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Crisis de España se agrava ante posible declaración de secesión y mercados tiritan

Crisis de España se agrava ante posible declaración de secesión y mercados tiritan

Pocos ven una salida fácil. Los resultados del referéndum dan al primer ministro Mariano Rajoy alternativas difíciles, intentar dar un golpe al movimiento independentista con la suspensión del estatuto semiautónomo de Cataluña, o encontrar a los secesionistas a mitad de camino e iniciar conversaciones con el presidente catalán Carles Puigdemont.


En Madrid, Barcelona, ​​Bilbao y más allá, la pregunta es la misma: ¿Y ahora qué?

La votación del domingo para la independencia en Cataluña, una de las regiones más pobladas y prósperas de España, ha llevado al país a su crisis política más grave desde los tiempos del dictador Francisco Franco.

Pocos ven una salida fácil. Los resultados del referéndum dan al primer ministro Mariano Rajoy alternativas difíciles, intentar dar un golpe al movimiento independentista con la suspensión del estatuto semiautónomo de Cataluña, o encontrar a los secesionistas a mitad de camino e iniciar conversaciones con el presidente catalán Carles Puigdemont.

Puigdemont dijo que la votación, rechazada por el gobierno central como ilegal, justifica una declaración unilateral de independencia. Eso podría llegar al final de la semana, si el parlamento regional está de acuerdo. La Unión Europea se negó a reconocer la medida de la región rebelde, pero las acciones y los bonos españoles cayeron el lunes ante el creciente riesgo de una ruptura.

El enfrentamiento pone a Rajoy con poco espacio de maniobra. El líder de un gobierno minoritario que depende del apoyo de los partidos regionales para gobernar, se ha comprometido a proteger la integridad territorial de España. Su principal aliado en el parlamento, el líder del partido Ciudadanos Albert Rivera, pidió al primer ministro que invoque un artículo nunca antes utilizado de la Constitución de 1978 y que retire la especial condición regional de Cataluña, que le confiere ciertos poderes administrativos.

«Es el momento de actuar con calma, pero con firmeza», dijo Rivera, que es catalán, después de reunirse con Rajoy el lunes. Rivera dijo que una declaración de independencia puede materializarse en 72 horas y sugirió invocar el Artículo 155 que podría poner fin a cualquier intento al respecto.

Pero el socialista Pedro Sánchez, líder del principal partido de oposición, dijo después de su propia reunión con Rajoy que el gobierno central debe mantener conversaciones con los secesionistas. Mientras que Sánchez no hizo mención del artículo 155 en la declaración que emitió, los socialistas en Cataluña dijeron que el partido no apoyaría al primer ministro si adopta esa medida.

Eso significa que Rajoy tendrá poco apoyo político si opta por suspender el autogobierno catalán, la carta más poderosa que le queda. La crisis ya le ha causado problemas: la semana pasada tuvo que retirar los planes para presentar su presupuesto de 2018 después de que los aliados del partido vasco PNV retiraron su apoyo al criticar su posición sobre Cataluña. La continua postura de línea dura de Rajoy podría ser bien recibida en la España conservadora, dijo Antonio Barroso, un analista de riesgos políticos de Teneo Intelligence en Londres.

«En el corto plazo, esto no necesariamente perjudica a Rajoy», dijo Barroso. El riesgo, sin embargo, es que «en el largo plazo, las divisiones en España se profundicen».

La UE ha se ha negado a escuchar las peticiones de reconocimiento de los catalanes al sostener que es un tema interno de España y que una Cataluña independiente se situaría fuera del bloque. La disputa tendrá que «ser tratada de acuerdo con el orden constitucional de España», dijo el lunes la portavoz de la Comisión Europea Margaritis Schinas a periodistas en Bruselas.

La votación del domingo se vio enlodada por la violencia después de que el gobierno central enviara a miles de policías para interrumpir el referéndum. Los enfrentamientos dejaron cientos de heridos, según el gobierno regional.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, durante una entrevista con la emisora ​​TVE, elogió a las fuerzas de seguridad por su respuesta «medida» y dijo que España utilizará todas las herramientas a su disposición para hacer cumplir el estado de derecho.

Dos millones de catalanes respaldaron la independencia de un total de 2,3 millones de votos emitidos, con poco más de 5 millones de personas elegibles para votar. Antes de que comenzara la represión del gobierno, los líderes separatistas dijeron que se sentirían cómodos al declarar la independencia con cerca de 1,8 millones de votos.

Puigdemont podría anunciar la formación de una república catalana el 6 de octubre, exactamente 83 años desde que su predecesor como presidente regional, Lluis Companys, también intentara declarar la independencia. Companys fue ejecutado por Franco.

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