Uno de sus logros es el potencial internacional que el centro ha desplegado en el último tiempo
María José Cifuentes dirige este proyecto nacional, que tardó cuatro años en ejecutarse, y tiene como misión apoyar, colaborar y nutrir los procesos de creación e investigación en lo que denominan “artes vivas”. Asimismo, se definen como un “laboratorio” que de alguna u otra forma otorga total libertad a sus artistas, brindándoles las herramientas necesarias para el desarrollo de ideas e iniciativas interdisciplinarias.
NAVE, centro de creación artística, responde al concepto de “Nación de Artes Vivas Emergentes” y al mismo tiempo busca visualizar lo que vendría a ser un nuevo espacio de desarrollo cultural en la escena nacional. En sus años de funcionamiento, la apuesta guiada por María José Cifuentes, ha albergado a más 420 artistas, con el fin de brindar oportunidades espaciales para un apropiado desarrollo y crecimiento.
Dentro de esta línea, Cifuentes, directora artística del establecimiento, explicó que NAVE llegó a cubrir la creación artística, un aspecto de las artes escénicas que, a su juicio, estaba desprotegido. “Actualmente en Chile sólo figura un fondo que entrega dinero para la creación que es el Fondart y lamentablemente, no existe un apoyo desde el sector privado o de otras instituciones que potencien la creación en sí”.
Nelson Claude es un ciudadano haitiano protagonista de la residencia de Francisco Bagnara, proyecto parte de la convocatoria DenkTanz 2017 de Nave. Todas las fotografías son de NAVE
Frente a esto, la también gerente en la Fundación Patrimonio Creativo, profundizó que hoy el foco está centrado en la circulación, la exhibición y en el montaje de obras. Mientras que, a raíz de ello, se ha descuidado el apoyo a los creadores. “La idea es que con buenas herramientas y espacios de calidad puedan llevar a cabo propuestas de alto nivel”.
“NAVE llegó a generar un espacio profesional de desarrollo que entregue todas las condiciones que un artista necesita para trabajar. No sólo hablo de condiciones espaciales, pues una cosa es el edificio y la importancia que tiene a nivel arquitectónico, sino que también me refiero al equipo. Hemos diseñado una metodología de trabajo donde existe una labor guiada, tanto a nivel técnico como de curatoria. Es un modelo nuevo que de alguna forma lleva a cambiar la percepción de las artes escénicas, donde éstas dejan de ser vistas como un producto y pasan a ser consideradas como una espacio de investigación en el que surgen nuevas lógicas”, dijo Cifuentes.
Quien cursó estudios en la Pontificia Universidad Católica de Chile, detalló en la importancia de otorgar prioridad a este tipo de centros, señalando que en la sociedad chilena la cultura se entiende desde un lugar asociado a la producción, en el que la lógica se ubica en valorizar la obra del artista, dejando de lado la trascendencia del arte en la comunidad como acervo. “Por un lado tenemos el área científica que recibe una serie de financiamientos para incentivar sus investigaciones. En ese sentido si pusiéramos en valor al arte de igual manera, podríamos entender que el campo artístico también aporta un tipo de conocimiento”.
Desde esta perspectiva, la directora artística de NAVE relató que, debido a lo anterior, los espacios para la creación siempre han estado en segundo lugar. “Erróneamente se ha entendido que el artista como sea hace su trabajo, se tiene esta visión de que su labor debe ser gratuita, sin embargo, en países en los que justamente se ha reforzado el arte han cambiado el paradigma cultural, cuando pones a disponibilidad un espacio profesional para que tome forma se logra evidenciar cómo impacta y cómo mejora, notablemente, el nivel cultural”.
Cifuentes, relaciona la importancia de estos centros con el poder entregar valor a lo que se elabora en el mundo del arte como conocimiento. “Si miramos a otros países, podemos observar que la mayoría tiene políticas estatales, finalmente, es el Estado quien proporciona estas instancias, en las que los artistas se pueden desenvolver, pues existe un entendimiento de la importante del arte en la cultura y que al mismo tiempo, es parte del patrimonio nacional. Pensando en nosotros, todo lo que hacemos se entiende, de alguna manera, como patrimonio porque son proyectos artísticos que enriquecen lo que es la cultura chilena”.
Respecto a los desafíos que inicialmente debieron enfrentar identificó dos obstáculos. El primero guarda relación con la poca claridad que existía desde el público hacia el concepto de laboratorio artístico que como centro deseaban plantear. “El tener que explicar constantemente que no somos un espacio de exhibición, fue muy difícil. Esto, debido al enfoque productivo que hay. Nos costó plantear que no realizamos exposiciones, que no éramos un teatro o una sala pero que sí éramos un centro de investigación o un semillero de artistas”.
El Cabaret Yungay es una de las actividades que realiza NAVE como parte de su programación anual para generar vínculos y desarrollar instancias donde los vecinos. Todas las fotografías son de NAVE
Por otro lado, apuntó la obtención de recursos económicos como la segunda barrera, señalando que hasta el día de hoy sigue siendo un reto importante para el centro. “NAVE es un espacio que nace desde la autogestión. Podríamos decir que recibimos las llaves de la casa, pero no el soporte necesario para funcionar. Durante estos dos años, paralelo a las iniciativas que hemos llevado a cabo, hemos sorteado el desafío de mantenernos en el tiempo, lo que ha sido complejo debido al carácter más invisible que tiene nuestra labor que no es algo que genere interés como lo hace un espectáculo”.
A pesar de esto, relata que poco a poco algunas instituciones se han interesado en el trabajo de NAVE, por lo que han entregado diversas becas, para que así puedan realizar los artistas puedan realizar de mejor forma sus proyectos.
María José destacó el potencial internacional que el centro ha desplegado en el último tiempo, transformándose en un referente de lo que son las artes híbridas, así como también en la instalación de una visión de las artes más experimentales. “Somos un referente y hemos puesto a Chile, de alguna manera, en el foco de atención de muchos países. Hemos creado, en ese sentido, focos de danza chilena en el extranjero o encuentros de artistas y así hemos desarrollado una labor de internacionalización súper potente que también es invisible porque en el contexto nacional, entender el impacto que este proyecto genera, resulta más complejo”, finalizó.
