La experiencia seguirá replicándose en otros centros penitenciarios femeninos
El pasado jueves 31 de agosto, un grupo de internas del C.P.F. San Joaquín experimentó por primera vez la realidad virtual en una actividad especial para ellas. Se trata de visitas grabadas en 360 grados por los barrios y casas de las internas, que pudieron ser visualizadas por ellas gracias a equipos de última tecnología.
Desde marzo, 12 internas del Centro Penitenciario (C.P.F) San Joaquín han participado del primer Taller de cine documental para mujeres de la cárcel, proyecto dirigido por la cineasta Catalina Alarcón, ganador del Fondo Audiovisual 2017. La iniciativa tiene como objetivo acercar el cine documental iberoamericano a la población femenina de la cárceles de San Joaquín y Valparaíso, como un espacio de reflexión personal y social, donde el cine funcione como herramienta de inclusión y viaje a un espacio exterior a la cárcel. Se trata de una pausa reflexiva en torno a las definiciones de mujer, maternidad, género, memoria y familia, donde las internas tengan la oportunidad de vivir una experiencia de realidad virtual que las conecte con sus seres queridos. La primera etapa del proyecto culminará el 7 de septiembre con un documental realizado por las internas que se proyectará en el centro penitenciario para ellas y sus familias.
A días de finalizar en San Joaquín, luego de haber completado la grabación del cortometraje realizado por las internas, Catalina y el equipo de talleristas, compuesto por las realizadoras Constanza Miranda y Josefina Buschmann, apoyadas por Valeria Hofmann, Daniela Camino y Tamara Uribe, trabajaron junto a seis alumnas del taller para hacer realidad una iniciativa fuera de lo común: poder recorrer sus casas de infancia y volver a ver a sus familias, gracias a una experiencia de realidad virtual y video en 360 grados.
“Queríamos que las internas tuvieran la oportunidad de interactuar con sus familias, volviendo a casa por unos segundos gracias a la tecnología”, cuenta Catalina. La experiencia comenzó cuando la directora visitó las casas de las internas y, con la cámara 360, las familias registraron el espacio a modo de tour. Con anteojos Oculus (soporte de un celular que permite observar de manera inmersiva) las alumnas visualizaron los videos grabados por sus familias, como si estuvieran nuevamente en sus casas. “Las familias participaron con mucho entusiasmo y, de la forma más cotidiana, grabaron el video contándole a la interna de la cárcel cómo se veía su antigua pieza, qué estaban almorzando, o simplemente mandando saludos y cariños”, señala Catalina sobre la filmación, cuya postproducción estuvo a cargo de Christian Nawrath, cineasta y post productor de color.
El proyecto continuará su segunda etapa replicando la experiencia en el C.P.F de Valparaíso. Donde, al igual que en San Joaquín, habrán proyecciones especiales con la presencia de destacadas realizadoras chilenas, así como también una segunda experiencia de realidad virtual.
El taller es planteado por Catalina como un espacio diferente, y al mismo tiempo necesario en el contexto de las internas: “La relación entre las internas y sus familias, como madres hacia sus hijas, como hermanas, hijas o nietas, se ve quebrada debido a la privación de libertad, y esta experiencia les permite volver a “conectarse” con sus familias, recorriendo sus espacios más íntimos y cotidianos utilizando la tecnología y la virtualidad como una herramienta cercana, y al cine como instrumento de narración y reflexión personal”, cuenta Catalina.
La realizadora adelanta que trabaja con su equipo para llevar este ejercicio a un nivel de interacción inmediato utilizando la reproducción vía streaming, con el fin de que las internas puedan volver a casa de manera momentánea y virtual, y además, puedan entablar un diálogo directo con sus familias.
