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El caso Anfruns y Sergio Fernández


El camino que deben andar quienes buscan conocer las circunstancias de muerte de un familiar suele ser casi tan doloroso como la pérdida: a la pequeña alegría de tener un nuevo antecedente le sigue el gran dolor de saber lo que vivió el ser querido en sus últimos momentos.



Pero a pesar de esa dicotomía, el deseo de ‘verdad’ se mantiene, la búsqueda continúa y comienzan a verse resultados, como está ocurriendo en el caso por la desaparición y muerte de Rodrigo Anfruns Papi.



Algo interesante ocurrió hace algunos días; fue a declarar un médico forense que trabajó en Investigaciones cuando ocurrió lo de Rodrigo, en 1979.



El médico Richard Taub, conocido como «el chico Taub», habló.
Contó en el tribunal que faltando pocos días para que apareciera el cuerpo del menor, hubo una reunión entre todos los médicos forenses de la Policía para conversar y acordar sobre la versión que entregarían y con qué argumentos.



Estas palabras de Taub ante el tribunal confirmaron que hubo una trama que artificialmente se urdió para encubrir un crimen frente al cual el país transversalmente se conmovió en junio de 1979. Y confirmó también el interés no menor que tuvo la Policía de Investigaciones y su director de entonces, Ernesto Baeza Michaelsen, en el caso. El por qué es lo que aún no tiene respuesta.



«El chico Taub», de origen judío-norteamericano, que cumple actualmente condena porque se vio involucrado en un tráfico de sicotrópicos, está en prisión. Hace un par de años debió salir de su casa de Las Condes para irse «a la sombra».



Taub probablemente habló porque está «picado». Después de todo le debe haber sabido muy raro que fueran funcionarios policiales los que lo detuvieran, a pesar de que él había prestado sus servicios muchos años a esa institución. Y -peor aún- conociendo él tantos secretos internos.



La participación de Investigaciones en -al menos- el encubrir y conspirar para encubrir el crimen del niño Anfruns está cada vez más clara ante la Justicia.



Y, aún cuando no se haya dado a conocer, lo mismo ocurre con la participación que tuvo el Ministerio de Interior, que distintas declaraciones van vinculando a la repartición que dirigía entonces el senador UDI Sergio Fernández.



En 1980, el profesor y médico forense Roberto Von Bennewitz fue propuesto por el juez instructor Ricardo Gálvez, para que formara parte de la comisión de tres peritos que deberían decir si era técnicamente posible decir que la data de muerte de Rodrigo Anfruns Papi hubiese ocurrido 12 días antes de que encontraran su cuerpo.



El doctor Von Bennewitz revisó los antecedentes y le manifestó al ministro Gálvez que era un disparate sostener eso ya que el estado del cuerpo y los antecedentes ambientales que existían, no lo avalaban de ninguna forma. Habló también de la completa ignorancia del doctor José Luis Vásquez al afirmar lo contrario.



No se sabe de qué forma, pero misteriosamente esa opinión vertida por Von Bennewitz al juez Gálvez, llegó al Ministerio del Interior. A los pocos días, desde esa repartición pública se llamó por teléfono a un pariente y tocayo del doctor Von Bennetiwtz, su tío Roberto, que vivía en Valparaíso.



El mensaje que le dieron desde el Ministerio de Interior fue claro: «Si no cambia de opinión y apoya la data de muerte de 12 días, considérese hombre muerto».



El tío, aterrado, comunicó este llamado a su sobrino quien buscó una forma de no mentir pero tampoco poner en riesgo su integridad ni la de su familiar. Aprovechó una invitación que le habían hecho para visitar Alemania y excusó formal y detalladamente su participación en el proceso.



Luego de recrear este episodio ante la justicia, Von Bennewitz aseguró que era posible a pesar del tiempo establecer datas de muertes y también las causas, al examinar los restos óseos.



El 17 Juzgado del Crimen que actualmente lleva la causa por la muerte del niño Anfruns, debería llamar a declarar al ex ministro Fernández, para que dijera, por ejemplo, si tiene información de esta llamada al doctor Von Bennewitz o al menos explicara la forma en que se gestó la conferencia de prensa que dio en su repartición asegurando que Rodrigo había muerto el mismo día que se extravió.



Soledad Pino es periodista y actualmente está radicada en España.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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