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La difícil Pax Americana


Es lo que menos se puede decir de esta situación global que vivimos. Como recordarán los lectores que saben de historia, las viejas imposiciones imperiales, la más conocida de las cuales fue la Pax Romana, eran una cosa seria y allí sí que era cierto que «no se movía siquiera una hoja» sin que el dueño del poder lo supiera. Claro está que el mundo no era global como ahora, aunque en favor de los romanos se puede decir que tampoco había T.V. ni internet, ni radio ni nada de la ciencia que hace del planeta una «aldea global».



Pero ya anda Blair visitando juzgados en Londres y no precisamente en calidad de acusador, mientras que las posibilidades de re-elección de Bush se van pareciendo mucho a las de su padre y siguen las muertes en India, Pakistán, Afganistán, Israel, Palestina y, ciertamente, en el más reciente de los territorios «liberados»: Irak.



Es difícil ser «caput mundi», la cabeza del mundo como lo fue Roma, mientras la realidad muestra, que se cae a pedazos, o la seguridad de los aliados es efímera como lo son las palabras de los discursos inflamados de estos nuevos cruzados del occidente.



Más feo y cacofónico se hace el discurso cuando la principal iglesia de occidente, o sea la romana, tampoco dice compartir lo que está haciendo la primera y casi única potencia de la Tierra. ¿Complicado, no?



Obviamente, cuando las muertes sean más numerosas, más se agudizará el conflicto entre gobernantes y gobernados en la capital imperial y, aun sin Unión Soviética, se podrá verificar otro ventarrón sentimental como el de Vietnam que bastante en mal pie dejó a los más duros y conservadores gobernantes, como fue el caso del dúo criminal Nixon-Kissinger.



El silencio de la República Popular China es más preocupante que todas las condenas y anatemas que lance Le Monde y la intelighentia occidental y resulta obvio pensar que a pesar de su silencio no están muy de acuerdo con los paseos del US Army por una buena parte de Asia.



En Europa es evidente un sentimiento anti-norteamericano que la propia revista Newsweek describió con lujo de detalles hace pocos números. Es el otro pilar de la economía occidental y fuertemente competitivo de los EEUU.



¿Se puede imponer una Pax imperial sin una gota de consenso? A diferencia de nuestros «manolitos» de la economía, sigo pensando que los problemas de la política, se resuelven por mecanismos políticos y con armas políticas y creo que esta globalidad pacificada no resiste mas análisis que el de la crónica de muerte que nos seguirá inundando a través de los medios.





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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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