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Las espinas de la salmonicultura


La última batalla mediática entre ecologistas y salmoneros se inició luego de las declaraciones de Douglas Tompkins sobre los impactos de las salmoneras en los fiordos de la X Región, y la sugerencia de establecer una moratoria a su expansión mientras no se establezcan condiciones que garanticen la protección ambiental. Esta expresión de conflicto no es novedosa ni extraña, sino que expresa una vez más la tensión sostenida entre ambos sectores debido a la expansión de los cultivos y los impactos ambientales que ha generado especialmente en lagos y fiordos de la zona sur.



Lo extraño de la reciente confrontación es el manejo que se ha hecho de la posición de Tompkins, pese a que la prensa le envió extensos cuestionarios que fueron detalladamente respondidos por él; y las descalificaciones personales en que cayó Carlos Vial y la directiva salmonera, lo que no solo impidió cualquier posibilidad de debate serio sobre el tema, sino que sepultó los avances que los mismos salmoneros lograron en virtud del reciente Acuerdo de Producción Limpia y los desafíos que el sector hidalgamente debe enfrentar para dar sustentabilidad ambiental y social a esta industria.



Desgraciadamente la persistente mano editorial de casi todos los medios escritos volvió a retrotraer estos hechos de objetivo conflicto a la caricatura de una confrontación ideológica entre «desarrollo y no desarrollo», lo cual no sólo intenta paralizar toda apertura y discusión objetiva sobre el tema en la opinión publica, sino mantener un atrincheramiento de los actores en un blanco y negro eterno e inconducente…



La salmonicultura es uno de los sectores exportadores estrella; 99% de la producción se exporta, es un importante generador de empleos y en 2004 generó casi 1500 millones de dólares. Pero también es un sector que tiene persistentes problemas laborales y ambientales y una débil fiscalización; que no ha generado suficientes encadenamientos productivos y que a la fecha es responsable de un importante pasivo ambiental en ecosistemas lacustres, estuarios y fiordos de la zona sur, lo que recae sobre los hombros de todos los chilenos y además perjudica otras actividades económicas.



Obviamente en estas condiciones de deficiente internalizacion de pasivos ambientales no es conveniente su expansión, y menos su duplicación al año 2010, como estiman las proyecciones salmoneras. El país y el sector deben avanzar antes en un marco normativo tanto de ordenamiento territorial como de normativa y desempeño social y ambiental que garantice un estilo de desarrollo de la salmonicultura compatible con la protección de los ecosistemas, el respeto a los derechos laborales y el desarrollo de otras actividades económicas locales.



Desde la perspectiva ambiental los desafíos apuntan a revertir la contaminación y destrucción de ecosistemas lacustres y marinos, especialmente lo referido a fondos marinos y formaciones bentónicas -esto implica ampliar los enfoques de protección desde la columna de agua hacia los sedimentos; avanzar en la inocuidad de los insumos, mejorar los diseños productivos sobre alimentación, densificación y rotación de cultivos y hacer más eficiente las tasas de conversión.



El escrutinio ecologista continuara sobre el sector salmón, para avanzar hacia niveles básicos de sustentabilidad sobre la base de estos factores ambientales y a su desempeño social. La critica personalista, la estigmatización ideológica y la caricatura mediática no nos amedrentan pues nos sentimos responsables de nuestro patrimonio natural común y de lograr un futuro nacional sin pasivos ambientales.



Aunque se intente desvirtuar el escrutinio ecologista a la industria del salmón con ataques personales, adjetivos xenofobicos o estrategias de marketing, ello no logrará ocultar frente al país donde están los conflictos, los puntos de discusión y los desafíos que este exitoso sector deberá asumir si pretende sustentarse en el tiempo. El escrutinio del publico, el marketing y la globalización no funciona sólo para los negocios.



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Sara Larrain, directora ejecutiva Chile Sustentable

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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