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El síndrome del casi ministro: los flancos problemáticos en la segunda fila del Gobierno de Piñera MERCADOS

El síndrome del casi ministro: los flancos problemáticos en la segunda fila del Gobierno de Piñera

La tensa relación entre la ministra Marcela Cubillos y el ex subsecretario Rodrigo Benítez, muestra una dinámica que se repite en otras reparticiones. Desde La Moneda recalcan que el subsecretario de Economía, Ignacio Guerrero, “suele hablar del mal desempeño” del ministro Valente, mientras que la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, intentaría brillar con luz propia, “saltándose la autoridad del ministro Moreno”. Punto aparte es el subsecretario Raúl Figueroa, quien “ha ido marginando” al titular de Educación, debido a su falta de manejo en el tema.


Si algo ha quedado claro durante las últimas semanas es que no todo es color de rosa al interior de la administración de Sebastián Piñera. La renuncia –tras solo tres meses en el cargo– del subsecretario de Medio Ambiente, Rodrigo Benítez, dejó en evidencia un problema real en el Gobierno: el ruido político que existe en la segunda fila del gabinete, los subsecretarios.

Al interior del Gobierno dicen que la mala relación que había entre la titular de Medio Ambiente, Marcela Cubillos, y su ex subsecretario era producto de lo que se conoce como el “síndrome del casi ministro”, una tensión soterrada que, en más de una oportunidad, pasa a situación de crisis entre la primera y segunda autoridad de un ministerio, alimentada por el “ego por figurar” o la mayor capacidad técnica de un subsecretario, que lo hace eclipsar o chocar con el protagonismo que tiene todo secretario de Estado.

Así, Medio Ambiente no sería la única repartición con este síndrome, donde se cuentan subsecretarias y subsecretarios que figuraron como nombres para liderar sus carteras o que se les prometió que lo harían, pero después el Presidente Sebastián Piñera optó por otra persona. Designaciones para la segunda fila en las que varios secretarios de Estado no habrían “tenido mucha incidencia”, agregaron en La Moneda, lo que explicaría la falta de “cercanía” entre las autoridades.

Uno de los casos más comentados en el Gobierno es el del subsecretario de Economía y Empresas de Menor Tamaño, Ignacio Guerrero Toro, quien tendría una relación “más que mala” con el ministro José Ramón Valente , el que a su vez llegó a tomar las riendas de la cartera con parte de los cargos bajo su competencia ya definidos por La Moneda, como fue el vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel, que no era su candidato, y Guerrero.

El subsecretario es ingeniero comercial de la Pontificia Universidad Católica, estuvo en la Sofofa, pasó por la agencia de comunicación Nexos –donde su hermana Mónica es una de las socias–, se desempeñó en Larraín Vial Administradora de Fondos y también en la Administradora de Patrimonios del Banco Bice. En el primer mandato de Piñera tuvo una incursión en el sector público, cuando ejerció durante cuatro años como jefe de la Unidad de Regiones del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que en esos años estaba bajo el mando de Cristián Larroulet, quien hoy está a la cabeza del segundo piso de La Moneda.

Precisamente, su arribo a la Subsecretaría de Economía se explica en gran medida por su cercanía con Larroulet, con quien incluso ha compartido la autoría de algunos textos en el pasado. Además, antes que se conocieran los integrantes del gabinete de Piñera, fue reclutado para trabajar con el entonces coordinador legislativo de la Fundación Avanza Chile, Juan Francisco Galli, y la asesora en coyuntura política, Isabel Plá, hoy ministra de la Mujer y Equidad de Género.

Casi desde el mismo 11 de marzo, Guerrero no ha tenido sintonía alguna con Valente, es más, fuentes gubernamentales aseguraron que el subsecretario incluso ha hablado mal del ministro en el seno de La Moneda, lo que motivó que se le advirtiera la inconveniencia de ventilar así los conflictos internos de las carteras, pues las debilita. Pero los comentarios del subsecretario cuestionando a su jefe directo han traspasado las paredes de Palacio y han sido revelados en círculos empresariales, principalmente aquel que apunta a que no tiene pies para ser secretario de Estado.

