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Irak: Frustración aliada ante frío recibimiento de tropas «libertadoras»

El rasgo principal de esta guerra está dado por el rápido avance de las fuerzas de ocupación, los bombardeos y el inicio de la catástrofe humanitaria, especialmente en la ciudad de Basra o Basora al extremo sur de Irak. El otro rasgo, que permanece velado al público por los medios, es el objetivo final de la guerra: derrocar un gobierno, ocupar un territorio y avasallar a la gente.


Desde la frontera jordano-iraquí es posible ver parte de la estrategia aliada. La carretera que atraviesa que lleva de suelo jordano hasta Bagdad está siendo controlada por incursiones aéreas de las fuerzas angloamericanas que pretender contar las líneas de abastecimiento. Estrategia que se está utilizando en las zonas del sur donde se están produciendo los mayores enfrentamientos: Om Qsr, Fassiriyah, Najaf y Basra.



Según las cifras no oficiales, el comando central en Qatar, EEUU y el Reino Unido concentran en territorio iraquí 100.000 efectivos de infantería general de marina, apoyo logístico, abastecimiento, unidades motorizados y el apoyo aéreo de más de mil unidades de combate para luchar contra no más de 40.000 soldados profesionalizados de la Guardia Republicana y voluntarios que no suman más de 20.000 hombres. Irak no cuenta con fuerza aérea útil y sus divisiones de artillería pesada, tanques y carros blindados están mermadas por falta de repuestos y mantenimiento.



Bajo este estado de desigualdad de fuerzas, la primera sorpresa es que mientras las fuerzas invasoras avanzan hacia el centro del Irak, las poblaciones "liberadas" no han salido a vitorear a las tropas angloamericanas. La operación "Derechos y Libertad", (Rights and Liberty, nombre mencionado por el General Myers en CNN del 23 de marzo), no ha sido bienvenida por la mayoría del pueblo iraquí.



Este eslogan parece haber sido sugerido por la propia ONU, un organismo que oficialmente no autorizó la ocupación, pero que dejó la vía libre para que se diera. Una ONU en estado de shock que -mientras no reaccione con vigor para detener la ocupación- seguirá siendo avasallada por su propia impotencia.



La toma de Bagdad y la caída del Gobierno de Sadam Husein se plantean como inminentes. Es cuestión de días o semanas, según un periodista de la BBC, lo que es confirmado por fuentes diplomáticas presentes en la zona. "No es mucho lo que la resistencia iraquí puede absorber. En las fases siguientes, los ataques se multiplicarán hasta consolidar la toma de Bagdad", nos dice.



El ataque sobre zonas residenciales de Bagdad, la noche del 25, que ha causado consternación en todo el mundo, no debe ser tomado como un indicador de que las fuerzas aliadas pretenden, ahora, arrasar con la población civil, si no que es una medida destinada a neutralizar la resistencia de la población civil que ha ido en aumento.



Informaciones provenientes del Pentágono, recibidas en la zona, abren la posibilidad del uso de la fuerza militar en caso de que la resistencia civil se organice más. En tanto, las tropas reparten panfletos prometiendo protección si no ofrecen resistencia, bajo la advertencia de que si continúan luchando serán tomados prisioneros y, si participan en más acciones armadas serán considerados objetivo militares. El mismo mensaje fue recibido por este corresponsal de parte de un funcionario del Pentágono que nos impidió la entrada a la zona cercana a la frontera iraquí desde Jordania.



El comando central, ubicado en Qatar, oficialmente ha reconocido resistencia esporádica atribuida a fanáticos pro Sadam en todas las ciudades del sur, donde lucha el poderoso comando de asalto del Quinto Regimiento de los EEUU.



Las pérdidas de iraquíes, tanto de soldados como civiles, no se conoce oficialmente, pero se calcula que alrededor de mil civiles han perdido la vida, víctimas de los bombardeo o por falta de atención medica en las ciudades que han sufrido los ataques más brutales. El comando central ha culpado a la Guardia Republicana de empujar a la población civil al combate.



Otras fuentes señalan que la resistencia es espontánea. Desde el 16 de marzo, el Ministerio de RREE de Jordania informa que más de 5.000 iraquíes han regresado a Bagdad, dato que contrasta con las informaciones de aseguran que la población está huyendo hacia las fronteras. Actualmente, hay más de 150.000 iraquíes en Jordania. Una buena parte de ellos está apoyando la resistencia por muchas vías. Esta es la razón por la cual las informaciones en Jordania son tan contradictorias. Amman ha desmentido, categóricamente, que esté siendo presionados por los EEUU para obstruir el contacto entre los iraquíes en Jordania con la resistencia en Irak.



