La preocupación se produce en momentos que las fuerzas rebeldes opositoras al gobierno del presidente Idriss Deby han mantenido combates con las fuerzas gubernamentales que han dejado centenares de muertos y heridos entre la población civil.
La llegada de tropas rebeldes a Yamena, la capital de Chad, ha causado en pocos días una situación que Naciones Unidas describió este lunes como «una severa crisis» que podría convertirse rápidamente en una «catástrofe» si el éxodo de civiles que huyen de la violencia no se detiene.
Así lo advirtió la portavoz de la Oficina para Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, Elizabeth Byrs, quien afirmó que el desplazamiento de personas se mantiene a un ritmo constante, al tiempo que la capacidad de acción de los actores humanitarios está restringida por la inseguridad.
Las fuerzas rebeldes opositoras al gobierno del presidente Idriss Deby llegaron el pasado sábado a Yamena, donde han mantenido combates con las fuerzas gubernamentales, en los que se han registrado centenares de muertos y heridos entre la población civil.
Una portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo hoy en Ginebra que debido al peligro que supone para los empleados de esa organización desplazarse por la capital todavía no ha podido calcular el número total de víctimas.
Evacuación
Por su parte, la ONU ha evacuado a más de cien colaboradores, pero mantiene en Yamena (suroeste), Abeche y Goz Beida (este) personal considerado indispensable para las tareas de asistencia humanitaria, a pesar de que sus oficinas en varios puntos del país han sido saqueadas e incendiadas, mencionó Byrs.
Más de 60 organizaciones de ayuda trabajan en Chad, pero la mayoría ha evacuado a su personal ante la ola de violencia, agregó.
Según los datos de la OCHA, 500.000 personas en Chad dependen actualmente de la ayuda que les aporta Naciones Unidas, una cifra que comprende a 285.000 refugiados -sobre todo de Sudán y la República Centroafricana- y a 180.000 desplazados internos.
La ONU señaló en particular su preocupación por el impacto del conflicto interno en los niños. Chad está entre los países con más alta mortalidad infantil, con 200 decesos por cada 1.000 nacimientos.
Las consecuencias del conflicto han llegado hasta la vecina Camerún, donde el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha registrado a 20.000 chadianos que han cruzado la frontera tras huir de los enfrentamientos, mientras que otros organismos humanitarios señalan que los refugiados ya superan los 50.000.
La alta comisionada para los derechos humanos, Louis Arbour, declaró su «preocupación» por la amenaza que la «escalada militar representa para los civiles» en Chad y expresó su «tristeza por los muertos y heridos».
Asimismo, pidió a las fuerzas del Gobierno e insurgentes que respeten los derechos humanos y que tomen medidas para proteger a la población.
EFE