Obviamente que estas críticas han llegado a los oídos de Valente y en el Gobierno explicaron que la situación inevitablemente incomoda al ministro, pero que ha optado por tratar de mantener el conflicto controlado, a puertas cerradas en su cartera y no ventilarlo. Además, pese a los fuertes vínculos que ostenta Guerrero con figuras del gremialismo e inquilinos de La Moneda, cercanos al conflicto afirmaron que este intento de torpedear a su superior puede convertirse en el talón de Aquiles del subsecretario.

[cita tipo=»destaque»]Valente no es el único con problemas, su par de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, también tiene tensiones internas y una relación muy poco fluida con la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, quien se ha transformado en un dolor de cabeza para varios en Palacio. En La Moneda coinciden en señalar que la abogada, hija del empresario Ronald Bown, sería una de las subsecretarias que busca “brillar con luz propia”, que fomenta su relación con la prensa para aparecer “en los diarios constantemente” y que siempre trata de destacar “más que el ministro”, para que eso quede en la retina de «los más cercanos al Presidente Piñera”.[/cita]

Parte de los desacuerdos en la cocina de Economía se dieron, por ejemplo, en materias como el pago oportuno a proveedores, una iniciativa que se veía con buenos ojos, pero sobre la cual se le había advertido al subsecretario que tuviera cuidado con ciertos bemoles del tema. Guerrero armó una mesa sectorial para trabajar la idea y se hizo con la bandera del proyecto, pero luego fue el propio Presidente Piñera quien tomó la batuta, lo que marginó al subsecretario.

Al interior del Ministerio de Economía reconocen que no ayuda en nada para mejorar el clima interno el que Guerrero tenga la intención de aparecer en ciertas pautas donde se ha determinado que el ministro sea el único vocero. Una de estas ocasiones fue el lanzamiento de la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables, donde se habría determinado que Valente fuera el único protagonista, pero el subsecretario habría pretendido intervenir.

La niña mimada

Valente no es el único con problemas, su par de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, también tiene tensiones internas y una relación muy poco fluida con la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, quien se ha transformado en un dolor de cabeza para varios en Palacio.

En La Moneda coinciden en señalar que la abogada, hija del empresario Ronald Bown, sería una de las subsecretarias que busca “brillar con luz propia”, que fomenta su relación con la prensa para aparecer “en los diarios constantemente” y que siempre trata de destacar “más que el ministro”, para que eso quede en la retina de «los más cercanos al Presidente Piñera”.

Quienes han trabajado con ella, confirman que es una “persona que quiere lucir y aparecer en la prensa” y que usa las redes sociales para figurar, pero lo que realmente habría causado molestia en el Ministerio de Desarrollo Social fue lo sucedido en el marco del “Acuerdo Nacional por la Infancia”. Estaba establecido que el Presidente Piñera iba a tener toda la atención de las cámaras, razón por la cual el ministro Moreno –junto a otros de sus pares– se habría restado ante las consultas de la prensa; sin embargo, la subsecretaria habría intentado “robar cámara”, lo que fue evidente a ojos del Gobierno y de varios actores del oficialismo.

La molestia ha escalado a tal punto, que Moreno ya le habría hecho saber al Mandatario las reticencias que hay con la subsecretaria y acerca del rol que ha jugado en el ministerio.

Pero Bown está blindada, no solo por el peso que tiene su padre –el empresario de la agroindustria cercano a Larroulet–, sino también porque ella misma ha “ido construyendo un bloque que la protege”, como reconoció un parlamentario gremialista. Es más, en Palacio algunos se refieren a ella como “la niña mimada de La Moneda”, debido a las redes de protección política que posee y al hecho de que tendría “línea directa” con Piñera, lo que se preocupa de hacer saber.

La niña maravilla de la derecha dura proviene de la línea de Jaime Guzmán, pasó por la fundación que lleva el nombre de este, antes de arribar a la Subsecretaría de Carabineros durante el primer Gobierno de Piñera, cuando la abogada contaba solo 31 años. En esa época, su excesivo protagonismo le generó roces con su par de Interior, Rodrigo Ubilla, quien en más de una ocasión trató de alinearla, aunque sin mayores resultados, dado el fuerte carácter que tiene Bown. Es más, esta aprovechó ese período para estrechar lazos con el ministro del Interior, Andrés Chadwick, lo que ahora se ha traducido en que la subsecretaria sería una de “sus protegidas”.

