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Gobernando con el norte, explotando al sur


«Los cuatro puntos cardinales son tres: El norte y el sur»
Vicente Huidobro





En el discurso del 21 de mayo, la presidenta Bachelet expuso su «carta de navegación», haciendo referencia a las prioridades de su incipiente gobierno, tanto en relación a la gestión desarrollada hasta ahora, como a la agenda a mediano y largo plazo. Como se ha hecho habitual en este tipo de discursos, se le dio gran énfasis al componente social sólo en forma conceptual, en detrimento de un compromiso real con modificaciones radicales, sustanciales y esenciales a la norma. Este discurso populista, como ya estamos acostumbrados, en ningún caso responde a la satisfacción de las necesidades básicas de la población más necesitada.



Siendo consecuentes con nuestra preocupación por la sustentabilidad y distribución equitativa de los recursos pesqueros, nuevamente nos encontramos con una exigua atención a la paupérrima situación de los pescadores artesanales, donde las proyecciones siguen siendo las mismas. Cuando era la oportunidad ideal de reivindicarse con este sector, se prefirió hacer mención sólo a la inversión en infraestructura portuaria para la pesca artesanal, «favoreciendo a más de 19.000 pescadores» que van a tener mejores instalaciones para extraer una escuálida fracción del recurso, una cuota de captura marginal ya que en su mayoría esta cuota global es asignada a los grandes industriales pesqueros.



Nuestra presidenta privilegió ostensiblemente la no discriminación, la no segregación de la mujer, pero qué ocurre con la discriminación de los pobres. Tal vez la mujer tiene tanto derecho a ser pobre como los hombres. «El gobierno paritario es el principio y no el fin del camino». Nuevamente el discurso populista, mediocre y complaciente. Son los pobres, tanto hombres como mujeres, los que necesitan más oportunidades para incorporarse como clase obrera productiva al mundo moderno y un gobierno equitativo debe ser el inicio y el fin del camino. Chile será un país más desarrollado, justo y democrático cuando dejen de existir las poderosas barreras para la integración de los pobres al trabajo, la cultura, los procesos productivos y la participación. Con la estrategia de la paridad lo único que hace la presidenta es desviar la atención respecto a lo que debiera ser la prioridad de este gobierno, es decir, la erradicación de la pobreza.



Este discurso está respaldado por una campaña mediática, que lo único que hace es parchar una realidad más desgarradora a través de distractores temporales. Al respecto, hace varios años que los últimos gobiernos otorgan un bono invernal a los sectores más pobres, quienes ceden ante esta medida «paliativa o mitigadora». Este año son 18.000 pesos, una insignificante cifra que si la dividimos en por 12 nos da un total de 1.500 pesos mensuales. Así soluciona el gobierno la enorme brecha que margina a los sectores más miserables, un término doloroso pero que refleja la situación de muchos sectores que efectivamente viven en condiciones de miseria.



Mientras tanto, las fuerzas armadas viven felices con su 10% del cobre, un grupo privilegiado que ni siquiera pertenece al sector productivo del país, una inversión que lo único que hace es favorecer a una institución que mantiene una gran deuda con la sociedad, que en la actualidad se ven beneficiados por una legislación creada casi exclusivamente un su provecho. La presidenta argumenta la proporción de igual remuneración a igual mérito y a evitar las segregaciones en los seguros de salud y en la previsión respecto a la mujer, pero en ningún caso refiriéndose a las fuerzas armadas.



Tampoco se trata de criticar sólo porque sí, sabemos que el déficit social y económico heredado tras la dictadura, además de la imposiciones constitucionales, han dificultado la modificación de las grandes desigualdades e injusticias vigentes. Creemos que la prioridad de desarrollo económico se contradice con la pseudoconciencia social, además es virtualmente imposible que cualquier gobierno posterior a la dictadura no hubiese mejorado de alguna manera el agobio de los sectores más postergados.



Según la Presidenta, la primera transformación se va a centrar en un sistema de previsión, ya que sin pensiones dignas y seguras no puede haber una vejez tranquila. A su vez, se jacta que en su gobierno ya se reajustaron las pensiones más bajas. Parece una ironía que a un pensionado que ha trabajado toda su vida y que soporta todos lo achaques de su vejez, se le aumente en un 10% su pensión. Imagino que la señora Bachelet comprende que si esta persona vive con 50.000 mensuales, en nada soluciona el incrementársela a 55.000.



Tal vez en necesario que los ancianos salgan a las calles y se tomen los asilos y albergues para que el gobierno asuma un compromiso real, ya que la voluntad en ningún caso ha reflejado la política del gobierno.



Respecto a la situación de los secundarios, la presidenta ha señalado que «no le han doblado la mano al gobierno» y que «el gobierno no negocia bajo presión». Ä„Dos grandes mentiras!. Sólo la agrupaciones que han hecho valer sus derechos a través manifestaciones activas y gran despliegue público han logrado ser escuchados. Ejemplos hay muchos, los universitarios han conseguido alguna consideración tras extensas jornadas de protestas y represión; los pueblos indígenas a su vez, han llegado al extremo de arriesgar su vida a través de huelgas de hambre indefinidas, para iniciar conversaciones hacia la reestructuración de una injusta norma; los pescadores artesanales han debido llegar al congreso con un bote en llamas para que el gobierno acoja sus argumentadas demandas; y los estudiantes secundarios deben organizarse como un movimiento colectivo, pacífico, de apoyo y convocatoria masiva para que el Estado reconozca que son el principal patrimonio humano del país. De hecho, en el pasado discurso del 21 de mayo, a pesar que ya existían dos establecimientos en toma, la presidenta se refirió casi exclusivamente a la educación preescolar y en ningún caso se pronunció respecto a la situación de la educación media ni las legítimas demandas de los estudiantes.



Ä„Felicitaciones a los protagonistas!, que en base a argumentos sólidos, asociación efectiva y una gran capacidad de evaluación crítica han logrado que toda una nación recoja sus demandas. Es probable que estas nuevas generaciones logren revertir esta fatídica tendencia. Tal vez el futuro es más promisorio de lo que parece, gracias a los jóvenes de sangre renovada, que no cargan reminiscencias de la dictadura y tienen el potencial crítico, que nos promete un futuro más auspicioso.



En definitiva, es necesario que el gobierno desista de su norte económico, la brújula empresarial, y salga a navegar como los antiguos pescadores usando las estrellas como única «carta de navegación».



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Juan José Valenzuela, Biólogo Marino de Oceana
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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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