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Crítica de «Happy End» de Brecht-Weill: ¿Qué es peor, robar o fundar un banco? Se presenta en el GAM, en su debut en español, hasta el 15 de mayo

Crítica de «Happy End» de Brecht-Weill: ¿Qué es peor, robar o fundar un banco?

Con la excusa de celebrar los sesenta años del fallecimiento Bertolt Brecht, presenciamos en la obra una desafiante versión que busca mantener vigente la sátira del “final feliz” a cargo  del director Alvaro Viguera. Ojalá podamos asistir a más instancias de puestas en escena de obras de Brecht para poder apreciar el gran legado de este dramaturgo: el teatro épico.


Ambientada en el Chicago de los años 20 en el apogeo de los gángsters, cuando Al Capone tenía solo 20 años…..y con un muy sencillo relato, plantea la dialéctica del bien y del mal satirizando los finales felices propios del cine holywoodense. Los malos son liderados por Bill Cracker, quien se enamora de la teniente Lillian Holiday, activa evangelizadora del Ejército de Salvación. El bien triunfa y los gángsters se unen a la causa redentora de las almas capitalistas. ¿Qué es peor, robar un banco o fundar uno? pregunta La Mosca, ladrona experta en las bóvedas de bancos que busca reivindicarse en el epílogo.

Happy End se presenta en el GAM, en su debut en español, hasta el 15 de mayo.  Con la excusa de celebrar los 60 años del fallecimiento de Bertolt Brecht, presenciamos una desafiante versión que busca mantener vigente la sátira del “final feliz” a cargo  del director Álvaro Viguera.

En estos últimos meses, Brecht ha estado muy presente en la cartelera local: en el verano,  el director de Teatro Onirus, Horacio Videla, en el formato de teatro callejero presentó Alas de acero, que recuerda el solitario vuelo de Charles Lindbergh en la Plaza Yungay. FITAM, por su parte, presentó el Cabaret Brecht Weill y ahora el GAM se estrena Happy End. Además, en junio, se realizará en el Teatro Municipal el estreno de la ópera Auge y Caída de la ciudad de Mahagonny.

Ojalá podamos asistir a más instancias de puestas en escena de obras de Brecht para poder apreciar el gran legado de este dramaturgo: el teatro épico.

Happy End, Estudio Schkolnick9

Creado con objetivos políticos que aspiran a la reflexión sobre los conflictos sociales, esta obra busca “romper la cuarta pared”, y así es cómo crea una estética nueva que le da un sentido a su relación con el público, interpelado por los personajes. Según su gran colaboradora Elisabeth Hauptmann y co-creadora de Happy End , la estética nueva inspirada en los postulados marxistas de Brecht se resumen en la siguiente máxima: «Cuando se ve que nuestro mundo actual ya no cabe en el drama, entonces resulta que el drama ya no cabe en este mundo». En consecuencia, se debe crear un drama distinto, y a esta tarea se aboca Brecht mediante la elaboración de la teoría del teatro épico, el cual extrae sus rasgos peculiares de la confrontación con la dramaturgia clásica. Es un teatro reflexivo que desafía al público, con una clara postura.

Brecht, el prolífico dramaturgo logró en sus escasas y a la vez brillantes encuentros con el compositor Kurt Weill en el formato de singspiel (comedia musical) sus mayores éxitos: La Ópera de los Tres centavos, Auge y Caída de la ciudad de Mahagonny y Happy End.

La puesta en escena que asistimos en el GAM, fue de menos a más. Los roles principales estuvieron a cargo de los actores y cantantes Geraldine Neary como Teniente Holiday y Gabriel Urzúa como Bill, a los que acompañan otros 14 actores y 8 músicos.

Happy End, Jorge Sánchez7

El escenario tiene en un primer nivel, dos espacios: la sede liberadora y el bar de los Gángster, mientras en el segundo nivel se instala la orquesta.

