Los miembros de la organización que practican la poligamia como vía para ganarse el cielo, negaron que hayan abusado de los pequeños y se quejaron de que las autoridades les están presionando para que dejen sus creencias religiosas para poder recuperar a sus hijos.
Cientos de personas se congregaron este martes en Texas en la primera audiencia del juicio para determinar qué sucederá con los 463 niños que fueron rescatados el pasado mes de abril de una secta polígama y que están bajo custodia estatal.
Las madres fueron las protagonistas de esta audiencia a la que acudieron para reclamar la custodia de sus hijos, ataviadas con los típicos vestidos monocromáticos de manga larga, sin escote y con falda amplia hasta las pies, siguiendo las pautas de sencillez que imponen este tipo de sectas.
Se trata del mayor caso de tutela infantil en la historia de Estados Unidos, en el que las autoridades han tenido que intervenir para salvaguardar a los niños que permanecían recluidos en un rancho de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (FLDS, por su sigla en inglés).
Los miembros de esta secta, que practica la poligamia como vía para ganarse el cielo, negaron que hayan abusado de los niños y se quejaron de que las autoridades les están presionando para que dejen sus creencias religiosas para poder recuperar a sus hijos.
Cinco jueces serán los encargados de escuchar los testimonios de los niños, así como las alegaciones de los más de un centenar de padres implicados en el caso.
Está previsto que las audiencias duren hasta el 4 de junio.
La secta ha sido acusada en Arizona y Utah de coaccionar a adolescentes para que se casen con hombres mayores, incluso su líder Warren Jeffs, tuvo que comparecer ante la justicia el pasado año, encausado por presionar a una niña de 14 años a contraer matrimonio con su primo.
Precisamente, uno de los testimonios escuchados hoy fue el del hijo de seis años de Jeffs.
Uno de los trabajadores sociales aseguró ante el juez que el niño no había sufrido ningún tipo de abuso síquico o sexual mientras vivió con su madre en el rancho de Texas.
En la vista sobre el caso la jueza Barbara Walther determinó que era imprescindible establecer los lazos consanguíneos para poder decidir el futuro de los infantes.
De momento se han identificado 168 madres y 69 padres, pero aún no se ha podido precisar quiénes son los padres de más de 100 niños.
La autoridades de Texas insisten en mantener la custodia de los menores de edad, por considerar que la organización polígama incita a las jóvenes menores de 18 años a casarse con hombres mucho mayores y a tener la mayor cantidad de hijos posibles.
Las autoridades entraron el pasado 4 de abril en la propiedad de la secta tras recibir a finales de marzo varias llamadas de una adolescente de 16 años que dijo haber sido víctima de abusos físicos y sexuales y que la habían obligado a casarse «espiritualmente» con un hombre mayor.
Ese fue el indicio que necesitaban, y buscaban desde hace tiempo las autoridades para registrar las instalaciones de El Dorado, un rancho situado a unos 65 kilómetros de San Angelo, al que no pueden acceder personas que no sean miembros de la secta.
EFE
