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Carta abierta a Marco Porcio Catón


Señor Pablo Prieto, Diputado:



Durante los ocho años que me tocó trabajar junto a un Parlamentario (2000-2007), entendí y compartí el hecho de llamarles Honorables. Se habrá dando cuenta que a Ud. no le puedo llamar de tal manera.



Y no le puedo llamar de tal manera, no por el hecho de que Ud. sea un diputado de la UDI (colectividad en la que tengo buenos y antiguos amigos); sino por la actitud majadera, abusiva y tendenciosa que ha mantenido hacia mi persona desde hace ya casi cuatro años.



Desde al año 2002 usted ha hecho un par de acusaciones en mi contra que carecen absolutamente de todo fundamento. En un momento, junto a un colega de su bancada, se atrevió a sembrar dudas acerca de cierta cantidad de implementos deportivos que supuestamente habrían ido a parar a la comuna de Santiago, Distrito 22, insinuando favores políticos que habrían beneficiado a la campaña parlamentaria de la Concertación.



La Contraloría investigó los hechos y usted sabe sus resultados, lamentablemente no fue lo suficientemente honorable para rectificar y pedir disculpas. Indirectamente quiso perjudicar la honorabilidad de la madre de mis hijos, pero su falta de hombría no le permite reconocer cuando se equivoca.



Muchas veces, nos encontramos cara a cara en diversas Comisiones en que tratábamos proyectos de leyes relativos a materias deportivas, nunca pidió disculpas, nunca dijo «fui mal informado». Nunca fue lo suficientemente honorable.



En realidad nunca abrió la boca, parece que no tiene opinión en la Comisiones. ¿No le estarán pagando de más?



Pero no sólo parece no conocer y menos practicar la honorabilidad, sino que además muchas veces demostró carecer de conocimientos sobre materias legales, que cualquier parlamentario de regular rendimiento debiera saber de memoria.



Hoy de manera majadera, intenta revivir una acusación de supuestas irregularidades que dicen relación con el nivel de rentas que yo tenía en Chiledeportes; con la labor que cumplía en dicha institución y con decisiones administrativas que me tocó asumir mientras fui Subdirector y luego Director de la Digeder.



¿Se acuerda, Sr. Prieto, cuando pidió en la Cámara antecedentes acerca de mi declaración de Renta, acerca de cuantos eran mis ingresos? ¿Se acuerda que en medio de un ambiente electoral, Ud. acusó que yo tenía tres sueldos?



Diputado, nunca he ganado 7.000.000 millones mensuales, como se desprende de la publicación del Diario El Mercurio, sección Reportajes, de hace unos días, probablemente producto de la malintencionada información que Ud. ha venido difundiendo respecto de mi persona.



Nuevamente revive una acusación infundada, la que felizmente para mi honorabilidad y la de mi familia fue oportuna y suficientemente aclarada por las autoridades de la época, incluido un informe de la Contraloría que Ud. debe tener en su poder.



No quisiera creer, que producto de su limitada capacidad intelectual necesitó casi tres años para venir a entender el significado de lo que se conoce como planilla suplementaria.



Probablemente usted está curado de espanto de las historias que por largos años se han tejido en torno a la Digeder, historias como que en esa institución operaban Cutufas, Agencias de Viajes, cobros de sueldos por personal de la CNI, etc. Estoy seguro que usted debe saber más de alguna de esas historias. Entiendo que durante el régimen militar usted tuvo parientes en dicha institución, tal vez hoy quiera olvidarlo.



No tengo tribuna ni hemiciclo, menos fuero ni inmunidad, por lo tanto no busco ni me escudo para protegerme absolutamente de nada, mayormente cuando nada tengo que ocultar.



Usted con mucho desparpajo y no menos ignorancia, confunde cosas, en realidad ocupa una máxima propia del propagandista de Hitler, «miente miente, que algo queda». Parece que al menos en materia comunicacional, comparte gustos con Hitler.



Infórmese bien, documéntese, estudie, aprenda derecho público, que alguien le sople materias tributarias y por cierto, materias relativas a delitos contra la honorabilidad de las personas. Probablemente, su falta de conocimiento en esta materia le pueda jugar una mala pasada.



