La Fiscalía Nacional Económica lleva a la aerolínea al TDLC y pide además una sanción de US$4,2 millones por haber incumplido uno de los 14 puntos comprometidos en su fusión. El 50% de sus ingresos proviene de vuelos internacionales fuera de Latinoamérica.
Un verdadero balde de agua fría cayó sobre Latam durante la tarde de ayer. Sin haber sido advertida, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) informó que presentó un requerimiento ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) luego de detectar el incumplimiento de uno de los 14 puntos que asumió la aerolínea para su fusión (Lan y Tam) en 2011.
Se trata del punto 7, el cual dice relación con el compromiso de la compañía de renunciar en un plazo de dos años (el cual se cumplió el 22 de junio de 2014) a acuerdos de códigos compartidos con empresas que no son parte de la alianza Oneworld –a la que pertenece Latam– para rutas que conectan a Chile con Europa o Norteamérica; o bien, solicitar la autorización del TDLC para mantenerlos e incluso celebrar nuevos contratos.
Según expuso la FNE, tras haber fiscalizado los compromisos asumidos por Latam, “detectó que la compañía mantuvo seis acuerdos de códigos compartidos que incumplen la resolución del Tribunal y que, además, ha celebrado otros cuatro acuerdos similares con posterioridad a la resolución dictada por el TDLC, sin haber obtenido la autorización respectiva”.
Por eso fue que el lunes la Fiscalía solicitó ante el TDLC una multa de 5.000 UTA (US$4,2 millones), además de la cancelación de estos contratos. “La aprobación de una operación de concentración supone obligaciones que persisten más allá de la fecha en que se concreta una fusión (…). Este es un tema que las empresas deben asumir y cobra más relevancia ahora que se trabaja en la reforma al sistema de libre competencia, que, entre otras cosas, propone crear un sistema obligatorio para el control de operaciones de concentración”, sostuvo Felipe Irarrázabal, titular de la FNE.
El impacto en el mercado
Los convenios que tenía Latam eran a través de sus filiales en Argentina, Perú y Tam en Brasil, las que poseían acuerdos de códigos compartidos con Aeroméxico, AirChina, All Nippon Airways, Lufthansa, Korean Airlines y Singapore Airlines.
Analistas dicen que el hecho supone un impacto incierto para los ingresos de la compañía, además de revelar un litigio que los analistas de la empresa desconocían, pues la compañía intentó revertir el compromiso en cuestión mediante un recurso de reclamación que fue rechazado por la Corte Suprema en abril de 2012.
El 50% de los ingresos de la empresa provienen de vuelos internacionales fuera de Latinoamérica. La empresa no ha hecho el desglose respecto del peso que tienen sus distintos convenios, por tanto en el mercado se ignora en cuánto podrían verse afectadas sus ventas si es que cancela sus acuerdos con las seis aerolíneas mencionadas.
“Habría que desglosar cuáles son sus ingresos a través de códigos compartidos, con su alianza Oneworld, y como operadores propios. Esa información la compañía no lo entrega al mercado”, sostiene Jorge Sepúlveda, analista de EuroAmerica, quien por lo mismo señala que, de materializarse la sanción sugerida por la FNE, “podríamos observar un descenso en las operaciones en estas rutas de vuelos compartidas”.
El primer trimestre la empresa anotó una pérdida de US$40 millones, a pesar de que su Ebitda creció de un 3,5% a un 8,1% en el período comparable, gracias al menor valor de combustible y reducción de costos. Sólo por combustible, la empresa se ahorró unos US$330 millones durante los primeros tres meses del año, pero la volatilidad de las monedas de la región terminó afectando sus resultados. El real brasileño se depreció un 20%, lo que se tradujo en US$120 millones de pérdidas contables, explica Sepúlveda.
Ahora, las perspectivas del crudo se mantienen estables, pero la amenaza actual es la desaceleración de la región. El precio objetivo consensuado por el mercado es de $6.900, un upside de 41%, pero los riesgos son altos, pues está por verse cómo impactará la desaceleración latinoamericana en el valor de sus tarifas.
Durante la jornada de este jueves, las acciones de la compañía han caído cerca de 2,8% tras requerimiento de la FNE.
Latam: “Se ha cumplido con todo”
La aerolínea reaccionó a la acusación de la FNE afirmando que “se ha cumplido con todas y cada una de las medidas y condiciones establecidas” por el TDLC.
“Dicha Resolución impuso muchas y muy relevantes medidas a Latam, que ha desplegado esfuerzos económicos y humanos significativos para implementarlas oportunamente y a cabalidad. Latam las ha cumplido todas, e incluso en muchas de ellas ha ido más allá de lo ordenado”, enfatizó la aerolínea, explicitando que tiene la certeza de haber cumplido con el punto cuestionado por la FNE.
Sin esconder su molestia por no haber sido notificada, la empresa agregó que “lo relevante es que este cumplimiento se llevó a efecto oportunamente, después de informar, en forma previa, a la misma FNE, de lo que Latam de buena fe estimaba era la correcta aplicación de la mencionada medida (…). Es por lo anterior que Latam no puede dejar de expresar su sorpresa ante este desproporcionado e infundado requerimiento”.
Ahora se prepara para defenderse en el TDLC.
Cabe recordar que Latam Airlines tiene antecedentes negativos en el área de la libre competencia. Tuvo que pagar 100 millones de dólares en multas en Estados Unidos y la Unión Europea por colusión en el negocio de la carga.
