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A propósito de la ley de etiquetas, compañías de alimentos tienen más recursos que defensores de la salud en debate sobre pautas de nutrición

A propósito de la ley de etiquetas, compañías de alimentos tienen más recursos que defensores de la salud en debate sobre pautas de nutrición

Si el gobierno de Obama adopta las medidas, las recomendaciones acercarían la política de nutrición al objetivo de reducir el excesivo consumo que, según se sostiene, es el motivo de que se haya casi triplicado el porcentaje de obesidad entre la década de 1960 y 2010 en Estados Unidos.


La batalla por definir lo que deben comer los estadounidenses enfrenta a los nutricionistas con grupos que gastan casi 14 veces más dinero en hacer lobby en Washington.

Coca Cola Co., la industria de alimentos y grupos agrícolas preocupados por la recomendación de un panel gubernamental de reducir el consumo de carne y azúcar representaron el 85 por ciento de las entidades que intervinieron en el tema entre abril y junio, mientras que los grupos de defensa de la salud y el medio ambiente conforman el resto, indican registros federales.

Las empresas gastaron US$15,3 millones en hacer lobby en relación con las pautas y otros temas en el trimestre, en comparación con US$1,1 millones de grupos que apoyan las propuestas, entre ellos la Academia de Pediatría de los Estados Unidos. No se registra el gasto específico para el trabajo en las pautas que propuso un grupo de científicos hace cinco meses.

“Cuando uno es una organización sin fines de lucro, uno depende de las donaciones, y nosotros no tenemos los recursos que otros tienen”, dijo Kristy Anderson, administradora de relaciones gubernamentales en Washington para la American Heart Association, que tiene sede en Dallas. “Cuando hacemos propuestas, todo se resume a la ciencia y a nuestra reputación”.

Si el gobierno de Obama las adopta, las recomendaciones acercarían la política de nutrición al objetivo de reducir el excesivo consumo que, según se sostiene, es el motivo de que se haya casi triplicado el porcentaje de obesidad entre la década de 1960 y 2010.

Azúcar agregada

Las pautas se usan para la elaboración de almuerzos escolares y para el programa de Mujeres, Niños y Bebés de US$6.000 millones anuales, que contribuye a que más de 8 millones de estadounidenses compren alimentos. Los departamentos de Salud, Servicios Humanos y Agricultura planean difundir para fin de año sus recomendaciones, algo que realizan dos veces por década.

El Comité Asesor en Pautas Nutricionales, un grupo independiente de científicos que asesora al organismo, propuso el primer objetivo explícito sobre “azúcar agregada” en el procesamiento de alimentos. Recomendó que los adultos estadounidenses no consumieran más de 10 por ciento del total de calorías, menos que el promedio de 13 por ciento actual. El consumo de “carne magra”, recomendado en las pautas de 2010, sólo mereció una nota a pie de página en 2015, cuando se alentó a los consumidores a reducir el consumo de carne en general.

La Asociación de Bebidas de los Estados Unidos, entre cuyos miembros se cuentan Coca Cola, PepsiCo Inc. y Dr Pepper Snapple Group Inc., rechaza la pauta sobre azúcar agregada y dice que esas calorías no causan obesidad en mayor proporción que otras.

El grupo de bebidas contrató a lobbystas de tres firmas y usa su personal para “hablar con el Congreso y diversas burocracias en Washington a los efectos de asegurarse de que las recomendaciones se basan en principios científicos”, dijo en un correo electrónico el vocero William Dermody.

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