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Resistir la guerra: el deber de hoy


En lo personal las cosas nobles y profundas de la vida se deben hacer en silencio. Aquellas que comprometen a otros seres humanos, a los más humildes, lejanos, desconocidos, que son parte de una causa justa, debe ser gritadas, resistidas, enfrentadas.



A veces parecemos impotentes, pero no es así. Nuestras actitudes, gestos políticos, sociales, morales se van a sumar al caudal mundial que serán la muralla contra la cual chocarán los mercaderes y dictadores globales.



Hoy toda la injusticia humana, ante la cual no cabe la evasión, la relativización, la actitud cómoda o el silencio, está expresada en la actitud hegemonista, genocida del gobierno de los Estados Unidos.



En estos minutos dramáticos que vive la humanidad, a quién puede caberle dudas que esta guerra fabricada, «preventiva», «prolongada» sólo obedece a la estrategia global de dominación de los EE.UU.



Se inventa el enemigo, «el eje del mal» y se van sumando motivos: desconocimiento de resoluciones de la ONU, posesión de armas de destrucción masiva Ä„Cómo si Israel no fuera el único país que en la región posee armas nucleares y no hubiese desconocido decenas de resoluciones para seguir asesinando al pueblo palestino, apoderándose de sus territorios, impidiendo la creación del Estado independiente de Palestina, que pueda convivir pacíficamente con el estado de Israel? ¿Cuántos países en el mundo no poseen armas nucleares de destrucción masiva, encabezados por los EEUU?



Estados Unidos lo que hace es dar un golpe de fuerza contra todo el mundo para imponer su dominación política, económica, ideológica, en forma total. Justo en el momento en que atraviesa una profunda crisis económica.



La lucha contra la guerra es una lucha contra la hegemonía norteamericana, por la soberanía e independencia de cada nación. Como se ha gritado en las calles de Chile estas semanas: «Ä„no nos da lo mismo/no nos da la gana/ser una colonia norteamericana!»



Así que el Presidente Lagos no puede mediatizar, ahora, la posición a la cual llegó, de oponerse a la resolución de EE.UU.



No todos los países tienen responsabilidades iguales, no todos son «un poquito responsables». El drama que vive la humanidad es inmenso, y no se puede tender una mano al gran responsable de este nuevo holocausto.



¿Represalias? al carajo.



EEUU tendría que tomar represalias contra el 90% de los países, contra el 90% de la Humanidad, incluyendo al Vaticano. EEUU necesita TLC y ALCA y los pueblos latinoamericanos los rechazan. EEUU se ha sentado en el mundo, Chile incluido. Bush se ha mostrado como el peor de los dictadores.



Ahora, corresponde llevar la oposición a la guerra en toda su consecuencia, condenando la agresión criminal contra Irak, y rechazando las groseras ordenanzas dictadas por el Departamento de Estado el lunes pasado acerca del comportamiento que el gobierno de Chile debe adoptar. Hay que sumarse a los países que piden una Asamblea General Extraordinaria de la ONU.



Aun cuando EEUU impone su guerra imperialista con todas sus atroces consecuencias, aún es tiempo de reaccionar para sumarse al más potente movimiento mundial que termine por aislar política y moralmente al gobierno fascista de Bush. Aún es tiempo de reaccionar, de actuar con valor, con dignidad, con integridad humana y crear la gran contrarespuesta a la guerra: los pueblos movilizados, concientes que este sistema neoliberal y su globalización capitalista es el que engendra la pobreza, las desigualdades sociales, la concentración de la riqueza y las guerras de anexión y conquista.



Un movimiento mundial que salve a la ONU y la convierta en un sistema democrático y operante. Un movimiento mundial que condene la destrucción de seres humanos, de culturas maravillosas, del medio ambiente; que detenga el militarismo, el empleo de armas de destrucción masiva, de uranio empobrecido, de misiles, de bombas que destruyen bajo tierra quemando todo. Un movimiento mundial que condene el genocidio, los crímenes de humanidad cometidos por el gobierno de Bush.



Ä„Qué cada niño muerto en Irak sea un llamado a la acción indignada que golpee a los EEUU!



Hay mil formas de luchar contra la guerra: coordinarse con el mundo, con América Latina, participar en manifestaciones, declarar el boicot a todo producto y empresa norteamericana, exigir la no compra de los aviones F 16 Ä„Podemos, somos millones usando nuestras armas de la conciencia y la acción, perseguir, acosar, aislar, humillar a la gran potencia imperial de los EEUU! Los pueblos, en toda su acepción social, política, cultural, sexual, pueden y deben enfrentarse al gobierno de Estados Unidos.



No olvidemos que los gobiernos pasan, los dictadores caen, los pueblos permanecen. Pueblos con ideas, conciencia, proyectos alternativos, pueblos como sujetos de cambios, convencidos que Otro Mundo es Posible.





* Presidenta del Partido Comunista.



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