Las exigencias del libreto hacen que el desafío aumente ya que se requieren actores cantantes. Sin duda, la preparación musical no estuvo a la altura de la preparación actoral. Pero esto no aminala al director Álvaro Viguera que  transmite con ironía y humor, la vigencia de este mensaje brechtiano sobre la naturaleza dialéctica del bien y del mal. Logra darle una resignificación a las contradicciones del ser humano y se encontró con un público conectado e interpelado que ovacionó al finalizar.

Obviando el desempeño vocal, la acción fluye con una línea clara en las que las coreografías, a cargo de Gonzalo Beltran, son efectistas.

Destacan en el elenco una consagradísima Gloria Munchmayer como la Mayor Stone del Ejército de Salvación, junto a la actriz Natalia Grez en el rol de la narradora. Por su lado, el Gobernador, interpretado por Bastián Bodenhöfer – quien muere al poco andar la obra- permite aumentar la orquesta con un clarinetista adicional.

Adriana Stuven y Mercedes Mujica ridiculizan a las hermanas del Ejército con mucho humor y soltura mientras que a Felipe Castro -en el rol del buen samaritano- le resulta algo incómodo. Curiosamente, Cristóbal Muhr que realiza tres roles en la obra, es el de policía el que explota con mayor entusiasmo. Elvira López como La Mosca y quien además tuvo a cargo el coach local se la juega en su complejo rol como la “dueña” de la calle. Los gángsters son homogéneos: Gabriel Cañas, Rodrigo Lisboa y Santiago Rodríguez. Buen desempeño de Catalina Martín como Miriam. Habría sido deseable sobretítulos para las canciones, ya que, entender su texto resulta clave para el desarrollo de la obra. Los músicos de la Orquesta, caracterizada en época, estuvo dirigida por Marcelo Vergara, quienes cumplieron cabalmente su participación.

Con gran despliegue de escenografía, Rodrigo Ruiz tuvo éxito en los múltiples cambios de escena resueltos con inteligencia y efectividad. El vestuario de época también destacó como muy apropiado gracias al trabajo de Andrea Carolina Contreras.

En lo musical hubo niveles dispares, sin embargo Neary sorteó con inteligencia las dificultades del gran momento de Surabaya Johny. Las intervenciones corales convencieron a diferencia de las individuales, las que claramente permiten reflexionar que el camino de las comedias musicales, con la presencia de actores que sean a la vez cantantes, aún está verde en Chile.

Una importante apuesta que será, sin lugar a dudas, recordada en los anales del GAM y se agradece a la gestión anterior, en especial a Javier Ibacache.

Música Kurt Weill

Texto Bertolt Brecht y Elizabeth Hauptmann

Texto de canciones Bertolt Brecht

Traducción al español Omar Saavedra Santis

Director Álvaro Viguera

Director Musical Marcelo Vergara 

Productora General Antonia Santa María

Asistente de Dirección Ana Corbalán

Asistente de Producción Alessandra Massardo

Coreógrafo Gonzalo Beltrán

Diseño Escenografía e Iluminación Rodrigo Ruiz

Diseño Vestuario Andrea Carolina Contreras

Diseño Sonoro Roberto Contreras

Coach Vocal Elvira López

Co-Producción GAM y La SANTA Producciones

Elenco Geraldine Neary (Aleluya Lil), Gabriel Urzúa (Bill),  Elvira López (La Mosca), Bastián Bodenhöfer (Gobernador), Gloria Münchmeyer (Mayor Stone), Felipe Castro (Hannibal Jackson), Catalina Martin (Miriam), Gabriel Cañas (Sam), Santiago Rodríguez (Baby Face), Rodrigo Lisboa (Jimmy Dexter), Adriana Stuven (Hermana Jane), Mercedes Mujica (Hermana Mary), Cristóbal Muhr (Hermano Brown) y Natalia Grez (Policía).

Orquesta Marcelo Vergara, Yohan Aranda, Alfonso Vergara, Diego Morales, Karem Ruíz, Camilo Arriagada, Cristian Molina, Gad Xoyón.

Temporada 18 Mar al 15 May

Horarios Ju a Sá – 20 h, Do – 19.30 h

Sala A2

Preventa general: $6.000 Entrada Gral: $8.000 3ed. y Est.: $4.000 / Promociones en gam.cl

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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