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La mitad de los niños iraquíes no acude a la escuela por temor a atentados

El 30 por ciento de los niños tiene miedo y sufre desarreglos del sueño y falta de concentración, según datos del Unicef.


Cinco años después del comienzo de la guerra de Irak, casi la mitad de los niños iraquíes no acude al colegio a causa de la falta de infraestructuras y profesores, así como por el temor de sus padres a posibles atentados, denunció este miércoles el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).



Con motivo del Día mundial de los refugiados, Unicef señaló en una rueda de prensa en Berlín que desde 2006 unos 850.000 niños y sus familias han tenido que abandonar sus hogares, una situación que les priva del acceso a la educación.



La violencia, el miedo y la pobreza aún protagonizan la vida de los niños en Irak, dijo la organización.



El miembro de la directiva de Unicef en Alemania Tom Koenigs manifestó que hay 2,2 millones de refugiados en todo el país y otros tantos en países vecinos, como Siria o Jordania, de los cuales la mitad son menores de edad.



Koenigs apuntó al «éxodo» de profesores, médicos e ingenieros que han huido del país por la guerra, ante la situación de violencia generalizada, como una de las causas principales de que no se pueda garantizar la educación de los más pequeños, que falten escuelas y que exista una atención médica deficiente.



«El normal crecimiento de la mayoría de los niños todavía no es posible», advirtió Koenigs, quien lamentó las «graves consecuencias psíquicas» que padecen los menores iraquíes.



Según datos del Unicef, el 30 por ciento de los niños tiene miedo y sufre desarreglos del sueño y falta de concentración.



En este punto, señaló que los 55 millones de restos de munición caídas en suelo iraquí durante la guerra amenazan a los más pequeños y denunció que más de 1.500 jóvenes iraquíes, que se unieron a la resistencia, han sido apresados.



El enviado especial del Unicef en Irak, Roger Wright, aseguró que el Gobierno iraquí «no es todavía lo suficientemente fuerte para proporcionar los «servicios esenciales» a la población, por lo que la asistencia internacional es «imprescindible».



Por ello, recordó que el Unicef trabaja «cada vez más visible» en proyectos para el suministro de agua potable y el reparto de alimentos y vacunas. «Si ayudamos a los niños, invertimos en el futuro», dijo.



Wright explicó que el año pasado la organización colaboró en la reconstrucción de 100 escuelas, repartió libros de textos a 4,7 millones de niños y consiguió que 22.000 menores pudieran regresar a las aulas.



EFE

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