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No se hagan los lesos


Que más de doscientas mujeres se hayan expuesto en esta sociedad chilena represiva, con un impositivo poder conservador aliado a una iglesia católica que no recuerda la separación con el Estado, como lo hicieron el domingo pasado en una inserción en La Nación, exigiendo la despenalización del aborto, y declarando haber abortado al menos una vez, lo menos que amerita es que los demás medios de comunicación, los políticos y el gobierno digan, al menos, una palabra al respecto.



No es gratuito que ellas estén dispuestas al «escarnio público». Ellas que representan a un porcentaje enorme de la población femenina, ya que si en este país se realizan al menos 160.000 abortos clandestinos al año, calculemos, sumemos años y podremos ver el resultado. ¿Por qué el silencio?



Que las mujeres seamos denunciadas por el personal hospitalario (de hospitalidad nada) cuando llegamos a un centro asistencial con señales de haber abortado, es una aberración y una violación, una vez más, a los derechos humanos de las mujeres.



El realizarse un aborto en malas condiciones es patrimonio fundamental de aquellas mujeres de bajos ingresos, y de jóvenes a las que se les han negado los anticonceptivos y una educación sexual adecuada. Así es que, mayormente, son ellas las que se ven afectadas, ya que previamente respecto de la sexualidad han sido abandonadas.



Estoy harta. Yo no firmo esa carta, pero estoy total y absolutamente de acuerdo con que hay que poner este tema en la agenda pública y en que la mujer tiene derecho a una maternidad libre, y que el aborto no debe ser penalizado, ya es suficiente pena pasar por las malas condiciones que ofrece un aborto clandestino, el cínico castigo social, y también la cárcel.



Tenemos derecho como sociedad a que este tema no sea ocultado, tenemos derecho a que los políticos se hagan eco de lo que sus electores/as necesitamos, tenemos derecho, las mujeres, a ser escuchadas y a que nuestra voz tenga un valor en las políticas públicas referidas a la maternidad.



Y, por sobre todo, basta ya de andar el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial tan lejos, tan «fuera de foco» respecto de nosotras/os las/os chilenas/os.



(*) Psicóloga, Area de Ciudadanía y DDHH Corporación La Morada

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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