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Venezuela hace guiño a Insulza para la OEA

Si Chile estuviera compitiendo, los vecinos del «barrio» que tanto desagradan en Santiago, probablemente le darían la espalda. Jamaica tendría el apoyo seguro de Bolivia y de Perú y probablemente, también el de Argentina. Venezuela cargará el fiel de la balanza a favor de un ganador seguro. Cualquiera de las opciones -Insulza o Patterson- debilitaría la hegemonía estadounidense y la presencia de la Internacional Demócrata Cristiana en los asuntos interamericanos.



Las relaciones Chile-Venezuela mejoran tanto que Caracas apoyaría a José Miguel Insulza si éste disputa la Secretaría General de la OEA. Para el gobierno de Hugo Chávez, una gestión del actual ministro chileno del Interior estaría en sintonía con los objetivos regionales de su política exterior, en consideración a sus características personales y éticas indicaron fuentes de la Casa Amarilla, sede de la Cancillería venezolana.



La simpatía bolivariana con su postulación fue dada a conocer personalmente a Insulza en una llamada telefónica del vicepresidente José Vicente Rangel. También será ratificada en Santiago por el ministro de Relaciones Exteriores, Jesús Arnaldo Pérez, durante su visita del 18 al 21 de octubre, atendiendo a una invitación de la ex canciller Soledad Alvear. Los venezolanos valoran la habilidad política del ministro Insulza, quien siempre supo cómo sacar los pies del barro al Presidente Lagos durante los cinco años que lleva gobernando, incluidos los remiendos a la Constitución de Pinochet, una bandera de su campaña electoral que terminó olvidada en el cuarto de los juguetes.



La política exterior de Chávez quiere acortar el interinato de Estados Unidos al frente de la OEA. El subsecretario general estadounidense Luigi Einaudi está a cargo de la vacante secretaría desde la bochornosa dimisión del demcratacristiano costarricense Miguel Ángel Rodríguez, el ex presidente acusado de corrupción en su país. Venezuela salió al paso de la postulación del ex presidente salvadoreño Fernando Flores, entre otras razones porque éste apoyó al efímero gobierno golpista del 11 de abril de 2002, al igual que Estados Unidos. Si Flores estuviera en la Secretaría,se acentuaría la hegemonía estadounidense en la OEA, con Einaudi moviendo los hilos desde la bambalina de la subsecretaría, piensan los venezolanos.



OEA requiere una carta social



«No hay que olvidar que el ex presidente Flores, cuando se produjo el golpe de estado en Venezuela, fue el primero que lo respaldó y, por supuesto, esto lo inhabilita desde el punto de vista de la Carta Democrática Interamericana, porque obviamente sería indeseable que un presidente o ex presidente que apoya golpes de estado en América Latina, pudiera resultar favorecido, cuando precisamente la Carta Democrática condena los golpes de estado», dijo esta semana Jorge Valero, embajador de Venezuela ante la OEA.



Venezuela estima que el ministro socialista chileno sintoniza con su propuesta de renovar la democracia hemisférica. «La OEA cuenta ya con una Carta Interamericana, que se ocupa principalmente de la agenda política, pero el déficit principal que tiene nuestro hemisferio es la agenda social y éstas serán las consideraciones que el Gobierno de Venezuela tomará en cuenta a la hora de tomar la decisión con respecto a quién será el próximo secretario de la OEA», advirtió Valero desde Washington.



Venezuela se esfuerza por alcanzar con Chile un nivel de entendimiento político y económico en consonancia con el triángulo forjado con Brasil y Argentina, dijeron fuentes del palacio Casa Amarilla. El pragmatismo expresado en el apoyo a Insulza pasó por alto la equívoca reacción del gobierno de Ricardo Lagos frente al golpe, rubricada con una declaración oficial de nuestra Cancillería que atribuyó la responsabilidad al gobierno de Chávez y no a los golpistas, ni a Estados Unidos.



