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Morales defiende que la nueva Constitución garantizará la unidad de Bolivia

Arropado en el Palacio de Gobierno de La Paz por su gabinete y los movimientos sociales que le son afines, el mandatario indígena apostó por la «refundación del Estado plurinacional boliviano» y por consolidar «en democracia» el proceso de cambio emprendido en su mandato.


El presidente Evo Morales afirmó que la nueva Constitución de Bolivia garantizará la unidad del país y su naturaleza plurinacional, fortalecerá las autonomías y asegurará la igualdad social de todos los bolivianos.



Mediante decreto supremo, Morales convocó el referendo para aprobar la nueva Carta Magna de Bolivia, que se celebrará el 7 de diciembre junto a otras dos elecciones para designar a los nuevos prefectos (gobernadores) de La Paz y Cochabamba y elegir consejeros departamentales y subprefectos en las nueve regiones del país.



Arropado en el Palacio de Gobierno de La Paz por su gabinete y los movimientos sociales que le son afines, el mandatario indígena apostó por la «refundación del Estado plurinacional boliviano» y por consolidar «en democracia» el proceso de cambio emprendido en su mandato.



Afirmó que la convocatoria de la consulta constitucional responde al «mandato del pueblo», tras el referendo sobre mandatos celebrado el 10 de agosto, donde Morales obtuvo un amplio respaldo del 67,41 por ciento.



También admitió que los bolivianos han reivindicado en esa consulta revocatoria el fortalecimiento de las autonomías y anunció la creación de un ministerio y una ley dedicados exclusivamente a esta materia.



Morales insistió en su propósito de «constitucionalizar» el proceso autonómico en Bolivia y reivindicó autodeterminación para los pueblos y no para «grupos».



El gobernante hizo un llamado a sus opositores para que se sumen al proceso de «transformación estructural» que, a su juicio, demandan los bolivianos y les instó a que planteen alternativas si rechazan este proceso.



Saludó que varios prefectos opositores hayan reclamado que la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Iglesia faciliten el diálogo con el Gobierno, pero destacó que «el mejor mediador y el mejor veedor es el pueblo de Bolivia».



Inmediatamente después del anuncio de convocatoria del referendo constitucional se produjeron las primeras reacciones de rechazo entre los dirigentes opositores y autonomistas de varias regiones del país.



El concejal municipal de Sucre Fidel Herrera dijo que no aceptarán una constitución «manchada de sangre chuquisaqueña», en alusión a que el proyecto de nueva Constitución fue aprobado en primera instancia en esa ciudad en medio de disturbios que causaron tres muertos y centenas de heridos en noviembre del 2007.



El senador opositor de Pando Paulo Bravo acusó a los «sectores radicales» del Movimiento al Socialismo (MAS, el partido de Morales) de imponer al presidente esta decisión, pese a que la Corte Electoral estableció en marzo pasado que es necesario un consenso en el Congreso para las consultas constitucionales.



Por su parte, el dirigente cívico de Beni Alberto Melgar convocó al pueblo beniano a «no dejarse avasallar por este gobierno dictatorial».



EFE


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