El estilo de la ocupación



Los rasgos que marcan esta ocupación, ya se palpaban cuando se construía la legitimación del ataque: avasallamiento mediático unilateral, sin ningún apego a un mínimo a los procedimientos; discriminación con los medios que están contra la guerra; y alta selectividad de los reporteros en la línea del frente. Todo orientado para el gran montaje.



Pese a ello, la imagen humanitaria de la operación empezó a desplomarse con los primeros bombardeos y las ocupaciones de ciudades. Nadie celebraba la llegada de los invasores.



El segundo capítulo de esta historia -la reconstrucción de Irak- empieza a adquirir el mismo rasgo que se ha dado en la cobertura mediática. Los primeros síntomas de las dificultades futuras del capitulo estabilización y reconstrucción, se empiezan a sentir.



A medida que las fuerzas aliadas se acercan a Bagdad, desde plataformas bélicas desplegadas en los cuatro puntos cardinales, comenzarán los bombardeos desde del portaviones Churchill, localizado en el Mediterráneo, cerca de Chipre, con misiles Tomahawks para dar el golpe definitivo a la resistencia de Bagdad. En los próximos días, los ataques a zonas residenciales -como el de ayer que cobró la vida de 15 personas (cifra oficial) y dejó una treintena de heridos, se multiplicarán.



Los bombardeos continuados han destruido, prácticamente, todas las líneas de abastecimiento vital, lo que se ha producido en las ciudades del sur. Las tropas aliadas arrasaron con la resistencia civil, atemorizaron a la población, cortaron las líneas de abastecimiento, quemaron bodegas y cortaron las fuentes de agua y de energía. Una vez consumado el desastre, darán comienzo a la operación de entrega de suministros que les permitirá ganar adeptos. "Es una operación bien montada", nos dice un iraquí llegado desde la zona occidental de Irak, donde aún no se escuchan con mucha fuerza los sones de guerra.



Como chileno, me hace recordar el desabastecimiento provocado -y documentado por los archivos desclasificados de la CIA- del periodo de la UP. Es la misma metodología aplicada a un objetivo similar: derrocar un gobierno, pero en una acción relámpago. Como no se pudo derrocar a Sadam en 13 años de bloque y sanciones, había que inventar este plan para sacarlo por medio de las bayonetas. El mundo árabe ya empieza a sentir, que es la zona la que corre el riesgo de convertirse en un conflicto como el del Estado de Israel y Palestina.



Otros hechos, otras verdades



Pero también esta es una lucha por la verdad, y los procedimientos, donde los medios privilegian el relato descriptivo de las fuerzas de ocupación y la resistencia iraquí. El análisis de cuestiones mas subyacentes, sobre todo lo que le sucede a las personas no existe. La lectura es de que se trata de una guerra con pocas víctimas, y que la cifra se está dejando para el final.



Según Don Mac Cullin (free lance trabajando para The Guardian) que vivió y analizó la Guerra del Golfo del 91, esta guerra dejó a 40.000 víctimas fatales fuera del ojo público en un sistema de manejo mediático. Diez años más tarde se empieza a dar luz a esta realidad.



En la guerra actual están las condiciones dadas para que se repita la experiencia del 91. No se conocerán el número real de víctimas fatales, y con el tipo de violencia que sucumbieron, hasta mucho después. La recuperación humanitaria de este daño a la población y a la percepción colectiva de una nación de que realmente sucedió, no están contempladas, en esta operación, desde su inicio. Esto es claro por el tipo de cobertura que prevalece y por las restricciones impuestas por las fuerzas de ocupación para impedir un verdadero reportaje.



En Jordania existen 1.600 cuerpos de prensa que estarán dispuestos a entrar a Irak para contribuir con un reportaje más completo, pero no son admitidos. Al contrario, en la carretera que va del puesto fronterizo de Jordania hacia Bagdad, o cualquier otro punto de entrada está controlado por las fuerzas de ocupación para impedir la entrega de una noticia verdadera.



El manejo mediático que se está estableciendo en esta etapa de derrocar a Sadam, se teme que será la tónica para impedir que la etapa de estabilización y reconstrucción sea adecuadamente cubierta.



Mientras las tropas organizan la ocupación de Bagdad, "Kofi", como llaman cariñosamente a la autoridad máxima de la ONU los funcionarios del Departamento de Estado que lo visitan diariamente, espera la pronta caída de Sadam Husein para iniciar la reconstrucción de Irak.



