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La muy justificada rabia de las regiones mineras


Es insólito. El Estado está lleno de dólares del cobre y no se está cumpliendo con las regiones, en especial las mineras, el acuerdo pactado con el Gobierno de aprobar el royalty para invertir desde el 2006 en ciencia, tecnología y apoyo a la competitividad.



Por tanto, no estamos en el discurso «egoísta» o maximalista ramplón de que los recursos queden donde se producen, no obstante la memoria histórica vigente con respecto a la potente Ley del 5% de las ventas del cobre a las provincias mineras que se logró en los ’50, con el impulso de parlamentarios regionalistas y los sindicatos, y que fue abolida por la dictadura el 74. Con esa ley se hizo saneamiento básico y pavimentaciones, así como infraestructura en los municipios (en la zona de Rancagua, sede el Mundial del 62, se recuerda lo invertido en el Estadio, Machalí, Rengo y otras comunas para generar renovación urbana, recreación popular y hoteles).



Lo paradojal es que se pactó gastar al menos 80 millones de dólares en las regiones este año, sólo una parte de lo recaudado por el royalty. 80 millones que son el 1% de los 8.000 millones de dólares que el Fisco recibirá este año por la bonanza del metal rojo. No se ha podido llamar a concursos en las regiones para el uso de estos fondos, por la demora en la tramitación del Fondo de Innovación. Recordemos que se pactó con el ex Ministro Nicolás Eyzaguirre, un protocolo con los diputados que impulsamos el royalty a contrapelo de voces oficialistas y la oposición de la derecha. Dicho acuerdo establecía que la mayoría de los recursos iba a las regiones, que se gastaría con criterio amplio en innovación y que se partía el 2006.



Cerca de culminar el primer semestre, lo lógico es invertir estos recursos en contextos similares al espíritu del royalty y que darían impulsos estratégicos: aumentar las becas para doctorados y magíster que otorga Mideplan (postulan 520 jóvenes y sólo se otorga a 140), dotar a las ciudades mineras y capitales regionales de sistema de WI FI para que tengan acceso a banda ancha, habilitar laboratorios en las universidades y sedes regionales.
Esto se puede gastar como partidas suplementarias para Mideplan y los Gobiernos Regionales.



Necesitamos proactividad y mayor dinamismo para que las Regiones que producen el cobre, y que no ven sus frutos y tienen las pesadillas de que esta bonanza se acabará un día, comiencen de una vez a ver materializada esta tímida inyección de recursos frescos para áreas que generan base para la innovación y una mayor competitividad. No son tiempos para guardar todo para el futuro (el nuevo fondo en dólares en el exterior), incumpliendo el acuerdo expreso con quienes visionamos que el cobre daba márgenes para generar recursos para lo público, con una fuerte impronta regional en el país de la hípercentralización.



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Esteban Valenzuela Van Treek. Diputado PPD por Rancagua.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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