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Unos 300.000 rumanos se manifiestaron contra la despenalización de la corrupción aprobada por el gobierno

Unos 300.000 rumanos se manifiestaron contra la despenalización de la corrupción aprobada por el gobierno

«No aman el país sino a ellos mismos, por eso saldremos a la calle hasta que ganemos esta batalla», dijo una pensionista de 80 años, quien confesó que protesta por sus nietos. También se proyectan eslóganes como «Rumanía, despierta» en los edificios que rodeaban la plaza.


Alrededor de 300.000 personas, según la emisora pública TVR, han salido a manifestarse hoy en Rumanía contra la despenalización parcial de los delitos de corrupción aprobada por el Gobierno socialdemócrata, en lo que es ya la oleada de protestas más importante desde la caída del comunismo.

Unas 150.00 personas se han congregado en la Plaza Victoria de Bucarest, donde se halla la sede del Gobierno, otras 40.000 personas en Cluj-Napoca, la segunda ciudad del país; 25.000 más han salido a la calle en Timisoara y 20.000 en Sibiu, además de varios miles en Brasov, Iasi y otras ciudades.

El número de manifestantes no ha dejado de crecer desde que arrancó la protesta sobre las 17.30, hora local, cuando sólo unas 3.000 personas se congregaban en la Plaza Victoria.

Gritos de «vergüenza», «no legalices el robo» o «no destroces Rumanía» se escuchaban entre los manifestantes, en la cuarta jornada consecutiva de protestas desde que el Ejecutivo aprobara el martes por la vía de urgencia un decreto que despenaliza los casos de corrupción si causan pérdidas al Estado por un coste inferior a los 44.000 euros.

Aunque la presencia policial fue considerable en la Plaza Victoria, la protesta se desarrolló sin incidentes e incluso había grupos de manifestantes que se organizaron para limpiar el lugar.

«Espero que la presión de la calle haga retroceder al Gobierno para que retire el decreto y la lucha contra la corrupción continúe», explicó Ana Nedelea, una de las manifestantes.

«No podemos dejar que se rían de nosotros mientras hacen leyes para los propios políticos», prosiguió esta traductora de 37 años.

«Nos están desafiando. A pesar del ruido que estamos haciendo, nos ignoran», lamentó Daniel Arvinte, un mecánico de 54 años que acudió a la marcha, como muchos otros, con una vuvuzela, las ruidosas trompetas que se hicieron famosas en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica.

«No aman el país sino a ellos mismos, por eso saldremos a la calle hasta que ganemos esta batalla», dijo una pensionista de 80 años, quien confesó que protesta por sus nietos. También se proyectan eslóganes como «Rumanía, despierta» en los edificios que rodeaban la plaza.

Mientras, se ha abierto una nueva brecha en el respaldo que el Partido Socialdemócrata ha mostrado en este asunto al Gobierno, que lleva apenas un mes en el poder.

El eurodiputado Sorin Moisa pidió hoy la retirada del decreto afirmando que la demanda de los manifestantes es «legítima». Ya ayer un vicepresidente de la formación se opuso también a la medida y el ministro de Comercio llegó incluso a dimitir por «consciencia».

El Defensor del Pueblo, Victor Ciorbea, anunció hoy que ha recurrido ante la Corte Constitucional el polémico decreto.

El presidente de Rumanía, el conservador Klaus Iohannis, ya había solicitado antes al Constitucional que tomara cartas ante lo que considera es un conflicto entre el Ejecutivo y la Judicatura, y ha solicitado que se celebre un referéndum sobre el decreto.

Pese a las protestas, tanto el líder del Partido Socialdemócrata, Liviu Dragnea, como el primer ministro, Sorin Grindeanu, defendieron ayer el polémico decreto.

La plataforma cívica que está convocando las manifestaciones ha organizado otra marcha para mañana cuyo destino es el Parlamento.

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