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Kosovo, el asunto más urgente en el retorno a la actividad de la UE


La solución a la cuestión de Kosovo y el inicio de la misión militar en Chad son los dos asuntos más urgentes que afronta la UE en la vuelta al trabajo de sus instituciones en 2008, marcado por la inestabilidad de la escena internacional.



La ratificación del Tratado de Lisboa, las dudas sobre el futuro de la economía y la continuación del proceso de ampliación de la Unión serán otras cuestiones claves para este año.



Kosovo se presenta como el gran reto de los primeros meses. «Es lo más urgente que tenemos entre manos», señaló a Efe Cristina Gallach, portavoz del Alto Representante para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana.



El objetivo de la UE es lograr la unidad entre sus 27 miembros para permitir el despliegue de una misión civil y policial en la todavía provincia serbia de mayoría albanesa, de cara a una declaración de independencia que probablemente esperará aún algunos meses.



La Presidencia de turno de la UE es ejercida por Eslovenia, país resultante de la desintegración de Yugoslavia que considera necesario «reconocer la realidad» de los Balcanes, en referencia a la independencia de Kosovo.



Otro asunto prioritario para la Unión Europea, aunque menos complicado, es el inicio de la misión militar en Chad y la República Centroafricana para ayudar a los refugiados del conflicto de la región sudanesa de Darfur.



La misión, de unos 4.300 soldados, debe estar complementada por una fuerza de 26.000 de la Unión Africana y la ONU en Darfur, pero los europeos tienen todavía que solucionar carencias en transporte táctico sobre el terreno, si bien ya se ha cerrado prácticamente la aportación de tropas.



La UE intenta encontrar rápidamente los aviones y helicópteros necesarios para lanzar la misión a finales de este mes.



En una escena internacional complicada por la situación en países como Pakistán o Kenia mientras sigue sin resolverse la disputa nuclear con Irán, los europeos quieren mantener su interés en Oriente Medio para que la reunión de Annápolis (EEUU) dé frutos y permita avances hacia la reconciliación entre israelíes y palestinos.



La UE afronta todo este panorama internacional mientras en EEUU hay un año electoral y en Rusia se produce el ajuste de la salida de Vladímir Putin del Kremlin tras los próximos comicios presidenciales de marzo, aunque seguidamente asumirá el cargo de primer ministro.



En cuestiones institucionales, la continuación del proceso de ratificación del Tratado de Lisboa es un asunto clave, ya que el objetivo es lograr una rápida ratificación -en casi todos los países por vía parlamentaria para evitar sustos en un referéndum- de forma que el texto entre en vigor el 1 de enero de 2009.



En cuanto a la ampliación, la Unión continuará las negociaciones de adhesión con Croacia y Turquía, aunque el proceso sigue bajo la oposición de Francia y otros países al ingreso de Ankara y también complicado por la ralentización del proceso turco de reformas.



Además, durante este año comenzará a funcionar el «grupo de reflexión» presidido por el ex jefe del Gobierno español Felipe González, cuya misión es explorar los futuros retos de la UE, pero que también deberá estudiar cuáles son las fronteras de Europa.



La marcha de la economía va a tener muy atentos a todos los responsables comunitarios, pues la inflación de la eurozona está en el 3,1% (la más alta desde 2001) impulsada por un petróleo a prácticamente 100 dólares por barril, y los últimos aumentos en los precios de los alimentos.



El Banco Central Europeo insiste en que hará lo necesario -es decir, endurecer los tipos de interés- para mantener la estabilidad de precios en la zona euro.



Sin embargo, la Comisión Europea sostiene que, a pesar del repunte de la inflación, así como de la pérdida de confianza tras las turbulencias financieras y el endurecimiento de las condiciones de crédito que afectarán al crecimiento en la eurozona, tanto el empleo como los beneficios empresariales aumentarán a buen ritmo.



En sus últimas previsiones, la CE calcula que los países de la moneda única crecerán este año el 2,2% (frente al 2,6% previsto para 2007), mientras el Producto Interior Bruto (PIB) de los Veintisiete pasará de aumentar el 2,9% al 2,4%.



Otra cuestión muy complicada que promete generar divisiones es la discusión sobre cómo se repartirá entre los países comunitarios la reducción del 20% en las emisiones de CO2 para 2020 respecto al nivel de 1990.



La Comisión Europea tiene previsto presentar el 23 de enero su propuesta inicial y, a partir de entonces, habrá un intenso debate para que los países menos ricos soporten una reducción menor que los más avanzados.



EFE

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