La reunión especial del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) tendrá lugar la mañana del miércoles, informó el ente interamericano en un comunicado.
La OEA celebrará una sesión extraordinaria en la que el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, presentará un informe sobre la visita urgente que hizo a Ecuador a raíz de la crisis que se desató en ese país.
La reunión especial del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) tendrá lugar la mañana del miércoles, informó el ente interamericano en un comunicado.
Insulza viajó el viernes a Quito para expresar personalmente su apoyo y solidaridad al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, e informarlo sobre la determinación del organismo de exigir a los sectores de la fuerza pública sublevados un día antes el cumplimiento de los principios y normas contenidas en la Carta Democrática Interamericana.
El titular de la OEA, quien ya mantuvo el pasado jueves una conversación telefónica con Correa, también se reunió en Quito con el canciller, Ricardo Patiño, y con miembros de la Asamblea Nacional.
El 30 de septiembre se desató una crisis en Ecuador por las protestas de policías y militares en contra de la eliminación de incentivos salariales y profesionales, hecho que se saldó con al menos ocho muertos y que el Gobierno calificó como un intento de golpe de Estado.
Ese mismo día, la OEA reaccionó con contundencia y rapidez para repudiar el «intento de golpe de Estado» registrado en Ecuador y mostró su apoyo unánime al Gobierno de Correa.
En una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, los países miembros aprobaron una resolución en la que repudiaron «cualquier intento de alterar la institucionalidad democrática» en el país.
Además, respaldaron «decididamente al gobierno constitucional del presidente Rafael Correa en su deber de preservar el orden institucional, democrático y el estado de derecho», e hicieron un «enérgico llamado a la fuerza pública y a los sectores políticos y sociales a evitar todo acto de violencia que pueda exacerbar una situación de inestabilidad política, atentando contra el orden democrático instituido, la paz social y la seguridad pública».
Insulza dijo que los países estaban de acuerdo en que se trataba de «un intento de golpe de Estado» y afirmó que se debía impedir que éste prosperara.
