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Chávez se repliega para resguardar «popularidad y gobernabilidad»

«Chávez está huyendo hacia adelante (…), ha tratado de evadir cualquier acción que pueda tener impacto negativo en su popularidad», en especial frente a los comicios regionales y municipales del próximo 23 de noviembre, comentó el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León.


La derogación de la polémica Ley de Inteligencia y el cambio de actitud frente a la guerrilla colombiana son medidas con las que el presidente venezolano, Hugo Chávez, busca resguardar su «popularidad y gobernabilidad» de cara a las próximas elecciones regionales, según analistas locales.



En las últimas semanas, Chávez ha admitido varios «errores» y ha anunciado «rectificaciones» en su política interna, mientras que en materia exterior ha pasado de pedir, en enero, el estatus de beligerancia para las FARC, a solicitarle este domingo a ese grupo rebelde que libere sin condiciones a todos los rehenes.



«Chávez está huyendo hacia adelante (…), ha tratado de evadir cualquier acción que pueda tener impacto negativo en su popularidad», en especial frente a los comicios regionales y municipales del próximo 23 de noviembre, comentó el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León.



El mandatario «ya no puede permitir que le ocurra lo mismo que en el referendo» del pasado 2 de diciembre sobre su reforma constitucional, en el que fue rechazada, indicó el experto.



Esa derrota electoral fue la primera sufrida por Chávez desde que ganó la Presidencia por primera vez en 1998.



Entre las medidas consideradas de «impacto negativo» para la popularidad del jefe de Estado, León citó la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, derogada este martes por Chávez, después de tres semanas de vigencia, por estar reñida con principios fundamentales de derechos humanos.



El gobernante había decretado esa ley con los poderes especiales que le concedió en enero pasado y por espacio de 18 meses el Parlamento oficialista, pero decidió anularla en medio de una lluvia de críticas de sectores académicos y opositores, y tras admitir que la norma era «desastrosa».



La semana pasada el Gobierno debió derogar otro decreto, relativo a una reducción del 20 por ciento en la tarifa del transporte público, lo que caldeó los ánimos de los chóferes que amenazaron con suspensiones del servicio.



En abril pasado la administración «chavista» también suspendió la aplicación de una reforma curricular que defendía como «liberadora», pero que la oposición y grupos de padres rechazaban por «ideologizante».



En política exterior, Chávez sorprendió a todos este domingo al pedir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que liberen a sus rehenes sin pedir nada a cambio.



El presidente venezolano había solicitado en enero pasado a la comunidad internacional sacar a las FARC de la listas de terroristas y concederle estatus de fuerza beligerante como paso previo a una negociación de paz en Colombia.



Chávez «echa para atrás no sólo con la guerrilla, también con el currículum bolivariano (…), con la Ley de Inteligencia, cuando se encuentra con que (esos asuntos) se convierten en un tema político peligroso» para su popularidad, estimó León.



En el caso de las FARC, el analista explicó que «más del 70 por ciento de la población rechaza la propuesta de que no son un grupo terrorista o que se deben considerar beligerantes», lo que «significa que una parte importante del ‘chavismo’ también lo rechaza».



«Y, a diferencia de otros líderes en el mundo, Chávez no sustenta su gobernabilidad en la institucionalidad, sino en su popularidad. El mandatario «no puede arriesgar su conexión popular», aseveró.



Actualmente, el gobernante cuenta con una «popularidad muy elevada, exactamente de un 55,8 por ciento, pero en los últimos tres años estaba entre el 70 y el 75 por ciento», apuntó León.



El ex ministro de Defensa y ex embajador venezolano en España Raúl Salazar coincidió en que Chávez ha ejecutado en las últimas semanas «un repliegue táctico» de cara a las elecciones de noviembre.



«Yo creo que las presiones internas y externas convergieron en un momento electoral donde hay un aparente viraje táctico (…) internamente los números empiezan a afectarlo», declaró Salazar al diario Últimas Noticias.



El jefe de Estado ha dicho que su «revolución a está obligada» a triunfar en los comicios de noviembre, donde las fuerzas oficialistas intentarán mantener la amplia mayoría de gobiernos regionales y municipales que ahora ostentan.



EFE

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