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Las certezas de una educación parvularia de calidad


Dotar a la Educación Parvularia de elementos vinculantes a la calidad ha significado para Chile y la Junta Nacional de Jardines Infantiles, Junji, abrirse y ser partícipe de experiencias tanto internacionales como locales que nos permitan fortalecer los estándares de calidad con los cuales se está promoviendo la educación inicial en Chile.



Como país ya hemos dado el primer gran paso: instalar a la Educación Parvularia, como nunca en la historia del país, en la escena política y social, y avanzar en un consenso absoluto sobre la importancia de que las niñas y niños se integren desde la más temprana edad a la educación inicial.



Avanzamos con certezas en los diferentes niveles de la necesaria conversación y reflexión social sobre la materia, ya no discutimos sobre la importancia que tiene la primera educación, sino cuáles son los elementos constitutivos a la calidad de la educación que entregamos desde el Estado. En este contexto el Ministerio de Educación junto a Junji e Integra han sido partícipes activos del encuentro que esta semana reunió a especialistas de la Universidad de Harvard, como también del ámbito nacional, sobre materias relativas a los estándares de calidad de la educación inicial.



Como Junji nos correspondió entregar antecedentes sociales y demográficos de la realidad nacional sobre la materia y particularmente sobre el gasto en educación en relación al PIB; la cobertura por niveles de escolaridad; porcentajes de menores de 6 años de edad que no asisten a salas cuna o jardín infantil; la oferta preescolar en los quintiles I-II; y todo lo relacionado a los desafíos y compromisos del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.



Sobre este último tema podemos indicar que los desafíos se relacionan con la Implementación de un Sistema de Protección a la Infancia destinado a igualar las oportunidades de desarrollo en los primeros 8 años de vida, independiente de su origen social, de género y conformación de su hogar. Como resultado de esto, al término del primer ciclo de educación básica, las diversas políticas deberán haber borrado el efecto del origen socioeconómico sobre las capacidades de los niños y niñas del país.



Por su parte, los compromisos del gobierno consideran la implementación de un sistema de atención preescolar para todos los niños entre 0 y cuatro años de edad pertenecientes a los quintiles I y II de menores ingresos; garantizar el acceso de todas las niñas/os a prekinder; subvención preferenciar para las niñas/os más vulnerables entre prekinder y cuarto básico; complementar estas intervenciones de salud, asistencia judicial, prevención de violencia intrafamilar, entre otras prestaciones.



En el ámbito de los desafíos en Educación Parvularia, como Junji debemos ser capaces de contribuir a que la ciudadanía visualice a la Educación Parvularia como una etapa relevante para el desarrollo de sus hijos/a; adecuar los programas educativos a las necesidades fisiológicas, recreativas, lúdicas y sociales; responder a las necesidades de los sectores con más carencias, especialmente a las madres trabajadoras y madres adolescentes; promover actividades y recursos educativos apropiados, involucrar a las familias y comunidad en una educación inclusiva que considere diseño, implementación y evaluación.



Particularmente en lo referido a la gestión pedagógica queremos y apelamos a una interacción con los principales involucrados en los procesos educativos que nos permitan crear situaciones y ambientes de aprendizajes pertinentes, en donde las prácticas educativas respondan en forma oportuna a los requerimientos actuales de la Educación Parvularia.



Se suma a ello la necesidad de contar con un Sistema Nacional de Evaluación que mire el desarrollo integral de la educación parvularia en el Chile actual.



Finalmente, para avanzar en forma efectiva en lo planteado, Chile debe seguir contando con tres ejes centrales de desarrollo; estabilidad y gobernabilidad política; crecimiento económico con equidad; y un trabajo mancomunado que continúe considerando la inclusión y el desarrollo social.



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Estela Ortiz, directora de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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