Usted tiene todo el derecho a hacer uso de su facultad fiscalizadora, aplíquela con celo, pero no venga a difamar ni a confundir. Yo también, puesto que soy contribuyente, tengo todo el derecho a exigirle que la misma acuciosidad que sabrá utilizar para fiscalizar, debiera aplicarla al momento de legislar.



Así como yo no tengo el derecho para cuestionar si las rentas por Ud. percibidas son justas o no, si su Dieta es millonaria o no; si su régimen de trabajo es el apropiado o no; Usted tampoco tiene derecho a insinuar falta de ética y honorabilidad de mi persona. Menos venir a insinuar millonarios sueldos de los que supuestamente me habría beneficiado.



Tampoco tiene derecho a sembrar un manto de dudas respecto de la honorabilidad de los funcionarios de Chiledeportes, ridiculizando la denominación legal de esa institución mediante la utilizando de adjetivos que confunden y denostan la dignidad de todos quienes trabajan en este organismo público. Es claro que la totalidad de su personal trabaja más días y más horas que usted, por cierto por menos plata y sin necesidad de recortarse el horario de trabajo.



Cuando directa o indirectamente usted les ataca y ofende, también daña a las familias que están tras todos y cada uno de los trabajadores de Chiledeportes. No lo siga haciendo, no tiene inmunidad ni impunidad para ello.



En mi caso, a pesar de haber renunciado a la planta y al Servicio, me siento orgulloso de haber compartido con todos ellos, es gente honorable.



Yo no necesito de un cargo en la administración pública para salir adelante, no requiero Dietas, ni asignaciones especiales. No requiero apernamientos en los cargos, en una de esas fijo residencia en la Séptima Región y nos vemos en la cancha electoral.



En política uno aprende que «esto es sin llorar», y como buena parte de sus acusaciones tiene una motivación política, si alguna de mis palabras le resultan duras, no llore, usted abrió este juego. Usted también es político.



Sabe, Sr. Prieto, a veces creo que buena parte de sus denuncias tienen un tinte claramente electorero, porque de no ser así, no se explica el por qué sólo ha centrado sus acusaciones en una sola de las empresas que prestan servicios como intermediarios para la aprobación de proyectos deportivos.



Le invito a que se informe acerca de la efectividad de los rumores, que señalan que alguna de estas empresas que usted no nombra, utilizaron la Ley del Deporte para descontar tributos, a partir de los gastos erogados en actividades festivas de fin de año, que luego hacían pasar como actividades deportivo-recreativas EN favor de sus trabajadores.



Le pido que investigue esos rumores, no los denuncie aún, cerciórese primero, aunque su practica pública diga todo lo contrario, porque los fundamentos de muchas de sus denuncias descansan sobre la base de simples rumores.



Por último, Sr. Prieto, lo que me indigna es el siguiente hecho: muchos parlamentarios, la mayoría verdaderamente comprometidos con la promoción y desarrollo de la actividad deportiva en sus Distritos, siempre llaman o llamaban a Chiledeportes intercediendo en favor de alguna organización deportiva, incluso en alguna ocasión en favor de algún pariente, hijo o hermano. A mí me correspondía atender a muchos, jamás supuse mala intención de sus llamados, nunca prejuzgue sus peticiones ni menos sus intenciones.



No prejuzgue, investigue y si existen ilegalidades, denúncielas. Me indigna que usted pretenda autoproclamarse el nuevo Marco Porcio Catón, los que lo han hecho en los últimos años, a la larga resultaron no ser tan infalibles.



Por último, como no guardo rencor y haciendo eco del slogan «ahora me toca a mí», le manifiesto toda mi disposición para asesorarle gratis, sin mellar su Dieta, en una materia que usted no domina, esto es la Ley del Deporte. Sabrá que tiene muchas imperfecciones, probablemente por el trabajo de algunos malos diputados, aunque no me atrevería a prejuzgar, ni a meterlos a todos en un mismo saco.



Con el afecto propio de quienes estamos en política, le saluda



Nolberto Salinas R.



PD: Esto es sin llorar

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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