Esta tensión también marca una complejidad a nivel político-partidista. Y es que al interior de la UDI esperan que Moreno se acerque definitivamente al partido y deje de ser una figura que pulula alrededor del gremialismo. Intento que se pone cuesta arriba cuando la relación de Bown y el ministro se torna cada vez más insostenible.

La subsecretaria Bown tiene otra versión de las cosas. Al respecto, dijo a El Mostrador que “nunca he tenido ningún problema con Alfredo Moreno”, explicó que tienen una “excelente relación de trabajo y de coordinación, nunca hemos tenido ningún problema”, reiteró, y remarcó sus dichos asegurando que ni ella ni ningún subsecretario de la cartera “hemos tenido algún problema con él”.

El “Pepe Grillo” de Varela

El subsecretario de Educación Superior, Raúl Figueroa, es abogado por la Universidad Católica y era la apuesta técnica para comandar el Mineduc. Reconocido en el sector como uno de los mejores lobbistas de la derecha, corría como caballo seguro, pero Piñera optó por Gerardo Varela.

En el propio ministerio indican que Figueroa viene del mundo de la Educación, que conoce los tiempos y manejos del Mineduc, pero que el ministro no, que es nuevo en esto. Por tal razón, cuentan que Varela se ha apoyado en su subsecretario para ir aprendiendo el tejemaneje del sector y profundizando en los temas, junto con añadir que esto se ha dado «sin ningún complejo, al contrario, con humildad y genuino interés de ir aprendiendo y que Figueroa ha sido generoso con sus conocimientos y opiniones».

Agregan que Valera es muy mateo, pregunta, estudia, pide más datos, y puntualizan que ha conformado una muy buena dupla, muy bien afiatada con Figueroa, que se tienen confianza recíproca y comparten un gran sentido del humor.

“El subsecretario es quien le da contenido a ese ministerio”, reconocieron desde la Cámara de Diputados, al tiempo que un asesor legislativo dijo que “en más de una ocasión” el ministro Varela no ha sabido responder las preguntas realizadas por los diputados, por lo que en la Comisión de Educación tienden a decir “eso mejor que lo responda el subsecretario (…). Siempre, siempre está a su lado, es como un Pepe Grillo”, afirman.

Es más, el proyecto del nuevo crédito unificado para la educación superior, que reemplazará al Crédito con Aval del Estado (CAE), está siendo liderado por el subsecretario, es él quien “se maneja en el detalle y quien responde las dudas”, añadieron desde la comisión. Lo mismo ocurre cuando desde los medios se busca tener más detalles de los proyectos: siempre es Figueroa quien “enfrenta las preguntas difíciles”, reconocieron desde el Mineduc.

Protagonismo que no causa molestia al ministro, pero sí trae consigo la pregunta sobre el rol que juega Varela, ya que no solo estaría “quedando en segundo plano”, sino que también estaría “totalmente desacreditado al interior del Ministerio”, principalmente entre los cuadros más técnicos, recalcan desde la cartera de Educación.

Vientos de cambio

Desde el oficialismo aseguraron que la pugna entre subsecretarías y los ministros se reduce a la «mano del Presidente», ya que fue Piñera, “muy recomendado por Larroulet”, quien definió la lista final de la segunda fila del Gobierno.

Es dentro de esta tensión constante que correrían vientos de ajustes al interior del Ejecutivo. Entre los pasillos de La Moneda surgió el rumor de que en el mes de octubre habría “varios cambios” en los ministerios, lo que se vería acelerado por el clima hostil existente en algunas carteras, por lo que «ahí rodarían varias cabezas”.

Un recambio que también estaría siendo impulsado por las colectividades de Chile Vamos, los que esperan poner a militantes “más cercanos a los partidos”, ya que actualmente hay varios subsecretarios y subsecretarias que, pese a que nominalmente militan, “no tienen una real conexión con el partido”, sino que mantienen cercanías con personalismos en el núcleo duro de La Moneda.

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