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Encuentran ahorcado en su celda a ex soldado de EE.UU. que mató a niña en Irak

Encuentran ahorcado en su celda a ex soldado de EE.UU. que mató a niña en Irak

Se le declaró culpable en mayo de 2009 por 17 cargos, entre ellos violación, asesinato y obstrucción a la Justicia.


Las autoridades encontraron ahorcado en su celda a un ex soldado estadounidense condenado a cinco cadenas perpetuas consecutivas en 2009 por violar y matar a tiros a una niña iraquí de 14 años y ejecutar después a la familia de la pequeña cuando servía en Irak en 2006, informaron fuentes oficiales.

Steven Dale Green, de 28 años, aparentemente se suicidó en su celda de la prisión de máxima seguridad de Tucson (Arizona) y murió el sábado, según anunciaron las autoridades del centro penitenciario.

El portavoz de la prisión, John Stahley, no ofreció más detalles del fallecimiento más allá de que se trabaja sobre la hipótesis de un suicidio y que no informaron públicamente de su muerte hasta este martes -su familia sí conoció la noticia el sábado- porque el personal administrativo de la cárcel no estaba operativo debido a que el lunes era festivo, Día de los Presidentes en EE.UU.

El abogado de Green explicó en declaraciones al diario «Los Ángeles Times» que al ex soldado le habían puesto separado en una celda recientemente tras una pelea con otros reclusos y que la última noticia que tuvo de él fue una carta hace dos meses, en la que no mostró ningún indicio de que tuviera una depresión.

A Green, suspendido del Ejército debido a un trastorno de la personalidad, se le declaró culpable en mayo de 2009 por 17 cargos, entre ellos violación, asesinato y obstrucción a la Justicia.

Según la acusación, el delito fue planeado entre Green y otros soldados cuando jugaron a las cartas y bebieron whisky en un puesto de control en Irak.

En su conversación hablaron de tener sexo con mujeres iraquíes y un soldado mencionó a la familia al-Janabi, que vivía cerca.

Dos de ellos, el soldado James Barker y el sargento Paul Cortez, cumplen condenas de 90 y 100 años, respectivamente, de confinamiento en un recinto militar.

Cuando se declaró culpable, Cortez afirmó que sostuvo las manos de la niña de 14 años mientras Barker la violaba y que Green la mató, y después hizo lo mismo con su familia.

Según uno de los testigos, los militares acordaron testificar contra Green a cambio de la promesa de la acusación de informar de su cooperación al tribunal de apelación del Ejército.

En septiembre de 2009 un jurado federal condenó a cinco cadenas perpetuas consecutivas a Green, juzgado en un tribunal civil de Kentucky.

El exsoldado se enfrentaba a una posible condena de pena de muerte, pero la incapacidad del jurado de alcanzar una decisión unánime al respecto convirtió la sentencia en cadena perpetua.

Green, que no tenía opción de recurrir a ningún mecanismo para rebajar su condena, reconoció su culpa en una breve intervención durante una audiencia.

«No voy a actuar como si lo que pasó estuviera bien. Fue algo demente. Pero no saben lo que pasó, no entienden nada», dijo entonces el acusado, natural de Texas.

El exsoldado también denunció la posibilidad de que su suspensión del Ejército le haya perjudicado en el proceso, puesto que, según argumentó, los otros tres soldados condenados en el caso, que testificaron en su contra, han obtenido sentencias menores al ser juzgados en tribunales militares.

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