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La necesaria alternancia en el poder

Donde históricamente la izquierda ha centrado su discurso y sus esfuerzos, esto es la igualdad de oportunidades, es precisamente donde se identifican las mayores deficiencias en la gestión del actual gobierno.


La carrera presidencial está recién comenzando y pareciera que el gobierno cree tener el resultado asegurado. Cuando entramos al último año de la administración Lagos, distintas encuestas lo han empinado por sobre el 60% de aprobación, así como recientes estudios de opinión concluyen que la mayoría de las preferencias están a favor de las candidatas de la Concertación.



Sin embargo, la suerte de Lagos de contar desde el 2004 con una inyección de recursos frescos debido al aumento del precio del cobre, no se ha expresado en mejoras para la calidad de vida de las personas comunes y corrientes. En efecto, donde históricamente la izquierda ha centrado su discurso y sus esfuerzos, esto es la igualdad de oportunidades, es precisamente donde se identifican las mayores deficiencias en la gestión del actual gobierno. Así, problemas urgentes y aún no resueltos continúan siendo la seguridad ciudadana, el desempleo, la calidad de la salud y de la educación y las oportunidades para el desarrollo individual y familiar, especialmente en los sectores más modestos y de clase media.



Sobre estos temas, el gobierno no ha avanzado y, por el contrario, sólo ha generado falsas expectativas a través de permanentes programas y medidas de parche, que denotan una falta de rigurosidad y profundidad al momento de abordarlos.



En definitiva, si bien el gobierno del Presidente Lagos ha cumplido básicamente lo que se espera de cualquier administración en este país, la incapacidad de dar soluciones de fondo y con contenido a las demandas e intereses profundos de la ciudadanía, impiden hablar y creer que el Chile de hoy es lo mejor a lo que podemos aspirar. Nuestros recursos y potencialidades, administrados más eficientemente y sin los episodios de corruptela que hemos conocido en estos años, pueden y deben rendir mucho más, especialmente para aquellos que más lo necesitan.



Más aún, la debilidad de esta administración en dar respuesta satisfactoria a la desigualdad de oportunidades, a los problemas que enfrenta la educación y el sector salud y la incapacidad de otorgar seguridad a la población frente al aumento de la delincuencia, la demostraron también los dos gobiernos anteriores de la Concertación. Por ello es difícil esperar que un cuarto período de la misma tendencia, con los mismos rostros que se enrocan de un cargo a otro y con la misma idea de cómo hacer políticas públicas, pueda superar con éxito estos desafíos.



De allí que el país deberá tener en cuenta estos factores, por mucho que los traten de ocultar tras maniobras comunicacionales de vistosa espectacularidad, cuando en definitiva deba pronunciarse por una efectiva alternancia en el poder para solucionar los problemas pendientes.



Sergio Romero Pizarro es senador

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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