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Fundación Ford: 40 años de filantropía junto a Chile


El golpe militar del 11 de septiembre de 1973 produjo un fuerte impacto en el trabajo de la Fundación Ford en Chile. Un mes después el directorio de la Fundación asignó fondos especiales para acudir en ayuda de quienes veían sus vidas en peligro y apoyar a cientos de docentes e intelectuales -que no podían continuar con su trabajo en Chile- a reubicarse en otros países.



Fue el inicio de una amplia colaboración en el campo de los derechos humanos. No habían transcurrido dos años desde el golpe de Estado, cuando la Fundación debió retirarse del país. Volvió con el reinicio de la democracia. Bajo la dictadura, brindó un amplio apoyo a los principales organismos de defensa de los derechos humanos, en un trabajo del que extrajo lecciones que la misma Fundación y otras instituciones han aplicado en diferentes partes del mundo, en otras situaciones y contextos.



Con el mismo vigor de entonces, la Fundación Ford celebra hoy sus 40 años en Chile, trabajando en pro de la paz, la democracia, los derechos humanos y la justicia social. En el marco de este aniversario, junto con la Fundación PROhumana, estamos realizando esta semana un seminario internacional sobre los desafíos de las entidades filantrópicas en América Latina, al que asisten cerca de 80 instituciones donantes.



Creada en 1936 en Detroit (EE.UU.), la Fundación Ford tiene una agenda que -en las 13 regiones del mundo donde está ubicada- prioriza la equidad y los derechos humanos, políticos, sociales y económicos; la prevención de los conflictos y la gobernabilidad democrática, así como la promoción de la paz y la reconciliación.



Desde la perspectiva de su labor filantrópica privada ha establecido un compromiso estratégico con estos objetivos, los que considera importantes «bienes públicos» a ser resguardados. En tanto institución filantrópica, la Fundación Ford es responsable del uso de los recursos que la sociedad le entrega para su cuidado, no con fines privados o de lucro, sino para proteger y mejorar los bienes públicos.



En América Latina los principales bienes públicos bajo amenaza en la actualidad, son la justicia social, debido al aumento de la pobreza, y la paz, por el incremento de la violencia. En este seminario debatiremos sobre cómo las empresas y organismos internacionales pueden incrementar su volumen apoyo a esta filantropía en favor de la justicia social y la paz y maximizar la eficiencia de su contribución al desarrollo.



La Fundación Ford está dedicada a la defensa y promoción de estos bienes en los países de la Región Andina y Cono Sur, lo que se manifiesta en el apoyo a iniciativas de sus contrapartes, dirigidas a resolver las causas de los problemas, más que a mitigar sus consecuencias. Financia becas a personas o grupos históricamente excluidos, así como en el pasado acudió en ayuda de los perseguidos. Igualmente, apoya proyectos de organizaciones no gubernamentales, centros de estudios e instituciones y personas innovadoras. Es el trabajo de todos ellos lo que celebramos hoy. Gracias a esta asociación permanente, la Fundación Ford puede decir con satisfacción que hoy es una contraparte legítima, independiente y confiable, comprometida con el desarrollo de Chile.





(*)Representante de la Fundación Ford

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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