Publicidad
Crisis de los lecheros: hay que ser muuuy vaca Opinión

Crisis de los lecheros: hay que ser muuuy vaca

«Los problemas que enfrenta la industria son variados y de distinto tenor. Por una parte, no se puede desconocer que el sector atraviesa una crisis de precios a nivel mundial. Sin embargo, por otra parte, a ello se agrega que en Chile la situación es aún más difícil porque no tenemos un Estado involucrado en las soluciones, otorgando subsidios, buscando reglas del juego más justas, interviniendo para evitar los abusos de posiciones dominantes de los compradores o planificando adecuadamente el desarrollo de la economías de las regiones».


Para sorpresa de muchos, no es lo mismo producir leche en el sur que en la Zona Central de Chile. Tampoco es igual para los consumidores de las grandes ciudades, como Santiago, Valparaíso o Viña.

Producir en el centro del país es más caro, por los costos de mano de obra, la alimentación de los animales, las exigencias medioambientales, las alternativas inmobiliarias de los terrenos, etc. Pero, a la vez, la existencia de estas lecherías garantiza que grandes poblaciones cuenten con leche, en todo momento, y las industrias lácteas dispongan de abastecimiento seguro y más fresco que requieren para la calidad de sus productos más delicados derivados de la leche.

Estas lecherías están muriendo, extinguiéndose y obligadas a enviar a sus animales a mataderos. De ahí, que los lecheros de la Zona Central decidimos realizar una campaña pública como una forma de llamar la atención de los principales actores que tienen relación con el rubro lechero.

“Hay que ser muuuy vaca” –como se dice la campaña–, es precisamente una exclamación de auxilio y un llamado a la responsabilidad de no dejar morir una actividad más que centenaria, como es la producción de leche en la Zona Central del país.

La idea de la campaña busca alertar a la opinión pública, a las autoridades y, también, a la industria láctea sobre la difícil coyuntura que enfrentan las lecherías y que están haciendo muy compleja e insostenible esta actividad en las regiones del centro.

Tal es la gravedad del momento que está enfrentando este sector que, desde junio de 2015 hasta hoy, han cerrado más de diez lecherías de las regiones V, VI y Metropolitana, y si la situación actual se mantiene, serán muchas más en el corto plazo.

Los problemas que enfrenta la industria son variados y de distinto tenor. Por una parte, no se puede desconocer que el sector atraviesa una crisis de precios a nivel mundial. Sin embargo, por otra parte, a ello se agrega que en Chile la situación es aún más difícil porque no tenemos un Estado involucrado en las soluciones, otorgando subsidios, buscando reglas del juego más justas, interviniendo para evitar los abusos de posiciones dominantes de los compradores o planificando adecuadamente el desarrollo de la economías de las regiones.

Para los lecheros lo importante, en este momento, es subsistir, mantener una actividad tradicional y, sobre todo, una fuente de trabajo estable para muchas familias que se ganan la vida en esas lecherías de manera permanente en zonas que, en general, ofrecen principalmente trabajos agrícolas temporales.

Los lecheros tienen la firme voluntad de querer hacer sustentable la actividad de las lecherías de la Zona Central. Para ello, obviamente, lo primero es que sean viables económicamente; haciendo todo lo necesario para ser socialmente sustentables en su relación con las comunidades y al menos mantener los empleos actuales; a la vez, que se hacen importantes esfuerzos para ser, también, ambientalmente sustentables adoptando, de manera voluntaria, Acuerdos de Producción Limpia y las mejores prácticas de la actividad.

Es necesario que la industria lechera y los consumidores sepan que está en riesgo la existencia de sus proveedores más cercanos y seguros, y sin necesidad de recurrir a la leche reconstituida, en polvo o evaporada. También están las autoridades, que fiscalizan y establecen muchas veces exigencias no solo difíciles o imposibles de cumplir sino, incluso, difíciles de financiar; y, por último, las comunidades que llegan a vivir en las cercanías y reclaman por olores, vectores o la sola presencia de la actividad en zonas eminentemente agrícolas.

Es urgente que la opinión pública sepa que la existencia de estas lecherías es esencial para la región, que al estar en peligro de extinción, el no producir leche en esta zona afectará la disponibilidad de leche fresca y natural, los empleos que brinda y los bolsillos de los consumidores.

Juan Carlos Prieto
Presidente Cooperativa Agricola Lechera de Santiago

Publicidad

Tendencias