Valero señaló que el perfil del candidato ideal requiere «no solamente calidad política e intelectual sino también ética». La posibilidad de que Insulza compita en la contienda por la Secretaría de la OEA constituye un desafío después de la opaca gestión del colombiano César Gaviria y del breve ejercicio de Rodríguez, quien más bien debilitó a la organización.



En el hipotético futuro de una OEA conducida por el socialista chileno también influye el perfil de las relaciones de su país con la nación del Norte. Además, su eventual postulación hace inconsistente la pretendida aspiración presidencial «encubierta» que le atribuyen los medios chilenos invocando la figura mexicana del «tapado».



Correlación de fuerzas



La OEA tiene 34 países miembros. Para ganar la Secretaría General se necesita la mitad más uno de los votos, es decir, 18. La candidatura más viable para medirse con Insulza sería la de James Patterson, el jefe socialdemócrata del gobierno de Jamaica -cuyo período termina en diciembre- porque cuenta con 14 votos seguros de los países del Caribe agrupados en el Caricom. La aspiración de Centroamérica de repetir la secretaría no parece viables. Las campanas más bien suenan por el Caribe anglo parlante.



El jamaiquino, quien se opuso a la destitución de Bertrand Aristide perpetrada por la invasión militar franco-estadounidense, necesita 4 votos más para alcanzar la mayoría absoluta. Si Chile estuviera compitiendo, los vecinos del «barrio» que tanto desagradan en Santiago, probablemente le darían la espalda. Jamaica tendría el apoyo seguro de Bolivia y de Perú y probablemente, también el de Argentina. Venezuela cargará el fiel de la balanza a favor de un ganador seguro. Cualquiera de las opciones -Insulza o Patterson- debilitaría la hegemonía estadounidense y la presencia de la Internacional Demócrata Cristiana en los asuntos interamericanos.



El embajador Valero dijo que su país «está comprometido con la OEA y cualquiera que resulte electo por la mayoría de los cancilleres, cuando se reúnan en la próxima asamblea, Venezuela se comprometerá con esa candidatura», pero añadió que su país «apostará a ganador». Con la candidatura Insulza, Chile podría salir del aislamiento regional a que lo condujo la errática política exterior de Lagos, acentuada con la designación de un nuevo canciller hostil a la Argentina, cuyo voto en la OEA hubiera sido tan seguro como en la elección anterior. El apoyo venezolano contribuiría a darle a Insulza un sólido liderazgo continental.



Sin embargo, no por eso Venezuela revisaría su histórica política exterior. Esta semana fueron entregados a Bolivia los 11 aviones de instrucción Mentor T 34 donados a la Fuerza Aérea, en una ceremonia efectuada en Santa Cruz (Brasil enviará otros 14 T 35). Caracas despliega una vigorosa política de compromisos políticos internacionales que incluye desde Rusia a la olvidada República Saharahui, la nación del Sahara Occidental que enfrenta a la monarquía de Marruecos desde hace 30 años. En un gesto simbólico con el mundo del Caribe, técnicos de la Radio Nacional de Venezuela instalaron esta semana una emisora de radio para el Estado de la isla de Grenada, donde los huracanes arrasaron con todas las instalaciones radiofónicas.



La vigorosa visión internacional de Caracas sabe combinar política y negocios. Instaló una sucursal de Petróleos de Venezuela en Argentina, firmó acuerdos con Petrobrás de Brasil, participa en un gasoducto con Colombia, adelanta la constitución de PetroAmérica, promueve un Canal del Sur que le haga el peso a CNN, adelanta un grupo de trabajo con Indonesia, suscribió otros acuerdos con Rusia y la República Saharahui, que sólo aspira a que Maruecos cumpla antiguas resoluciones de Naciones Unidas, tanto como lo quiere Palestina respecto a Israel.



La política exterior del gobierno Chávez es hiperactiva y multilateral, con frecuentes desafíos al Departamento de Estado y novedades todos los días.



Ernesto Carmona es periodista.










  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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