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Rice llega a Rusia a aplacar temores por instalación de escudo antimisiles

El gobierno de Vladimir Putin considera que esos planes -la instalación de un radar en la República Checa y una base de misiles interceptores en Polonia- son una «amenaza directa» para su seguridad.


La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, llega este lunes a Rusia en visita de dos días con el fin de aplacar los temores del Kremlin ante los planes de Washington de desplegar en Europa del Este su escudo antimisiles.



Rusia considera que esos planes -la instalación de un radar en la República Checa y una base de misiles interceptores en Polonia- son una «amenaza directa» para su seguridad.



El presidente ruso, Vladímir Putin, incluso advirtió a mediados de febrero que Moscú apuntaría con sus misiles a todo país europeo que acoja en su territorio elementos del sistema defensivo norteamericano.



Rice y el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, mantendrán el lunes y el martes consultas con sus pares rusos según el formato 2+2, cuya primera ronda tuvo lugar en octubre del pasado año.



Rusia estará representada por el jefe de su diplomacia, Serguéi Lavrov, y por el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, el primer civil que ejerce el cargo.



La Cancillería rusa informó esta semana en un comunicado de que Rice pondrá sobre la mesa las ofertas ya planteadas verbalmente en octubre, que se resumen en una: permitir la presencia de oficiales rusos en las instalaciones antimisiles en territorio polaco y checo.



La nota subraya que esas medidas «no son una solución cardinal a los problemas ni suponen un sistema colectivo de supervisión de riesgos a largo plazo, sino que son tan solo medidas de transparencia y de fomento de la confianza».



«Diálogo de sordos»



Rusia ha exhortado desde finales de 2007 a Estados Unidos a que plasme por escrito sus propuestas y, ante las continuas dilaciones, sugirió la posibilidad de que Washington pudiera haber dado marcha atrás.



Las consultas bilaterales de los últimos meses han sido un «diálogo de sordos» entre Moscú y Washington, ya que ninguna de las partes ha cedido un ápice en sus propuestas iniciales.



La Cancillería rusa calificó como un «paso atrás» las últimas ofertas estadounidenses, ya que no contemplan ninguna garantía de que el escudo no representará una amenaza para la seguridad rusa.



«Estados Unidos continúa viendo la propuesta rusa de creación de un escudo conjunto solo como un complemento a su sistema en Europa Oriental», señaló.



El propio Lavrov ha criticado a Estados Unidos por insistir en que «sus planes de despliegue del escudo antimisiles en Europa están relacionados con las amenazas por parte de Irán».



«¿Acaso hay quien piensa que Rusia se quedará de brazos cruzados mientras Estados Unidos aumenta consecuentemente su potencial estratégico en las fronteras rusas, y esperará a que se forme un potencial antimisiles anti-ruso crítico para nuestra seguridad?», se preguntó.



El presidente ruso propuso en junio de 2007 a su homólogo estadounidense, George W. Bush, la utilización conjunta del radar azerbaiyano de Gabalá, que se encuentra a unos 200 kilómetros de la frontera iraní.



Además, también le planteó la posibilidad de compartir otra estación que Rusia está construyendo cerca del mar Negro.



Washington no descarta el uso conjunto de Gabalá, pero niega que éste sea una alternativa al escudo, cuyo objetivo declarado es defenderse de posibles ataques con misiles por parte de regímenes denostados como Irán o Corea del Norte.



Congelar los planes



Rusia desea que Estados Unidos congele sus planes mientras ambos países mantengan consultas, a las que querría que se sumaran los países de la OTAN, aunque Washington no parece dispuesto a ello.



Una muestra de que Estados Unidos sigue adelante con sus planes es el acuerdo alcanzado esta semana durante la visita a Washington del primer ministro polaco, Donald Tusk.



Varsovia dio su visto bueno a acoger elementos del escudo norteamericano a cambio de que Washington contribuya a modernizar las Fuerzas Armadas polacas.



Rice también abordará durante su estancia en Moscú otros asuntos estratégicos bilaterales como la crisis nuclear iraní, la lucha contra el terrorismo, el desarme nuclear y el tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE).



Tras meses de negativas, Rusia accedió finalmente a apoyar el 3 de marzo el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que incluye sanciones contra Irán al no haberse podido disipar todas las dudas sobre sus aspiraciones nucleares.



En cuanto al FACE, que Rusia abandonó el verano pasado, Rice intentará convencer al Kremlin de la necesidad de retornar al redil de ese tratado, considerado la piedra angular de la seguridad en el continente europeo.



Tanto Putin como Bush han valorado positivamente las consultas bilaterales en el formato 2+2 por la «utilidad de dicho mecanismo bilateral a la hora de tratar en detalle los problemas de carácter estratégico más actuales».



EFE


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