A través de un comunicado, la Cancillería caraqueña afirmó que el Gobierno de Uribe «ha llegado al extremo de obstruir y sabotear las misiones humanitarias de rescate impulsadas por la comunidad internacional, poniendo en riesgo la vida de personas inocentes».
La Cancillería venezolana afirmó este jueves que el Gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe, «no está comprometido con la paz, sino obsesionado con la guerra y con derrotar militarmente a las fuerzas insurgentes».
Esto es consecuencia de «mendigar la indulgencia del Gobierno imperial de Estados Unidos» y de su «desesperación por desviar la atención» sobre «la masiva presencia de tropas estadounidenses en su territorio», apuntó en un comunicado.
El Gobierno venezolano respondió así a las acusaciones de «injerencia» formuladas el miércoles último por el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, tras la propuesta del presidente Hugo Chávez de retirar a las FARC y el ELN el calificativo de terroristas.
«En lugar de poner todo su empeño en construir una solución política al conflicto armado, (el Gobierno colombiano) busca cualquier pretexto para justificar su lógica militarista», indicó la nota del ministerio de Relaciones Exteriores.
Esa opción por una solución armada hace, según la nota, que el Gobierno colombiano «no esté comprometido con el intercambio humanitario» y se preocupe más «por salvar las apariencias que por salvar vidas».
La Cancillería afirmó que el Gobierno de Uribe «ha llegado al extremo de obstruir y sabotear las misiones humanitarias de rescate impulsadas por la comunidad internacional, poniendo en riesgo la vida de personas inocentes».
En la nota, el Gobierno de Venezuela reiteró «su propuesta, apegada al derecho internacional humanitario, de avanzar en una fórmula que regularice y humanice el conflicto armado colombiano».
Chávez «es el único que ha tenido éxito en la liberación de rehenes y ha explorado el único camino hacia la paz», por lo que «ha logrado revertir el sentimiento generalizado de resignación y desconsuelo en el que estaba sumida la sociedad colombiana», apuntó.
El ministerio de Exteriores también arremetió contra los conceptos emitidos por la Cancillería colombiana, plagados de «cinismo e hipocresía» y derivados de «la contradicción que genera la prédica de la concordia con la búsqueda permanente de la escalada bélica».
Asimismo, destacó que «encontrar la salida al conflicto colombiano es una responsabilidad que atañe a todos los hombres y mujeres que no se resignan a ser espectadores pasivos del sufrimiento y del dolor de un pueblo hermano».
Bajo esa perspectiva y teniendo en cuenta «los efectos negativos» que la guerra en Colombia tiene «sobre la población civil venezolana, Caracas se reserva, «en el marco del derecho internacional», adoptar medidas «para regularizar esta situación».
El comunicado llama la atención sobre el hecho de que el próximo 9 de abril la guerra en Colombia cumplirá 60 años y por ello «ratifica» su «irreductible voluntad» de buscar «nuevas liberaciones, un acuerdo humanitario y la paz».
EFE
