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Egon Schiele: Erotismo atormentado

Más de doscientas piezas del pintor austriaco se exhibieron por primera vez junto a la casi totalidad de su obra. La muestra, instalada en Suiza, quedó plasmada en un libro. Las tensiones e inquietudes de la juventud de comienzos del siglo XX se reflejan en este representante del expresionismo erótico.


Egon Schiele nació en un escenario cultural perfecto. Eran los años de la "Gran Viena" de fines del silgo XIX y comienzos del XX, uno de los tiempos y lugares más creativos del último milenio, según las propias descripciones de escritores de la época como James Joyce, Robert Musil y Josef Roth. Tal concentración de talentos inquietaba a toda Europa a tal punto que los intelectuales visualizaron la primera Guerra Mundial como un puente que llevaría la efervescencia cultural al resto del mundo.



El Imperio Austro Húngaro en el que Schiele vivió sólo 28 años, creó varias de las coordenadas del mundo moderno en el que hoy vivimos. En los trece países que en ese entonces constituían al imperio -hoy convertidos principalmente en Hungría, República Checa, parte de Italia, Polonia, ex Yugoslavia y Austria- se concentraban grandes creadores y científicos que se juntaban en cafés diseñados por aplaudidos arquitectos como Adolf Loos o los representante austriacos del Art Nouveau, Josef Hoffmann y Otto Wagner. De ahí surgió el psicoanálisis de Sigmund Freud; la literatura de Franz Kafka y Arthur Schnitzler; la música de Gustav Mahler y Arnold Schönberg; la ciencia genética de Gregor Mendel y la pintura de Gustav Klimt.



En ese ambiente, al joven Schiele no le costó actualizar su talento. Cuando tenía 17 años convenció a su hermana Gertie que posara para él desnuda en un albergue de Trieste, transformándose así en su primera y permanente modelo. En el contexto de apertura artística de la época, la petición de Egon no era considerada extraña.



Tres años después comienza su fortuna cuando conoce al escritor y crítico de arte Arthur Roessler quien le abre las posibilidades de exponer, conocer coleccionistas y relacionarse con el medio artístico de Salzburgo.



Egon tenía 20 años y ya había encontrado un estilo con el que se sentiría más cómodo. El artista representaba las inquietudes de búsqueda de identidad y de rupturismo de su generación que en su pintura y en sus escritos asumen una tensión trágica. Aparecen los desnudos masculinos de un metro y medio generalmente atormentados y en diversas posiciones, las mujeres de cabellos rojos con cuerpos impúdicos y las bailarinas con su feminidad remarcada. La descripción puede hacer parecer a Schile obsceno, pero en su obra los retratos son espectrales, solitarios, de sicologías inquietas y muchas veces representan lo grotesco, como si la muerte para él estuviese en lo cotidiano, incluso en el erotismo.



Con esas inquietudes plasmadas en su obra, el pintor austriaco Gustav Klimt creyó encontrar en Schiele a su discípulo. Lo acogió entre sus relaciones y lo integró en el movimiento que había fundado, la "Secessione", término romano que aludía al fin de las diferencias de derechos entre plebeyos y patricios. En el vocabulario de los pintores, escultores y arquitectos del mil novecientos la palabra indicaba la rebelión al conservadurismo existente en la burguesía austriaca.



Pese a la influencia de Klimt, con quien expone colectivamente, Schile logra un lenguaje personal. Sus pinturas eróticas aunque en muchos casos son provocativas como las de Klimt, revelan estados de ánimos más allá del deseo sexual. Sus desnudos de niñas y autorretratos son despiadados con el espectador que se siente interrogado acerca de sus motivaciones inconscientes.



"Schiele – explica la historiadora del Arte norteamericana, Kimberly Smith- tuvo la audacia de desnudar la propia alma y al hacerlo hirió las falsas buenas maneras de la alta cultura austriaca".



Libido y muerte



La inquietudes del pintor austriaco quedaron en evidencia en la muestra llamada "Egon Schiele", del Museo de Arte Moderno de Lugano, Suiza, recopilación también plasmada en el libro Egon Schiele de 247 páginas.



En ella se pudo apreciar por primera vez casi la totalidad de su obra, según explica Rudy Chiappini director de cuatro museos austriacos y curador de la muestra. "Schiele es un artista difícil de exponer. Su vida fue breve, muchos de sus trabajos se perdieron o estaban dispersos en el caos de la primera Guerra Mundial, pues él fue prácticamente olvidado después de su muerte. Hoy 200 de sus 300 pinturas son del coleccionista privado Rudolf Leopold, poseedor además de la colección más importante del siglo pasado, tanto que el estado austriaco le creó un museo con su nombre. Leopold siempre pone condiciones y nunca había querido que sus pinturas de Schiele fueran exhibidas con las restantes 100 de otros museos. Después de asegurar los cuadros por 300 millones de euros, aceptó", dijo Chiappini.



No sólo desnudos pintó Schiele. Paisajes, retratos, autorretratos y pinturas de ciudades de colores vivaces y geometría expresionista, se pueden apreciar en la muestra que está ordenada cronológicamente.



Para los entendidos, la sección más conmovedora es la última, la que posee los cuadros que pintó entre 1917 y 1918, el último año de su vida. Son desnudos de grandes dimensiones en los que el dramatismo de sus primeros cuadros, influidos por sus estudios sobre psiquiatría, es reemplazado por la opulencia erótica.



La pintura "Pareja de amantes", de 2 metros 20 por 2 metros 30, desaparecida durante 73 años, es una de ellas. Impresiona por la vitalidad cromática y temática que sólo en una segunda mirada transmite nuevamente el tópico de la muerte. Quizás porque el mismo año en que la pintó, en 1918 cuando había sobrevivido a la primera Guerra Mundial, Schiele murió de influenza, tres días después de que falleciera su mujer y modelo que estaba embarazada de seis meses de la misma enfermedad que mató a 22 millones de personas. El Imperio Austro Húngaro se desintegraba y el esplendor cultural y científico fue reducido y desvirtuado al poderío militar y estratégico de otra gran guerra que vendría.



Las muestras de Schiele continuarán este 2004. Hasta este mes en Verona, Italia, está junto a Picasso y Bacon en la muestra "La creazione Ansiosa" en la Galleria d’ Arte Moderna e Contemporánea en el Palazzo Forti.





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