Los jefes de gobierno de los 10 países que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), reunidos hace unos días en la capital del sultanato de Brunei Darussalam, acordaron con su contraparte de la República Popular China instruir a sus ministros responsables de Comercio iniciar el proceso de negociación con miras a alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio en un plazo no mayor a 10 años. Una vez concluído, se habrá creado un mercado compuesto por más de dos mil millones de consumidores y sus insospechadas repercusiones se extenderán a través de todas las latitudes.
En palabras del Primer Ministro de Malasia, Dr. Mahathir Mohamed, se ha dado el puntapié inicial para la formación del bloque comercial más importante del planeta. Lo anterior con miras a reducir la creciente dependencia que tiene la región de los «tigres» y «dragones» asiáticos, con los vaivenes negativos que presenta el actual esquema de desarrollo -que se ha basado por años en el comportamiento del mercado estadounidense o europeo- y centrando, además, los esfuerzos ahora en potenciar una pragmática relación con el país que presenta los mayores índices de crecimiento y potencialidad política, económica, cultural y militar del mundo, la República Popular China, la estrella de la Reunión OMC en Doha, Qatar.
Siguiendo al pie de la letra algunos de los principales puntos contenidos en el Acuerdo de Shanghai, documento que fue unos de los frutos de la reciente reunión informal de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) -celebrada en dicha ciudad y a la que asistió el Presidente Ricardo Lagos-, los jefes de Gobierno de los países ASEAN y China identificaron cinco áreas prioritarias para programas de cooperación en la región, a objeto de preparar a sus comunidades ante los inminentes retos tecnológicos y de infraestructura que requerirá el más grande bloque comercial del mundo, con un intercambio comercial pronosticado para el año 2010 de US$1,3 trillones.
Al formar parte activa de la familia de economías que integran APEC, Chile se encuentra nuevamente en una posición privilegiada en instancias que lenta, pero con pasos seguros, se establecen al menos tres importantes bloques económicos mundiales: la Unión Europea; el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y ahora, en un plazo que no debe superar los 10 años de plazo, China-ASEAN. Claro está que los plazos de degravación y liberalización comercial que se alcancen en este último bloque comercial acelerarán la integración que persigue APEC antes del año 2020.
La causa de Chile se ve acrecentada dado que ejercerá la presidencia del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico en el 2004. En aquel momento las negociaciones del ALCA y con la Unión Europea, estarán en avanzadas etapas o ya concluídas, por lo que los esfuerzos para integrarse a este tercer poderoso bloque económico China-ASEAN será cuestión de prioridades.
El reto, ciertamente, para algunos del continente americano será el de alistar a sus poblaciones por medio de la implementación de programas educacionales interactivos y aprovechando nuevas tecnologías, para así dotarlas de aquellas herramientas que les pemitirá competir con éxito y no quedar atrás. El importante incremento del interés que presentan los jóvenes chilenos por aprender tecnologías computacionales es una buena señal que va en la línea correcta de desarrollo de nuestros recursos humanos.
Durante su Año APEC 2004, Chile podrá hacer esfuerzos para ejercer como bisagra entre las economías APEC con aquellos países del continente americano que también han identificado las atractivas potencialidades económicas, comerciales y políticas que presenta una mayor integración con el Asia, motivandolas a participar como Invitados de los diferentes Grupos de Trabajo de la amplia agenda APEC.
En el caso de ASEAN, aquellos países más pobres de la región del sudeste asiático, tales como Cambodia, Laos y Myanmar, pronto recibirán un tratamiento preferencial arancelario para algunos de sus productos de parte de la República Popular China. Esta medida repercutirá positivamente en sus alicaídas economías. Más aún, cuando en carpeta se encuentra la construcción de un sistema de transporte ferroviario y de canales, el cual se extenderá desde Singapur por el sur, hasta Shanghai en el norte.
A lo anterior se suma la construcción de tuberias y sistemas para generar el abastecimiento de fuentes energéticas limpias tales como el gas natural desde la isla de Borneo hacia Singapur y Tailandia, a un costo superior a los US$5 mil millones. Estos proyectos se iniciarán en el 2003 y buscan reducir la alta dependencia de petróleo que presenta actualmente la región, la cual podría sufrir interrupciones a consecuencia de la inestabilidad en el Medio Oriente, especialmente tras la intensificación de las operaciones militares en el Golfo a raíz de las actuales y futuras misiones que se emprendan durante la «Guerra contra el terrorismo».
El precio por barril de crudo se encuentra actualmente en un nivel relativamente bajo, pero la sobre dependencia en carteles como la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo, OPEP, el cual controla los precios y niveles de producción de un 40% del total de este bien energético en el mundo, ha hecho que los países integrantes de ASEAN comiencen a poner en marcha rápidamente sistemas de integración y de seguridad energética que sin duda incluirán a la Republica Popular China.
Es una realidad que el dominó mundial es hoy un juego más dinámico que el de hace algunas semanas. Nuevos actores, retos e intereses.
También resulta cierto que, aunque Chile presenta problemas económicos puntuales tales -como un alto desempleo y un bajo precio por su principal commodity, el cobre-, su horizonte de desarrollo es ciertamente más atractivo que el que pueden presentar otros del continente americano.
El formar parte activa de APEC y el reciente viaje oficial del Presidente Ricardo Lagos a la República Popular China sólo mejora la mano en un ambiente económico en donde cualquier ventaja es desde ya, más que un preciado tesoro. Lo importante está en cómo la jugaremos de aquí en adelante, con la participación de todos.
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Mario I. Artaza es director (Programa) en representación de Chile ante el Secretariado APEC en Singapur.
