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El negocio de la salud en Chile

Una medida posible es aumentar significativamente el porcentaje de gasto público en este ítem. De hecho, en Chile se invierte uno de los porcentajes más bajos del mundo en salud. En el tema de la recaudación tributaria, son principalmente los pobres los que financian su salud, a través del IVA Por eso la idea de aplicar royalties a todos los recursos naturales permitiría atacar de manera frontal y sostenida estos graves problemas, en especial para quienes no cuentan con los recursos para autofi


El problema de la salud en Chile proviene, en gran medida, de la enorme desigualdad que existe en nuestra sociedad. Desde la dictadura se ha consolidado un sistema segmentado entre lo público y lo privado, que es fácil de identificar si se observan las diferencias en la calidad, la humanidad y, por cierto, la dignidad en la salud que se le entrega a la población, según el sector al que pertenece.



Más del 80% de los chilenos se atiende en el sistema de salud público, lo que corresponde a cerca de 10 millones de personas. Además, estos pacientes pertenecen a la población más riesgosa y vulnerable: niños y niñas, gente de la tercera edad, discapacitados y un gran porcentaje de mujeres en edad fértil que, en la mayoría de los casos, viven en situación de pobreza.



En el sistema privado ocurre todo lo contrario. En conjunto, atiende a sólo al 20% de la población de menor riesgo, en su mayoría jóvenes que poseen altos ingresos. Durante el primer semestre de este año, las 17 isapres que operan en Chile elevaron sus utilidades en un 93% respecto a igual período del año pasado.



Nuestro país gasta el 7% del PIB en salud. De esa cifra, aproximadamente el 3,9% es captada por las isapres, o sea, unos 3 mil 200 millones de dólares anuales. Este negocio resulta ser muy lucrativo, si se considera que representa exactamente todo el aporte de Codelco al Estado de Chile. Además, hay que considerar que sólo se destina para atender al 20% de la población. El otro 3,1% se designa a la atención del 80% de los chilenos de menores ingresos.



Por otra parte, existe una serie de abusos y discriminaciones que se cometen con los afiliados al sistema de salud privado, como el hecho de aumentar arbitrariamente el costo de los planes. Para paliar esta situación, actualmente se está impulsando un cambio a la Ley de Isapres, de modo de establecer una mayor regulación al sector.



Sin embargo, hay que dirigir los pasos hacia el origen de la enfermedad de nuestro sistema de salud desigual. A nivel de políticas públicas, es necesario distribuir y encauzar más recursos al sistema, con el fin de que se pueda otorgar un servicio de calidad a la población.



Una medida posible es aumentar significativamente el porcentaje de gasto público en este ítem. De hecho, en Chile se invierte uno de los porcentajes más bajos del mundo en salud. En el tema de la recaudación tributaria, son principalmente los pobres los que financian su salud, a través del IVA Por eso la idea de aplicar royalties a todos los recursos naturales permitiría atacar de manera frontal y sostenida estos graves problemas, en especial para quienes no cuentan con los recursos para autofinanciarse.



En conclusión, se debe rescatar la noción de bien público de los beneficios de valor social, a los que deben tener acceso todos los ciudadanos, no sólo quienes puedan pagarlos. No es aceptable que exista esta brecha y desigualdad en la salud, ni es aceptable un sistema para ricos y otro para pobres.



Rodrigo Pizarro. Director Ejecutivo de Fundación Terram.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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