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Reserva Nacional Alto Loa: Un modelo de gestión


La reciente creación de la Reserva Nacional Alto Loa, con una superficie de 277 mil hectáreas ubicadas en las comunas de Calama y Ollagüe en la Región de Antofagasta, representa de manera muy clara la nueva etapa que estamos viviendo como país en materia de protección de la biodiversidad. Una etapa en la que distintos actores sociales asumen un rol protagónico en la tarea de preservar nuestro patrimonio natural.



En este caso se trata de una iniciativa que permitirá resguardar terrenos con valiosos ecosistemas de interés turístico y científico y que cuenta con el apoyo y la participación de la comunidad indígena Quechua de Ollagüe, quienes han aportado su visión desde la gestación de este proyecto. A ello, además, se suma el respaldo del Ministerio de Bienes Nacionales, las Municipalidades de Ollagüe y Calama, CONAF, CONADI, de empresas mineras y el Gobierno Regional.



De esta manera es como estamos dando vida a un nuevo modelo de gestión para las áreas protegidas, en el cual se conjuga la visión y colaboración activa de la sociedad civil, en este caso representada por las comunidades locales y del sector público, con el fin de hacer de la conservación un acto cotidiano e integrado plenamente al desarrollo del país y de su gente.



Es así como en los terrenos de esta nueva Reserva se desarrollarán proyectos ecoturísticos, que irán en directo beneficio de las comunidades locales, permitiendo difundir y acercar a la ciudadanía a la riqueza natural de la región, además de colaborar en la mantención del trabajo de preservación y conocimiento del lugar. Lo que en un momento pareció sólo una idea, hoy es una realidad. Vemos como desde distintas visiones es posible alcanzar una meta común: la protección de nuestros recursos.



Al igual que la creación del Parque Nacional Corcovado, a principios de este año en la Región de Los Lagos, esta Reserva forma parte de los compromisos asumidos por el Gobierno en la Estrategia Nacional para la Protección de la Biodiversidad, aprobada el 2003, cuya premisa fundamental es la necesidad de compatibilizar desarrollo y protección de la naturaleza. Precisamente por ello, dicha estrategia contempla, entre otros aspectos, el fortalecimiento de la institucionalidad relativa a las áreas protegidas y los mecanismos necesarios para su cuidado.



Para materializar la Estrategia, desde este año contamos con un Plan de Acción País, construido con los aportes de organizaciones no gubernamentales, privados, además del sector público, mediante el cual se definen acciones para el mediano y largo plazo.
Como parte de este proceso, de aquí a marzo del 2006, pretendemos generar una política nacional de áreas protegidas, que incluya ambientes terrestres y acuáticos, públicos y privados.



Entre las acciones ya comprometidas, se encuentra la implementación de un sistema de áreas protegidas en terrenos de propiedad privada, la generación de planes para la conservación de especies amenazadas y la promoción de inversión privada, para la conservación de la biodiversidad y turismo de naturaleza en áreas fiscales patrimoniales.



Y el trabajo ya tiene sus frutos. El 2003 nació la primera Área Marina Costera Protegida, Parque Marino «Francisco Coloane», ubicado en la XII Región, mientras que el año pasado se crearon dos nuevas áreas de este tipo: Punta Morro-Desembocadura del Río Copiapó en la III Región de Atacama, ubicada al sur de Caldera, y Las Cruces, en la Quinta Región.



Paralelamente a estas acciones, recientemente se aprobó el Reglamento de Clasificación de Especies de Flora y Fauna Silvestre, que permitirá analizar el estado de conservación de nuestras especies, a fin de establecer acciones o medidas eficientes para su protección.



Sin lugar a dudas, estamos embarcados en una tarea de gran envergadura, cuyo horizonte es a largo plazo, pero ya contamos con acciones inmediatas y concretas que requieren la participación y compromiso de todos.



Nuestro desafío es sumar otros esfuerzos. Tenemos que provocar el acercamiento de los chilenos a nuestro patrimonio natural. Iniciativas como el Sendero de Chile, las áreas protegidas bajo sus distintas modalidades y el nuevo conocimiento que tengamos de nuestras especies, son algunos de los elementos que potenciarán esta labor y que permitirán a nuestro país alcanzar el necesario equilibrio entre crecimiento y cuidado medioambiental.



Paulina Saball A. Directora Ejecutiva Conama.






















  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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