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Crecimiento de Santiago: Optar por el mundo al revés

Hoy día la ciudad de Santiago alberga, en 60 mil hectáreas, a casi 6 millones de habitantes…Ä„El 40% de los chilenos concentrados en una sola cuenca!


En un responsable intento el Plan regulador de Santiago de 1994 fijó el límite de la expansión urbana y planteó como objetivo central densificar la ciudad aprovechando todos los sitios eriazos que constituyen casi un quinto del área urbana. El propósito era pasar desde una densidad actual de 100 habitantes por hectárea a una densidad de 150 habitantes por hectárea, aprovechando la infraestructura básica de energía, transporte y saneamiento existentes.



Pero las presiones de los especuladores del mercado inmobiliario lograron torcer estos propósitos y romper el límite del área urbana con la expansión hacia el valle de Chacabuco en 1997.



Varios funcionarios que intentaron impedir el cambio de uso del suelo fueron removidos de sus cargos. En la jugada, el mercado inmobiliario agregó 15 mil hectáreas al área urbana de Santiago, al obtener grandes ganancias sólo por concepto de plusvalías asociadas al cambio de uso de suelo agrícola a urbano… fue el inicio de los grandes negocios asociados al suelo en la Región Metropolitana y al establecimiento de una tendencia para desregular la planificación de Santiago.



La cuenca de Santiago, es una zona saturada de contaminantes que genera grandes impactos a la salud de la población. Por ello desde hace algún tiempo se encuentra resguarda con el Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana. Cifras del gobierno y de las universidades constatan la ocurrencia de al menos 1.000 muertes al año como consecuencia de la contaminación en Santiago.



Todas las recomendaciones del Plan están orientadas a reducir las emisiones en la cuenca, evitar el crecimiento de la ciudad, racionalizar y hacer más limpio el transporte, desconcentrar y descontaminar la actividad industrial y proteger las áreas silvoagropecuarias.



Este plan fue reforzado por el decreto número 20 en abril de 2001, en el que establece la preservación de las áreas de valor natural y silvoagropecuario en la Región Metropolitana.



En este contexto resulta insólito que el Ministerio de la Vivienda haya forzado el marco regulatorio urbano y todos los procedimientos institucionales para romper el límite urbano y permitir el crecimiento de Santiago.



La Corema de la Región Metropolitana presidida por el Intendente, aprobó la expansión de nuestra ciudad en 90.000 hectáreas adicionales hacia las comunas de Maipú, Lampa, Pudahuel, Colina y Til-Til, ocupando suelos silvoagropecuarios.



Esto significa que Santiago podría llegar a ocupar un total de 150.000 hectáreas en los próximos años, lo que triplicaría la actual superficie de la ciudad, agravando en forma irreversible los problemas que hoy sufre nuestra capital producto del aumento del transporte, la basura, las emisiones industriales, la congestión, etc.



A esto se sumaría la irreparable pérdida de suelo agrícola que al país le ha costado tantos años formar y que actualmente constituye parte de las mejores tierras productivas del país.

Se ha señalado que el móvil de triplicar el área de expansión de Santiago es la plusvalía territorial para las empresas inmobiliarias, hoy dueñas de muchos de los terrenos comprometidos en el proyecto de expansión de Santiago.



Esto es el aumento de su capital, producto del incremento entre 5 y 10 veces del valor de los terrenos, sólo por el hecho de pasar desde una categoría agrícola a una categoría urbana y las garantías financieras asociadas a este aumento.



Aprobar el crecimiento de Santiago es una decisión contraria a todas las regulaciones y normativas de desarrollo urbano que el gobierno y la ciudadanía han negociado durante los últimos años.



La desregulación urbana vía actos administrativos realizados en el marco de la Corema hace 2 semanas -que se pretenderá repetir en el Consejo Regional (CORE Metropolitano) en las próximas semanas- es una artimaña de quienes no quieren someter a una discusión democrática, en el Congreso Nacional, un hecho tan relevante y crucial para el desarrollo del país como es la planificación de las ciudades y el uso del territorio.



(*) Ex candidata presidencial, directora del Programa Chile Sustentable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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