happy Hour y comenzó a actuar en diversos hoteles.
Hay que decir que siempre fue un tipo más bien tímido. Requirió muchos años de espectáculo para poder superarla. Le ayudó la música: desde niño toca el violín y el clarinete, y toca regularmente jazz junto a The New Orleand Jazz Band, con la que actúa todos los lunes en el Café Carlyle del hotel homónimo, en el Upper East Side, cerca del Central Park y el Metropolitan Museum of Art. Esta misma costumbre le ha impedido asistir nunca a la ceremonia de entrega de los premios Oscar.
Su primer filme tuvo gran éxito de público y le permitió seguir filmando. Toma el dinero y corre, que también protagoniza, son varias entrevistas a amigos y conocidos de un ladrón incompetente, que cae una y otra vez en la cárcel. Allí actuó entre otros Louise Lasser, su primera esposa (1966-1970).
Manhattan
Sería el comienzo de una exitosa carrera. El humorista de stand up comedy abrió paso al cineasta. Tras Bananas, El dormilón, Love and death, Allen filmó Annie Hall, con la que ganaría su primer Oscar con apenas 42 años. Una cinta famosa, entre otros, por un cameo del filósofo y lingüista Marshall MacLuhan en una escena que transcurre en la cola de un cine. Pero si con este film dio el golpe, con la siguiente, Manhattan, se consagró.
“A mí hay dos películas que me han marcado, ‘Annie Hall’ y ‘Manhattan’”, afirma el cineasta local Matías Bize. “Por todo, por el tremendo guión, por unas grandes actuaciones, por la fotografía. Me parece que son películas que tienen mucho humor, pero que también funcionan muy bien a nivel dramático. Allen es un gran creador de diálogos. Para mí es uno de los cineastas importantes que hay”, asegura.
Ponerle el nombre de un barrio de Nueva York a la segunda película fue una declaración de amor a esa ciudad, que es clave en su obra. De hecho, para Skoknic, “el rasgo más permanente y marcado de Woody Allen ha sido su capacidad de posicionar a Nueva York en el cine, a través del vínculo siempre estrecho entre los personajes de sus películas y esta ciudad, algo que yo definiría como ‘emotividad urbana’”.
Hanna y sus hermanas
“Porque Allen es un neoyorkino por donde lo miren; conoce su ciudad palmo a palmo, y eso lo refleja en su cine”, afirma. Para ella esta idea se refuerza cuando vemos que los filmes que ha realizado en otras ciudades como Roma (A Roma con amor, de 2012, con una Penélope Cruz en papel de una prostituta que se encuentra con sus clientes en una boda) o Barcelona (Vicky Cristina Barcelona, de 2012, donde Cruz ganó un Oscar como mejor actriz de reparto), no han logrado el éxito de las anteriores.
“’Annie Hall’ o ‘Anna y sus hermanas’ claramente no podrían haber sucedido en otra parte”, remata.
“Woody Allen no sólo es un ícono del siglo XX, sino de la posmodernidad”, coincide el crítico Enrique Morales Lastra, quien afirma que algunos de sus guiones tienen la misma calidad literaria de una gran novela. “Fue el primero que filmó diálogos en vivo o grabaciones en un parque. Sin él tipos como Richard Linklater jamás habría hecho su trilogía de ‘Antes del amanecer’”.
Para Morales Lastra Allen además podría calificar como creador de un nuevo género, la tragicomedia, “que llevó a la perfección. Muchos cineastas en ese intento fracasaron, como el propio Goddard”.
La Rosa Púrpura del Cairo
Tras presentar en 2015 «Irrational Man» (a estrenar en Chile el próximo año), una comedia inteligente y chispeante marca de la casa con Joaquin Phoenix y Emma Stone al frente, Allen ya tiene avanzada la producción de su nuevo filme para el próximo año, que todavía no tiene título pero que contará con el protagonismo de la actriz Kristen Stewart («Twilight»).
Junto a ella aparecerán Blake Lively, Jesse Eisenberg, Steve Carell y Parker Posey, entre otros, para dar forma al reparto de una película cuyo argumento se mantiene en secreto, pero que sí se conoce ha sido rodada en Los Ángeles y en su ciudad fetiche y postal habitual de su cine, Nueva York.
Pero si algo ha llamado recientemente la atención del mundo del espectáculo en torno a la figura de Woody Allen es la preparación de un proyecto para Amazon con el que desembarcará en el mundo de la televisión en 2016.
Match point
«Es un error catastrófico», dijo Allen en Cannes para referirse, con su característica ironía, a la dificultad de desarrollar una serie compuesta por seis capítulos de media hora que se podrá ver de manera exclusiva en el Prime Instant Video de Amazon en Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania.
«Espero no decepcionar a Amazon, pero no soy bueno en ello, no veo muchas series, no sé lo que he hecho. Espero que no sea lo más embarazoso que he hecho en mi vida», añadió sobre un proyecto envuelto en misterio, del que no se sabe ni el reparto ni tampoco el argumento.
Es habitual que Allen no se refiera a sí mismo con demasiada importancia, haciendo gala de un despreocupado sentido de la vida como si tratara de quitarse méritos, tal y como señaló al biógrafo estadounidense Eric Lax en el libro «Conversations with Woody Allen» (2009).
«Mi percepción objetiva -le dijo el cineasta a Lax- es que no he logrado nada artísticamente significativo».
«Creo -prosiguió- que no he hecho una contribución real al cine, comparado con otros de mis contemporáneos como (Martin) Scorsese, (Francis Ford) Coppola o (Steven) Spielberg (…). Sólo soy un tipo ocurrente de Brooklyn y Broadway que ha tenido mucha suerte».
Una humildad que confirma “Woody Allen. El último genio”, que acaba de publicar Natalio Grueso.
“Allen es un tipo generoso, comparado con cómo se comportan las estrellas de Hollywood. Dice que los actores deberían preocuparse cuando nadie se quiere hacer fotos con ellos, no cuando sí quieren”, contó Grueso al diario “El País”, que en el libro describe un momento del rodaje en Avilés de ‘Vicky Cristina Barcelona’, en el que el director obligó a Scarlett Johansson a salir a saludar a los curiosos que rodeaban la filmación.
“La imagen que hay de él de tipo desvalido es falsa, la gente confunde personaje cinematográfico y persona. ¡Quién quisiera haberle ganado el pulso durante 50 años a Hollywood haciendo lo que él ha querido, cuando y como él ha deseado!”.
