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Espionaje en la Sofofa: micrófono en oficina de Hermann von Mühlenbrock remece los cimientos de la industria y gatilla sospechas de operación para frenar a Bernardo Larraín Matte Se especula que esta mañana Pedro Lizana, ex presidente del gremio, pedirá postergar elecciones

Espionaje en la Sofofa: micrófono en oficina de Hermann von Mühlenbrock remece los cimientos de la industria y gatilla sospechas de operación para frenar a Bernardo Larraín Matte

El ilícito fue descubierto el viernes pasado por un equipo de investigadores que había detectado el mismo delito en Carozzi, la empresa que representa el vicepresidente José Juan Llugany en el gremio de la industria. Comité ejecutivo y Larraín Matte, acompañado de Patricio Jottar, fueron ayer informados y respondieron con una escueta carta. Hay incredulidad entre sus cercanos, mientras crecen las suspicacias en la Sofofa por parte de quienes ven en esta denuncia un complot para postergar las elecciones de la instancia y tratar de frenar la llegada de Bernardo Larraín Matte.


Faltando 5 días para la elección del nuevo presidente de la Sofofa, el actual timonel de la industria lanzó una bomba. Ayer en la mañana, a las 8:30 horas, a puertas cerradas, Hermann von Mühlenbrock convocó a una reunión extraordinaria a los miembros del comité ejecutivo integrado por los vicepresidenes Juan José Llugany, Gastón Lewin, Jorge Ortúzar, Rodrigo Álvarez, José Antonio Valdés, Alejandro Kuzanovic, Juan Andrés Errázurriz y Matias Domeyco. Solo se ausentaron Carmen Román, Marco Razmilic y Félix Bacigalupo.

La noticia era gravísima y remecía los cimientos de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Por primera vez, un presidente del gremio de la industria informaba que habría sido blanco de espionaje.

Los hechos se desencadenaron después de que Rodrigo Álvarez bajara su candidatura por causas extraelectorales y Bernardo Larraín Matte corriera solo por el sillón del gremio industrial.

“El golpe fue brutal”, cuenta una fuente conocedora del hallazgo de un pequeño micrófono descubierto en el techo de la oficina del timonel de la industria, Hermann von Mühlenbrock.

Aquello confirmaba lo que venía sospechando desde hacía semanas el presidente del gremio: “Alguien escuchaba las conversaciones desde el interior de la oficina. Se citaban a reuniones que nadie convocaba o se registraban correos que salían y nadie entendía”.

Desde el interior de la industria cuentan que fue el vicepresidente José Juan Llugany quien le aconsejó a Von Mühlenbrock tomar cartas en el asunto, ya que Carozzi también había sido blanco de espionaje industrial, por lo que le recomendó al gerente corporativo, Carlos Cayo, contratar al equipo de investigadores de Pro-facis. Un hombre y una mujer dedicados a la investigación empresarial –micrófonos, teléfonos y computadores pinchados, que habían prestado servicios a Carozzi–.

Ellos fueron los que dieron con el micrófono del espionaje el viernes pasado. Lo que ameritó que Von Mühlenbrock y sus vicepresidentes –Llugany y Lewin– acordaran asesorarse con uno de los mejores penalistas de la plaza: Juan Domingo Acosta, abogado de Bancard y de Sebastián Piñera en algunos casos.

En ese marco, el profesional les habría recomendado que, ante un caso de tal gravedad, debían acudir a la Fiscalía para que investigase. Acción que ejecutarían a primera hora de este viernes.

La idea era tratar el tema en forma reservada. Era un asunto gravísimo, por lo que la directiva decidió que, después de citar a las 8:30 horas al comité ejecutivo, convocaría a las 10:30 horas al único candidato por el sillón de la Sofofa, Bernardo Larraín, acompañado de Patricio Jottar (CCU).

Hermann von Mühlenbrock y sus vicepresidentes les contaron sobre la gravedad de los hechos y la necesidad de que se investigara lo acontecido.

La respuesta de Larraín Matte y Jottar fue a través de una reveladora carta dirigida a la directiva. En ella, agradecen la confianza de haberlos informado sobre los hechos descubiertos tanto en las oficinas de Carozzi (empresa socia del gremio de la industria) como en la de Sofofa.

“Tal como lo comentáramos en la reunión, revisten la mayor gravedad, cualquiera sea el origen y las motivaciones que hayan tenido los responsables, pues, de acreditarse, la empresa mencionada y la SOFOFA habrían sido víctimas de un espionaje gravísimo. Cabe preguntarse además si existen otras empresas e instituciones víctimas de ilícitos similares”, consigna la misiva.

Si bien dicen estar dispuestos a apoyar toda acción encaminada a que se investiguen en detalle estos hechos y se determinen las respectivas responsabilidades, prefieren dar un paso al lado al respecto, al precisar que “tales decisiones corresponden que se analicen y adopten exclusivamente en la instancia superior de la SOFOFA, por lo que no nos parece procedente involucrarnos ni participar en una nueva reunión sobre esta materia”.

Y agregan que, si así lo determina el Consejo General del próximo miércoles 31, en caso de corresponderles integrar la dirección superior de la Sofofa, “tengan la seguridad que continuaremos, hasta las últimas consecuencias, con las investigaciones y acciones que se hayan iniciado, u otras que se consideren necesarias para la completa investigación de estos hechos”.

Interrogantes sin respuestas

Se desconoce por cuánto tiempo Hermann von Mühlenbrock es blanco de espionaje. “Esto puede llevar un mes o 10 años”, cuenta una fuente de la industria.

Mientras estos puntos son objeto de investigación, en el gremio crecen las suspicacias por parte de quienes ven en esta denuncia un complot para postergar las elecciones de la Sofofa y tratar de frenar la llegada de Bernardo Larraín Matte.

¿Por qué descubren justo después de la caída de la candidatura de Álvarez que la Sofofa es blanco de espionaje?¿Por qué no hicieron de inmediato la denuncia a la Fiscalía y esperaron una semana para informarlo a los consejeros?

Fuentes al interior del gremio con intimo conocimiento del caso también ven como sospechoso el hecho que esperaran hasta ayer para avisar a Larraín Matte y a Jottar, cuando esto era sabido por cerca de una docena de personajes claves de la Sofofa ya el miércoles temprano.

También apuntan a que inicialmente no se dijo que se habían encontrado micrófonos en la planta de San Bernardo de Carozzi.

Algunas preguntas no tienen respuesta, reconocen cercanos al presidente de la Sociedad de Fomento Fabril. Sin embargo, hay versiones que indican que la directiva intentó ser cautelosa y tratar el tema lo más transparentemente con el comité ejecutivo y con el propio Bernardo Larraín Matte, y que emitiría un comunicado para disipar tales rumores.

Otras apuntan a que responde a una estrategia desesperada para aplazar la elección de Larraín Matte y que el ex presidente de la Sofofa, Pedro Lizana, llamaría a postergar la elección, en la conferencia de prensa agendada para este viernes a las 11:00 horas en el Club Providencia.

El rol de Lizana también es visto con sospecha. Y observan con particular escepticismo la aparición del ex titular de la Sofofa en el programa de Chilevisión «La última mirada», en una entrevista con Fernando Paulsen. «Qué hace un hombre de su edad, que ya fue presidente, cruzando media ciudad a medianoche, a una entrevista sobre elecciones de la Sofofa», se pregunta esta fuente, que lo ve como parte de una operación.

Ahora todo queda en manos de lo que decida el Consejo General el próximo miércoles, fecha en que están convocados los 112 consejeros con derecho a voto, que decidirán quién liderará los destinos de la industria.

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