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Caso Anfruns: Las dudas de la jueza Lusic


Quiero creer que el hecho de que la jueza Dobra Lusic haya dado a conocer (ella directamente o a través de alguien que trabaja con ella) sus dudas sobre el caso de Rodrigo Anfruns a la prensa, responde a una estrategia y que -en el fondo- sus inquietudes sobre el secuestro y asesinato de este niño luego de haber conocido los antecedentes, sean mucho más profundas y complejas que las descritas en el artículo que publicó El Mostrador.cl este lunes.



Los periodistas informamos y en ocasiones mostramos sólo el aspecto de la realidad que nos ha sido revelado, sin que necesariamente eso quiera decir que exista ese único aspecto.



Y hago esta salvedad, porque conociendo los antecedentes que existen en torno al caso Anfruns, cuesta creer que las primeras dudas que le surgieron a la jueza Lusic al revisar el expediente, sean respecto del testigo que abiertamente dio su versión (que cuadra con la data de muerte y que coincide con el resultado de la búsqueda con perros que no hallaron rastro del niño en el solar donde más tarde apareció el cadáver), en vez de -por ejemplo- dudar del testimonio que entregó el doctor José Luís Vásquez cuando se le pregunta por qué lo esperaron a él para hacer la autopsia de Rodrigo cuando esa mañana se encontraba trabajando en el Hospital Militar y había otros profesionales disponibles en la morgue, incluyendo al jefe del departamento de Tanatología. O bien, dudar del «no me acuerdo» que entregó el director del Médico Legal cuando se le preguntó porqué dio esa orden.



O por qué no poner en duda las versiones del sicólogo Hernán Tuane que aseguró varias veces, incluso en una publicación de su autoría, que preguntó a la abuela de Rodrigo qué dio de comer a su nieto antes de que éste fuera secuestrado, cosa que en el último tiempo ha negado.



¿Por qué mejor no comenzar preguntándose por el vínculo que había entre el general Luís Iraí§abal Lobos y la Policía de Investigaciones?



¿Era casual que la suegra de Iraí§abal, Eliana Robert, fuera la secretaria personal del director de la policía civil, Ernesto Baeza Michaelsen?



¿Por qué esa secretaria dejó su empleo y también partió a Madrid luego de la muerte de Rodrigo?



Si se leen bien los antecedentes del caso Anfruns, queda claro que Carabineros no trató de encubrir el crimen, si no que realizó una serie de pesquisas e intentó investigar, más aún cuando recién había desaparecido Rodrigo, ya que el general Rodolfo Stange (primo de una abuela de Rodrigo y amigo de la otra abuela del niño) así se lo encomendó a la 17ÅŸ Comisaría de Miguel Claro, a la vez que él dispuso de los mejores perros policiales para rastrear desde el prior día.



Pero luego, Carabineros debió desistir de investigar y guardar silencio porque así lo ordenó a la comisaría quien era jefe de gabinete del general Mendoza, Aquiles Blu. Sería interesante conocer su versión.



Con los actuales antecedentes del caso Anfruns, resultaría alejado de la realidad concluir que hubo una «operación conjunta» que llevó a su muerte. Más bien podría pensarse que la muerte de Rodrigo fue una «salida de madre» de un grupo y que luego -dada la conmoción que produjo el crimen- se buscó encubrirlo y hacerlo pasar por ‘delito común’ echando mano a diferentes recursos.



No es que haya una operación conjunta, es que hay vínculos que cruzaron instituciones, Iraí§abal Lobos fue amigo y socio comercial de Manuel Contreras, su suegra era secretaria del director de Investigaciones, por ejemplo.



Y en todo caso, el hecho de que no se registren antecedentes previos de «operaciones conjuntas» en otros crímenes no es argumento suficiente para descartar que se haya producido una conexión en este caso. Menos puede ser argumento válido para un juez (o para quienes trabajen con él) porque lo que se espera de ellos es precisamente que investiguen qué tipo de vínculos y conexiones se dieron en este caso en particular, trabajando sobre la especificidad de datos y antecedentes y no en razón de las conclusiones o hipótesis arrimadas en otras ocasiones.



El tiempo ha demostrado que hubo una ‘amplia gama’ de hechos ocurridos durante el régimen del general Pinochet, y que aún no es tiempo decir hasta aquí llegamos. Posiblemente aún queden varias cuentas y cosas por descubrir y puede que se trate de las más complejas. Será necesario voluntad, talento y valentía para poderlas revelar.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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