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Soledad Alvear: copiando estrategias perdedoras


Sorpresa provocó en los últimos días oír a Soledad Alvear afirmar que, en un eventual gobierno suyo, estaría dispuesta a trabajar con «los mejores», independientemente de su signo político. Sorpresa, en primer lugar, porque se trata de una burda copia del estilo demagógico de Lavín, quien a su vez copió su idea de la «selección nacional» de Ricardo Claro, que se la planteó con todas sus letras a Pinochet a mediados de los años 80.



¿Significa esto que en un eventual gobierno de Alvear tendremos en la Secretaría de Comunicación y Cultura una nueva dependencia paralela a cargo de Pablo Longueira?… La Secretaría de Comunicaciones con Ultratumba. ¿O bien que tendremos como Embajador en Naciones Unidas a un Sergio Diez un «poquito» mejor informado de lo que acontece en Chile? ¿O a Sergio Fernández a cargo de la DISPI? ¿Y a Lavín como ministro de batucadas.



Poniéndonos serios, es evidente que el candidato que va perdiendo debe tomar la iniciativa. En este caso, el pálido desempeño de Alvear ante Bachelet en la carrera de las primarias de la Concertación la ha obligado a hacer el mayor gasto, pero -lo que es grave para sus pretensiones-, lo ha hecho en base a la peor de las estrategias que podría elegir, por varias razones.



En primer lugar, en vez de reafirmar su profundo compromiso con el ADN concertacionista, que es indiscutible, coquetea con la derecha para atraer votos de los eventuales desencantados de Lavín, imitando con ello la fallida estrategia de Andrés Zaldívar en el año 1999, que, por su parte, llegó a coquetear con la idea que simpatizantes de derecha votaran en las primarias abiertas de la Concertación para exorcizar al fantasma de Lagos, lo que lo desperfiló como opción de la centroizquierda y le valió una derrota memorable a manos del actual presidente en ejercicio.



En segundo lugar, copia el estilo populista y demagógico de Lavín, que, con sus contradicciones, retórica vacía y falta de sustancia, ha caído en un profundo descrédito entre el electorado nacional. La caída en picada en las encuestas de este último es, justamente, producto, entre otras cosas, de una fuerte pérdida de credibilidad, el mayor activo de un político (que asuma integralmente esa condición o -como Lavín- se disfrace de «no político»).



En efecto, a tanto llega esa pérdida de credibilidad, que en la última encuesta del observatorio electoral de La Tercera – Feedback, de principios de marzo, la ciudadanía entregó un juicio lapidario: Lavín sigue retrocediendo en ese ítem y en respetabilidad política, cree cada vez menos que tenga valores sólidos, autoridad y capacidad para tomar decisiones por sí mismo. Esto llevó al respetado Arturo Fontaine Talavera, director del CEP, a afirmar taxativamente: la encuesta indica que la gente ya no le cree a Lavín. Y al columnista Héctor Soto, editor de la revista Capital, a titular su análisis de esas cifras con un expresivo «Lavín: tocando fondo».



En tercer, lugar, y como efecto no deseado de su coqueteo con la derecha, Soledad Alvear le dio la oportunidad a Lavín de reaparecer en pantalla en posición ventajosa: con una de sus ideas recuperada burdamente por una de las candidatas de la Concertación. En una palabra, un regalo y una torpeza política.



Pero hay más: el coqueteo con el populismo ha llevado a Alvear a poner en riesgo uno de sus propios activos políticos: la seriedad de su trayectoria. Así, aconsejada quizás por quién, asumió para el nuevo impulso que quiere darle a su alicaída candidatura en las primarias uno de esos giros populistas que viene del siguiente razonamiento de marketing: ¿qué temas son populares entre la ciudadanía? Ä„Oh, idea brillante, en un año de clasificatorias: el fútbol! Entonces, vamos convirtiendo a la candidata en la «Futura Presidenta del fútbol» -como lo ha proclamado el último fin de semana, en difundidas visitas a terreno-.



Sinceramente, a veces desconfío del buen juicio de los marketeros: honestamente, ¿alguien cree que una candidata que todos reconocen con perfil de «matea», (lo que tiene de virtud más que de debilidad), que tiene una trayectoria de seriedad funcionaria reconocida por todos, vaya a transmutar, de un día para otro, en la «Presidenta del fútbol»? Ä„Por favor!



Siguiendo la misma lógica, ya que el fútbol es, de lejos, uno de los temas más populares entre los hombres, tal vez, los mismos «geniales» marketeros descubran ahora que uno de los temas más populares entre las mujeres sea el shopping culposo, y entonces, Soledad, vamos atacando los malls en día sábado con abundantes cámaras alrededor y declarando: «yo seré la presidenta del shopping culposo».



Para concluir: se hace un flaco favor Soledad Alvear copiando estrategias perdedoras, sacrificando su propia credibilidad y sus activos políticos específicos. De paso, le hace un flaco favor a la Concertación como un todo, que ha ganado tres sucesivas elecciones presidenciales apostando a políticas públicas serias y no al populismo y la demagogia que caracterizan el «estilo» Lavín.





Fernando de Laire D. Doctor en sociología. Comentarios al e-mail: fernando_delaire@yahoo.com.ar.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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