El relato de un pasajero neoyorquino se ha vuelto viral, en medio de un aumento generalizado de la violencia y el odio racial y religioso en los Estados Unidos.
Una publicación de facebook de un neoyorquino se ha hecho viral en las últimas horas. Gregory Locke se subió la noche del viernes al metro y para su sorpresa, se encontró con algo impensado: Habían pintadas suásticas y mensajes fascistas en los vidrios de los carros, del estilo de «Los judíos pertenecen al horno».
Este tipo de rayados, que aunque perfectamente se pueden encontrar en cualquier gran ciudad del mundo, no son tan comunes en Nueva York, una urbe de idiosincrasia «liberal», tradicionalmente cosmopolita, y además con una de las poblaciones judías más importantes del mundo. Hasta hace unos años de hecho, no era raro escuchar a personas hablando en ídish (lengua alto germánica, vernácula de los judíos askenazíes) en ciertos barrios de la ciudad.
Indignado por los rayados, Locke quedó sorprendido, pero más se sorprendió en cuanto vio a varios pasajeros apresurarse a intentar borrarles. “Eso no lo borrará. Necesitamos alcohol”, exclamó uno de los pasajeros. “Yo tengo pañuelos”, añadió otro según el relato. “Supongo que es la América de Trump”, lamentó otro usuario. Pero Gregory tenía claro que no lo era. “Ni lo es esta noche ni lo será nunca. No mientras los ciudadanos obstinados de Nueva York tengamos algo qué decir al respecto”, ha sentenciado en su perfil de facebook.
Las fotografías del hecho no tardaron en viralizarse en las redes sociales, superando los 644.000 me gusta y las 426.000 compartidas. La policía está revisando las cámaras de seguridad de la red de metro para dar con el responsable de estas pintadas.