Un cuento de hadas



Habrá que habituarse a informaciones sin sentido y a sorpresas en esta guerra, es la opinión ambiente de los periodistas que se "mueren por ir a Bagdad". Dice Mc Cullin: "te encuentras en la situación de que mendigas la autorización para ir a la línea del frente, quizás para encontrar tu propia muerte". Esa es la realidad de esta guerra que no puede ser reporteada de manera que la gente sepa lo que realmente está pasando.



"Hay algo muy oscuro en los comandos centrales de las fuerzas de ocupación" dice un reportero belga. "Detrás de todo se esconde una operación mayor que no ha sido percibida, ni menos divulgada. ¿Quiénes son responsables? Quizás los miembros del Consejo, tal vez el responsable principal de no haber conducido el debate antes de que se desencadenaran los hechos: El Secretario General", agrega.



Número de víctimas



Es la gran incógnita. Nadie entrega una cifra, pero en Irak calculan que pueden ser ya varios miles. La cifra se esconde por ambos lados, tanto del gobierno iraquí como por las fuerzas invasoras. Personas que vienen saliendo de la zona sur de Irak relatan que las muertes ya ascienden a varios miles, y aumentarán en espiral con la toma de Bagdad.



"La operación de contar víctimas ocurre en forma fragmentada y en un área de expansión amplia, con pocas comunicaciones y en situación extrema de supervivencia", nos dice un trabajador de una ONG internacional. La misma Cruz Roja, no tiene antecedentes.



Todo el mundo trabaja con cifras tentativas, los que se dedican a contar muertos pueden luego incorporar la lista. La cifra más concreta la entrega la Unicef cuando señala que en Basra, una ciudad con el abastecimiento de agua y energía colapsados por las bombas y los enfrentamientos, existen ya 100.000 niños en condiciones de alto riesgo, de infecciones y desnutrición aguda.



Plantando pruebas



Uno de los objetivos centrales de la ocupación es demostrar que las inspecciones no sirvieron, y que Sadam mentía, respecto a los arsenales químicos. Varios medios, en enero y febrero, anunciaron que EEUU iba a plantar las evidencias y mostrarlas por CNN a todo el mundo.



El montaje de los equipamientos con las armas químicas que están justificando la invasión, y que los inspectores no encontraron, ya comenzó. Camiones laboratorios de inspección ya están siendo movilizados hacia Irak para comenzar esta operación. En la zona sur donde han prevalecido las fuerzas de ocupación, se observan soldados cavando "trincheras" en Om Qsr, Fassiriyah y Najaf, pero también las fosas para plantar las evidencias de las armas químicas.



Esta información es "vox populi" entre la población local y la prensa internacional que no lo divulgan oficialmente. Solo los que están en contra de la guerra admiten de esta operación de plantar evidencias fue planificada desde el momento en que se iniciaron las inspecciones.



Se comenta que las entrevistas a científicos iraquíes fuera de Irak formaban parte de esta operación de confirmar los lugares apropiados para que las fuerzas de ocupación plantaran las evidencias.



"Es la única prueba de la legitimación de esta ocupación. No hay otra. Las fuerzas de inteligencia anglo-nortearmerticanas, han fallado en encontrar fisuras en el entorno de Sadam para asesinarlo, hasta el momento. Han fallado en encontrar aliados internos para plantar estas evidencias de armas químicas", nos dice un norteamericano que vive en la zona desde la guerra del Golfo y que trabaja en operaciones de emergencia.



Infiltrar las fuerzas de Sadam implicaba un trabajo de años, varios años. Y no solo de Sadam, sino de las decenas de clanes que existen en cada una de las religiones sunis y chiítas que ahora se están defendiendo con armas propias de lo que ellos llaman una ocupación de sus territorios.



El general Tommy Franks que dirige la operación desde Qatar, declaró que EEUU empezará un proceso de inspección de armas químicas en la fase de la estabilización después de la caída del régimen.



De los 500 permisos a periodistas para informar sobre esta misión de inspección y que verifiquen que no es montaje mediático, se han otorgado solo para medios a favor de la guerra con algunas excepciones. Oficinas del Pentágono, en Jordania, no dan un respuesta y las otras oficinas aproximadas, vía e-mail o por teléfono hacen otro tanto.



Un periodista portugués que le fue negada la visa para entrar a Kuwait, recibió la información de que se entregarán más permisos y que la lista de los primeros 500 está cerrada.



La sospecha de este montaje fue confirmada por la revista Time del 5 de marzo, expresando que unos 500 periodistas, serían admitidos para verificar que las pruebas no han sido plantadas.



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