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Las nuevas cuentas alegres de Eyzaquirre


Cualquier país que base su dinámica económica en las exportaciones, lo normal debería ser que éstas crecieran todos los años. Por lo tanto, cada año se deberían lograr las exportaciones más altas de su historia.



Sin embargo, el comportamiento de las exportaciones, en vez de llenarnos de satisfacción, debería ser una gran preocupación nacional. Es el principal problema de la economía chilena. El estancamiento del valor de las exportaciones desde 1995, es la causa principal que explica la crisis reciente. Es causa importante también que explica la débil recuperación y las difíciles perspectivas para el año 2001.



Hasta 1995 las exportaciones chilenas como base del dinamismo económico, crecieron permanentemente en dólares de cada año, alcanzando los US$ 16.000 millones. En 1996, mucho antes de la crisis asiática, las exportaciones bajaron. Desde ese año hasta 1999, el promedio anual del valor de las exportaciones fue menor que el de 1995. Las exportaciones que constituían la base del dinamismo de la economía chilena, se transformaron en el origen de la crisis. De una economía dinámica y sólida, se pasó a una economía en crisis, particularmente desde el punto de vista de la inversión, del consumo y de la desocupación.



La situación es mucho más grave aún, si las exportaciones chilenas se miden en dólares con el mismo poder de compra. En promedio anual las exportaciones entre 1996 y 1999 alcanzaron sólo a US$ 14.750 millones de dólares (en dólares de 1995). En 1995, como hemos dicho, las exportaciones fueron de US$ 16.000 millones.



Las cuentas alegres del Ministro desaparecen. En dólares del mismo poder adquisitivo, las exportaciones del año 2000 son similares a las que Chile había logrado en 1995, cinco años antes. Con una metodología que permita hacer comparaciones, no es efectivo que hayamos tenido las exportaciones más altas de la historia.



El estancamiento de las exportaciones es uno de los más graves problemas que la economía chilena está viviendo. Se debe fundamentalmente a la fuerte disminución del precio del cobre. Pero no es a consecuencia de la crisis asiática como oficialmente argumenta el gobierno, el Banco Central y los economistas de las diferentes universidades. Los precios del cobre empiezan a caer antes de la crisis asiática. Las exportaciones de cobre siguen siendo muy importantes para Chile. Representan el 40% de las exportaciones globales chilenas.



La disminución del precio del cobre se debe a una sobreproducción mundial creada desde Chile. Nuestro país, demoró 90 años para lograr producir 1.500.000 de toneladas de cobre. Posteriormente, en seis años, dobló la producción que había logrado en noventa años. En diez años, la triplicó, llegando en el año 2000 a producir 4.500.000 de toneladas de cobre.



Chile es el principal productor y exportador mundial de cobre. Produce cerca del 40% de la producción mundial y cubre más del 50% de las exportaciones mundiales. Comparativamente, todos los países de la OPEP producen el 37% de la producción mundial de petróleo. Y, Arabia Saudita, principal país productor de la OPEP, produce el 11%.



La producción chilena creció mucho más que el crecimiento del consumo mundial de cobre. Por lo tanto, los stocks mundiales de cobre crecieron. El cobre en las bodega de las Bolsas de Metales, de los productores, comerciantes y usuarios a fines de 1999, se estima llegó a 2,5 y 2,8 millones de toneladas. Este nivel de stock es el más alto de la historia en la industria mundial del cobre, y comparables a 1,7 veces la producción total anual de CODELCO.



Esto, provocó como se previó en algunas investigaciones, una profunda caída de precios. En julio de 1995, el precio fue de 140 centavos de dólar la libra (cdl). En el año 1999, el precio se acercó en algunos meses a 60 cdl. Como promedio anual en 1999 se llegó a 71,4 cdl. El precio promedio anual de los 45 años previos a 1995, fue cercano a 140 cdl.



Hasta hace unos días, las cuentas alegres también se referían a que el precio del cobre en el año 2000 era un buen precio. Y, que para el año 2001 serían aún mejores. El precio del año pasado, fue de 82 cdl; en 1999, de 71 cdl y el de 1998 de 75 cdl. Estos son los precios más bajos en 100 años, con excepción de un par de años durante la Gran Crisis Mundial de los años 30.



Para fundamentar los buenos precios del año 2001 se decía que en el año 2000, la demanda mundial habría sido mayor a la oferta en 100.000 toneladas o más. En nuestra opinión, de producirse esta situación, el impacto sería insignificante frente a la magnitud de los stocks mundiales.



La baja del precio mundial del cobre provocado desde Chile, ha impactado seriamente a la economía chilena. La crisis asiática profundizó transitoriamente dicha situación. Superada la crisis asiática, los problemas persisten.



En dólares del mismo poder adquisitivo, exportando 2,5 millones de toneladas en 1995, Chile recibió prácticamente lo mismo en el 2000 cuando se exportaron 4,5 millones de toneladas



En la teoría neoclásica del comercio internacional, tal situación se ha sintetizado como «Modelo de Crecimiento Empobrecedor». Un gran crecimiento de la producción, disminución de los ingresos globales y de los niveles de bienestar del país exportador.



La drástica disminución de los precios, provocó: una crisis en las cuentas externas; quiebras y desempleo en los pueblos mineros; en ENAMI, los balances positivos se transforman en pérdidas; en CODELCO, los grandes excedentes casi desaparecen, apenas alcanzan para pagar el 10% de las ventas destinado a las Fuerzas Armadas



El Estado chileno y Chile dejaron de recibir los cuantiosos aportes de la principal riqueza básica del país.



En 1989, el Estado captó 2.220 millones de dólares, de los 4.400 millones de las exportaciones de cobre (en dólares de 1999); es decir captó el 50% del valor de las exportaciones globales. En 1995, captó 1.940 millones de dólares que correspondían al 30% de las exportaciones. En 1999, captó 305 millones, que corresponden sólo al 5% de las exportaciones globales de cobre.



En 1989, el Estado recibió por cada libra de cobre 65 centavos de dólar. En 1995, recibió 36 centavos. Y, en 1999, recibió sólo 3 centavos de dólar. En 1989, por cada kilo de cobre, el Estado recibió $ 814; en 1999 recibió sólo $ 37 por cada kilo de cobre.



Desde Chile se han desconocido las señales del mercado. Y, actuando en contra de la teoría de los mercados, Chile ha seguido aumentando la producción. Por primera vez desde los años 50, los precios caen profundamente a partir desde 1995, cuando la demanda mundial ha crecido más rápidamente que en décadas anteriores.



La situación de la economía chilena está seriamente comprometida por el nivel de los stocks mundiales de cobre y lo será más aún por la fuerte disminución de los niveles de actividad de la economía norteamericana. No es posible descartar una nueva crisis cíclica mundial.



Estamos frente a uno de los procesos más graves de la historia económica, social y política de Chile. Sin embargo, ninguna organización política, ni organización social, ni las instituciones del Estado, ni de las Universidades, se han preocupado de los destinos y de los impactos de la principal riqueza básica del país. Este tema también permanece al margen de las preocupaciones de los economistas que regularmente comentan sobre la economía chilena. Nuevamente llamamos a que se inicie una amplia discusión para evitar mayores daños que los ya ocasionados.



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Orlando Caputo es economista investigador de la Universidad ARCIS.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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