Los manifestantes, entre los que se contaban docentes, agitaron pancartas que criticaban la competencia, pegando en el autobús del equipo autoadhesivos en los que se pedía que se gastara el dinero en educación y no en estadios.
El comienzo de los preparativos de la selección de Brasil para la Copa del Mundo de fútbol, que tuvo lugar ayer, se vio opacado por las protestas conforme los jugadores tratan de ganar el torneo en su propio país por primera vez.
La formación liderada por el delantero del Barcelona Neymar fue abucheada por los manifestantes al salir de un hotel de Río de Janeiro hacia el campo de entrenamiento de Teresópolis, ubicado a 95 kilómetros (59 millas) de la ciudad, mostraron ayer las imágenes de la TV. Los manifestantes, entre los que se contaban docentes, agitaron pancartas que criticaban la competencia, pegando en el autobús del equipo autoadhesivos en los que se pedía que se gastara el dinero en educación y no en estadios.
Brasil gastará unos US$11.000 millones para organizar la Copa Mundial entre el 12 de junio y el 13 de julio, en tanto los preparativos se ven empañados por los excesos presupuestarios y las demoras en los cronogramas conforme el país construye o remodela doce estadios para el torneo. Más de un millón de brasileños protestaron en junio del año pasado por temas como las prioridades del gobierno en materia de gastos y la corrupción durante la Copa Confederaciones, preparatoria de la Copa Mundial. Ayer no hubo más de 200 manifestantes y el equipo brasileño tiene el apoyo de la población, dijo a los periodistas en el campo de entrenamiento Carlos Alberto Parreira, coordinador técnico de la selección. “La selección nacional es una herencia cultural y deportiva del pueblo brasileño”, señaló. “La gente está de parte de la selección nacional”.
El fútbol es una pasión nacional en Brasil y una cantidad récord de aficionados solicitaron entradas en tanto la selección trata de asegurarse un sexto campeonato mundial que ampliará su récord. En sus apariciones públicas, la presidente Dilma Rousseff promete repetidas veces que Brasil será la sede de la “copa de copas”.
En junio del año pasado, Neymar escribió en su página de Facebook que las manifestaciones eran una inspiración para él durante la Copa Confederaciones, en la que Brasil salió victorioso. Ronaldo Luis Nazario de Lima, ganador dos veces de la Copa Mundial, escribió en su cuenta de Twitter en aquel momento que se sentía orgulloso de ver las marchas y esperaba que sirvieran para mejorar la administración de los fondos públicos.
