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Una peligrosa situación


Mientras se debate con pasión sobre las indemnizaciones de «servidores» públicos, las derrotas en Sydney y etc., a escasos kilómetros de nuestras fronteras al Norte y al Este, se dan fenómenos que ponen en grave peligro el equilibrio democrático de la Región.



Se descubre que el asilo de Vladimiro Montesinos es una forma de evitar el Golpe de Estado y hasta lo admite el mismo Gobierno de Fujimori que se va quedando sin mayoría parlamentaria por la renuncia de sus adeptos. Al lado, en Bolivia, se amotina el campesinado y otras fuerzas sociales que ponen en peligro la estabilidad del Gobierno que dirige Hugo Banzer, un reciclado y ahora democrático ex dictador.



¿Es posible que ni el Gobierno ni los partidos políticos de Chile -estos últimos otrora beneficiarios de la solidaridad internacional- tengan una casi nula reacción frente a lo que está sucediendo?



Aún en la perspectiva de dar funcionalidad al sistema vigente, es claro que las grandes empresas que miden el riesgo a la inversión internacional, verán una América Latina convulsionada y por ende menos confiable en lo que respecta a las condiciones que requiere la inversión extranjera.



De otro lado, es claro que un debilitamiento de la democracia en el área, se traduce en menores oportunidades para que ella se fortalezca en los países con vigencia del Estado de Derecho. Resulta incomprensible que los políticos no entiendan que las reglas de la globalización también se aplican a la política y hasta las investigaciones sobre los negocios comunes entre las dictaduras chilena y argentina en los años 70 lo demuestran en modo claro.



Es una pena que la jibarización intelectual de nuestro país nos esté llevando a la ceguera más cretina y, sabedores de nuestra debilidad estructural, seamos incapaces de jugar roles mas activos en la defensa de nuestros valores.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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