Publicidad

Español Adolfo Nicolás fue designado nuevo superior de los jesuitas

«Papa negro», como se conoce a la autoridad por el poder e influencia de esta orden y el color de sus hábitos, sería un gran conocedor de Asia pero también con buenos contactos en el Vaticano.


El español Adolfo Nicolás, considerado un hombre «universal» por sus estudios en Europa y su larga experiencia en Asia, fue elegido este sábado el nuevo superior de los jesuitas, el poderoso e influyente «Papa negro».



Los 217 electores, reunidos desde el pasado 7 de enero en su 35 Congregación General, eligieron en la segunda votación (al superar los 109 votos requeridos) a Nicolás, nacido en Palencia el 29 de abril de 1936, pero con 46 años a sus espaldas de misión en Asia.



La elección de Nicolás como sustituto del holandés Peter-Hans Kolvenbach, que estuvo 24 años al frente de la Compañía de Jesús, ha sido toda una sorpresa y su nombre no se barajaba en los ambientes vaticanos.



Aunque muchos de los expertos habían vaticinado que el nuevo «Papa negro», como se conoce al prepósito de los jesuitas por el poder e influencia de esta orden y el color de sus hábitos, sería un gran conocedor de Asia pero también con buenos contactos en el Vaticano.



Desde la curia de los jesuitas en Roma, se destaca que el nuevo superior General representa sobre todo la «universalidad» y la «inculturización», pues Nicolás tiene un pasado multicultural al vivir durante 46 años en varios países de Asia pero también con estudios en España y Roma.



«Nicolás habla cuatro idiomas, es una persona abierta, muy bien informada, con experiencia de gobierno en sus cargos de Asia, donde ha demostrado ser muy buen superior», añadió De Vera.



El nuevo prepósito ha sido máximo responsable de la Compañía de Jesús en Japón durante seis años y en marzo de 2005 fue ascendido a superior de los provinciales de Asia y Oceanía y trasladó su residencia de Japón a Manila, donde residía hasta ahora.



Además, el portavoz de la compañía en Roma también destacó la cercanía de Nicolás a la figura de Pedro Arrupe, el bilbaíno elegido prepósito general de la Compañía de Jesús el 22 de mayo de 1965, y que también fue enviado a Japón en 1938, donde fue testigo el 6 de agosto de 1945 de la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima.



El carácter progresista y abierto de Arrupe supuso numerosas discrepancias con el Papa Juan Pablo II, por lo que ahora se espera con atención la relación que Benedicto XVI tendrá con el «Papa negro».



Joseph Ratzinger ya dejó claro en una carta enviada a Kolvenbach durante estos días de reunión que espera que los jesuitas reafirmen su «adhesión total a la doctrina católica» en particular «en algunos puntos neurálgicos atacados hoy en día por la cultura secular».



Una «adhesión» que, según el Papa, tiene que ser reafirmada, en aspectos como «la relación entre Cristo y las religiones, algunos puntos de la teología de la liberación y varios puntos de la moral sexual, sobre todo en lo que se refiere a la indisolubilidad del matrimonio y a la pastoral de las personas homosexuales».



Por ahora, Nicolás ha aceptado su elección con «serenidad» y con «espíritu de servicio», indicaron a EFE desde la curia.



De Vera indicó que como buen jesuita, Nicolás no se dejó tentar por «glorificaciones» y mostró enseguida «el espíritu de servicio» y el «ser disponible», características de la Compañía de Jesús.



Desde hoy, con un cargo vitalicio, Nicolás estará al frente de la orden más influyente y con mayor número de miembros de la Iglesia Católica (19.126) y con presencia en 127 países y con cientos de centros educativos en 69 de ellos.



La celebración mañana de una misa en la iglesia romana del Gesú será el primer acto del español Adolfo Nicolás como nuevo superior general de los jesuitas y en el que se podrían conocer ya sus primeras indicaciones.



EFE

Publicidad

Tendencias